Los padres de Xiao Zhan cuidaban a los niños, el clima era perfecto, el amor se respiraba en el aire a donde quiera que fuesen, pero el matrimonio Wang Xiao lo único que quería era volver a casa y dormir.
Estaban cumpliendo su décimo aniversario de novios, de aquella vez que Wang Yibo volvió de Suiza y llegó sorpresivamente al duplex con dos cajas de chocolates suizos y un enorme queso gruyere para conquistar al amor de su vida, ajeno a que esa misma noche serían sinceros el uno con el otro y comenzarían una relación que, a pesar de las pausas que vivieron, seguiría fuerte y firme ante las adversidades.
-¿No te apetece ir a cenar? Después de todo también es San Valentín -ofreció Yibo mientras conducía la camioneta y tomaba la mano de su esposo con cariño.
-Mmm... -miraba las luces de la ciudad a través de la ventana. Abundaba el ambiente romántico por donde sea que mirara. Todo a su alrededor estaba decorado con corazones y flores, había parejas acarameladas por doquier y él... él quería descansar.
¿Se debía a que ese año cumpliría 39 años?
-Podríamos ir a un restaurante italiano -continuó Yibo al verlo tan disperso.
Xiao Zhan reaccionó, no estaba siendo justo con su esposo. Este se veía entusiasmado al poder celebrar San Valentín y su aniversario por primera vez en un par de años.
-Me parece una excelente idea -cambió de ánimo, renovando su "entusiasmo"-. ¿Vamos a Antonino's?
-¡Vamos! -sin soltar su mano giró en una esquina y se dirigieron a dicho restaurante.
Sin embargo, al llegar al lugar lo encontraron abarrotado de gente. No era buena idea llegar a un sitio tan público.
-Todo va a estar así por ser San Valentín -suspiró Yibo, alejándose de ahí. No se habían bajado del auto en ningún momento, y había tanto tráfico que ya sentían adoloridos sus traseros.
-Amor -le dijo Xiao Zhan con cariño al notar que se esforzaba en hacer de esa noche un recuerdo especial para ambos.
-Dime -no apartó la vista del camino. Xiao Zhan aprovechó para mirar su perfil, admirar su porte guapo y elegante, y para disfrutar de la deliciosa fragancia de su perfume inundado la cabina del auto. Sin duda ambos se habían esmerado en su apariencia.
Debía admitir que ya había olvidado cómo se veían los dos con ropa que no fuera deportiva o pijamas.
-¿Zhan Zhan? -inquirió al ver que no respondía.
El aludido salió de su burbuja de apreciación a su esposo y sonrió.
-Lo siento, me distraes. ¿Desde cuándo no salíamos los dos solos? -soltó una risa traviesa mientras acariciaba el muslo de Yibo con cariño.
-¡Años!
Ambos rieron.
-Y sé que por eso mismo te estás esforzado en hacer de esta noche algo especial.
-Amor, cumplimos diez años de novios.
-Y diez años de que te arranqué la inocencia -dramatizó, con el único motivo de hacerlo sentir incómodo por tal cursilería.
Y vaya que lo logró.
-¡Oh vamos, cállate! -rio Yibo-. Además, eso no ocurrió sino hasta que fuimos a Aspen por segunda vez.
-Y fue en ese mismo año.
-Tienes razón. Bueno, no importa -rio entre dientes y aparcó el auto junto a una acera-. ¿A dónde quieres ir?
Xiao Zhan apuntó hacia un local de comida rápida frente a ellos.
-Te propongo lo siguiente -puso una mano en el pecho de su esposo-. Tú, yo... -descendió esa mano poco a poco-... hamburguesas con papas, cerveza y nuestra cama.
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Nosotros
Фанфик"¿Por qué 'Nosotros'? Porque es lo único que queda cuando hacemos a un lado la fama, las multitudes, las competencias, programas y presentaciones. Somos lo verdadero, lo que queda cuando apagas la luz antes de ir a la cama, lo que tocamos cuando no...