Hogar

742 122 31
                                    

Un suave toque en su hombro despertó a Jimin de su agradable sueño y al abrir los ojos el amable rostro de su esposo sonriente lo recibió.

-¿Dormiste bien?-preguntó con suave voz desabrochando su cinturón de seguridad y cuando estiró uno de sus brazos para colocar el cinturón en su lugar, Jimin percibió un agradable aroma a perfume, uno suave y a la vez atrayente, el cual se quedó impregnado en la punta de su nariz.

Con un sonido de afirmación contestó Jimin al mismo tiempo que limpiaba las comisuras de sus labios disimuladamente al mismo tiempo que Hoseok salía del auto para después rodearlo y abrir la puerta para que él pudiera salir.

El frío de la noche pegó directamente en su rostro por lo que cerró sus ojos por un momento y cuando los abrió nuevamente pudo observar que no estaba frente al edificio donde estaba viviendo en ese pequeño departamento, se encontraba frente a una enorme casa con una entrada preciosa con grandes columnas redondas a cada lado del pórtico y más allá una hermosa puerta de puertas dobles con tallado de madera estaba abierta de par en par dejando a la vista el interior de la casa o mansión debía decir.

Jimin avanzó dos pasos al frente observando con curiosidad pinos enormes de al menos cuatro metros cada uno y luego volteó a mirar a su esposo con signos de pregunta flotando en su cabeza.

-¿A quién vinimos a visitar? ¿Esta es la casa de tus padres?-preguntó apresuradamente para luego decir-debimos haber traído algo...yo debí haber traído algo, ¿por qué no me dijiste que vendríamos de visita?-preguntó alterado.

-Deja de poner esa cara de preocupación-sonrió Hoseok tomando una de las mejillas de Jimin apretándole levemente-ven, sígueme.

Jimin confundido decidió seguir los pasos de su esposo hasta el interior de la enorme propiedad. Por lo poco que alcanzó a ver el estilo de construcción parecía tener un estilo victoriano de color azul y blanco, parecía una casa de muñecas muy hermosa y despampanante, demasiado, pero a Jimin le encantó.

Estando en el interior pudo ver un mobiliario exquisito, había muchas lámparas preciosas, sofás blancos y filos de madera de un color café oscuro y las paredes todas blancas le daban una luminosidad preciosa, casi angelical, aunque diría que le faltaba un poco de color, algo que se podría solucionar con algunas pantas y flores de un color intenso. Al alzar la vista pudo observar un candelabro precioso justo en medio de la sala, sin embargo no había nada en especial que le dijera que ahí viviera alguien, todo parecía demasiado nuevo y tampoco habían fotografías familiares.

-Todo es tan...-dijo Jimin alcanzando a Hoseok en la base de las escaleras que los llevaría al segundo piso, sin hallar la palabra correcta.

-¿Hermoso?¿te gusta?

-Sí, todo es muy precioso, los muebles, el color, toda la casa es muy linda pero...¿No te parece muy...nueva?¿Quién vive aquí? Tus padres viven en esta casa tan...no sé cómo explicarlo, tan vacía, tan solitaria.

-Claro que debe verse de ese modo, esta casa es nueva-respondió Hoseok con naturalidad tomando una de las manos de Jimin para hacerlo subir las escaleras a su lado.

-¿Tenemos permiso de estar aquí?

-Por supuesto que tenemos permiso-rió Hoseok parando su andar frente a unas puertas dobles las cuales abrió de par en par dejando ver una habitación con una enorme cama con dosel, las cortinas transparentes de un color plomo claro combinaban perfectamente con las pequeñas luces que estaban en la parte de arriba y todo lo demás dentro de la habitación combinaba perfectamente, las pequeñas mesas, los cojines, las almohadas y hasta las mantas suaves se veían muy cómodas.

-Es una habitación muy linda-opinó Jimin observando todo a su alrededor-me gustan las mantas ¿Dónde las habrán comprado?

-No lo sé, ¿quieres esas mantas?

Mi Compañero de Matrimonio (HopeMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora