47. De Vuelta a la Rutina

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—Hogar, dulce hogar —suspiró Xiao Zhan al abrir la puerta de su hogar luego de dos meses y medio de estar lejos—. ¡Wow! —exclamó mientras entraba, cargado de maletas al igual que Wang Yibo.

—¿Qué pasa? —llegó detrás de él, dejando su cargamento pesado y a Nut en el piso.

—¿Por qué está tan sospechosamente limpio?

—Zhan Zhan, fueron dos meses contigo lejos. Tenía que canalizar mi energía de alguna forma.

Tenía toda la razón. Pero seguía sorprendido, si su departamento ya era demasiado limpio antes, ahora parecía un hogar muestra. Le gustaba. Había extrañado demasiado su hogar. Descubrió que en su ausencia, su casa ya solo olía a Yibo, era un aroma bastante sutil, pero él lo reconocería en donde fuera.

Cuando Xiao Zhan fue a su habitación, lo primero que hizo fue lanzarse al colchón, a su preciada cama. Descubrió con satisfacción que las sábanas y almohadas olían a su novio, era una sensación muy grata.

Suspirando, se acostó de lado y vio el buró de Yibo, sobre él había una lámpara de noche, de esas que usan los niños cuando le temen a la oscuridad. Pero esta era especial, pues al encenderla iluminaba techo y paredes con pequeñas estrellas que parecían formar constelaciones, haciendo que se sintieran envueltos por una galaxia en movimiento.

—¡Wow! ¡Yibo! —lo llamó desde ahí.

—¡Ya voy! —estaba terminando de dejar las maletas en el recibidor, pero cuando entró a la habitación, se topó a su novio muy entretenido con su lámpara de noche—. Oh... eso —se avergonzó un poco, Xiao Zhan lo notó de inmediato.

—¡Es increíble! —estaba maravillado con la lámpara—. ¿Dónde la conseguiste?

—Internet.

Entonces Zhan Zhan recordó que su amado no soportaba dormir a oscuras o sin ruido. Le costaba recordarlo, pues cuando dormían juntos no era así, pero ahora que estuvo solo durante dos meses... bueno, el pobre no debió pasarla muy bien.

—Sí, también me traje la televisión de la sala por un tiempo, pero ya la devolví a su lugar —admitió Yibo a la muda pregunta de su novio.

—Oh... Lo siento, te dejé solo mucho tiempo.

—Me lo tienes que pagar con intereses.

—¿Cómo quieres que te lo pague?

—Solo sigue durmiendo a mi lado...

Xiao Zhan se enterneció. ¿Cómo lograba ser tan angelical y tierno? Nadie le creería si dijera que Wang Yibo era así. De hecho, había pensado que le propondría algo indecoroso, por eso esa respuesta linda e inocente lo tomó por sorpresa.

—...desnudo —añadió luego de unos segundos.

Xiao Zhan casi se palmea la cara.

—Nunca cambias.

—Y nunca lo haré —se lanzó a la cama junto a su amado.

—¿Tienes sueño? —preguntó Xiao Zhan al sentir cómo se acurrucaba hacia él. Yibo solo asintió—. Tenemos que desempacar.

—Mañana.

—Mañana hay que trabajar. Los dos tenemos que ir a filmar comerciales.

—No... —dramatizó—...no quiero.

—Wang Yibo, estuvimos de vacaciones dos semanas —rio.

—Pero extrañaba estar en casa contigo.

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