50. De Fiesta en Chongqing

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Al darse cuenta de que había caído encima de él, se hizo a un lado inmediatamente y comenzó a revisarlo.

—¿Estás bien? —le preguntó con preocupación, pues a pesar de que la caída había sido mínima, había escuchado el ruido sordo de las rodillas de su novio estampándose contra el concreto.

Con ayuda de Yibo, Xiao Zhan se giró y quedó sentado en el suelo, riendo un poco para ocultar el palpitante dolor en sus rodillas.

—Sí, sí —rio y le restó importancia.

—¡Cielos! Menos mal que traes jeans —espetó esa tercera voz con asombro al ver los tremendos raspones en las rodillas de Xiao Zhan, incluso la tela se había rasgado.

Yibo miró a esa persona con enfado, dedicándole una de sus peores miradas, pues por su culpa se habían caído.

—Ven —Yibo se levantó y le extendió una mano para que hiciera lo mismo—. ¿Puedes caminar?

—Gracias —estuvo a punto de decirle "cariño", pero se contuvo al recordar que no estaban solos—. Sí, estoy bien —aseguró y luego miró al joven frente a ellos—. ¿Xin Yue? ¡¿Eres tú?! —se asombró.

—No he cambiado nada, ¿verdad? —sonrió.

—Te ves más viejo —lo molestó.

—Y tú te ves más joven. ¿Cómo es eso posible?

—Ya no estoy gordo —rio.

—¡Qué va! Claro que no estabas gordo, aunque ahora estás mucho más delgado —lo observó.

Por un momento Yibo quedó totalmente fuera de lugar, parado a un lado de los dos, viendo ese reencuentro de viejos amigos. Se sintió muy incómodo. ¿Xiao Zhan lo presentaría? Quizás no.

—¡No nos veíamos desde la universidad!

—Ya hace mucho tiempo.

—Lamento haber hecho que cayeran, no era mi intención, pero me impresionó mucho verte por aquí. Sobretodo así, sin tus asistentes y guardaespaldas —rio un poco, contagiando a Xiao Zhan.

—Sí... uhm... las cosas han cambiado un poco desde que salí de la universidad.

—¿Un poco? Zhan Zhan, eres tremendamente famoso. Deberías tener más cuidado, sería peligroso si alguien más te reconociera.

—Tendré más cuidado.

—¡Por cierto! —espetó de pronto, bastante animado—. ¿Hasta cuándo estarás en la ciudad?

—Solo unos días más, ¿por qué?

—Llegaste en el momento perfecto. Habrá una reunión de exalumnos de la universidad. Toda nuestra generación se reunirá. Cenaremos en un restaurante este viernes. ¿Quieres venir?

Xiao Zhan se sorprendió, lo pensó durante unos segundos y miró a su novio. Ninguno de los dos se había quitado aún el cubrebocas, tenían miedo de que alguien más los reconociera.

—Puedes llevar a Yibo —lo señaló con la cabeza y una sonrisa. El aludido se asombró, no sabía que ya lo había reconocido—. Todos llevarán a alguien.

—¿Y tú?

—Iba a llevar a mi esposa, pero no encontramos a alguien que cuidara a los niños.

—¿Tienes hijos? —estaba asombrado.

—Tres.

—¡¿Tantos?!

Su amigo rio y señaló a tres pequeños a lo lejos, trepados en los juegos y siendo supervisados por su madre.

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