Vida de Matrimonio

816 144 29
                                    

Su corazón latió fuertemente cuando la hora de subir a la habitación llegó. Ese hombre quería un hijo y él no quería que lo tocara, apenas se conocieron esa noche, no era posible que quisiera tener intimidad tan pronto, ¿verdad?

-Te dejo la cama-dijo su esposo-yo tengo que ir a un lugar, no me esperes.

-¿A dónde vas?-preguntó Jimin caminando tras de su esposo que estaba saliendo de la habitación.

-¿Tengo que darte alguna explicación?

-Eres mi esposo.

-En un matrimonio arreglado, mira-suspiró tomando su cabello entre ambas manos-no nos conocemos y no creo que tenga que darte alguna explicación y esta noche no va a pasar nada entre nosotros, tengo que ir a un lugar y luego espero tener una conversación muy seria contigo, pero no esta noche.

-¿Me vas a dejar aquí? No puedo creer que...sabía que...está bien vete-concedió Jimin tomando su corbata con fuerza para zafarla y desecharla a algún lugar en el piso junto con su chaqueta-no me importa lo que hagas.

-Vas a recoger tu ropa del piso, no la dejes tirada por ahí.

-¿No te ibas? De seguro tu amante debe estar esperando, ¿no es así?

-Yo no tengo un amante.

-No me interesa, vete.

No estaba seguro de que quería conseguir con esa actitud, mucho menos sabía porqué estaba tan enojado, ¿acaso no quería que se fuera?

Estaba asustado por lo que pasaría esa noche, no conocía a ese hombre y no estaba seguro de si es bueno o malo, podría obligarlo a tener intimidad, sin embargo cuando no le tomó interés alguno, tal vez fue su orgullo el que fue herido al darse cuenta de que ese par de donceles tenían razón. Seguramente ese tipo ya tenía un o una amante por ahí y se casó con él para que sus padres no lo molestaran más.

Se había convertido en lo que siempre repudió, en un esposo que era engañado, usado como una fachada, Siendo un objeto bonito para los medios y dentro de su hogar ignorado.

La puerta de la habitación se cerró y él fue directamente a la cama, su cuerpo cayó sobre las sábanas suaves mientras su rostro estaba enterrado en medio de las almohadas y un grito lleno de frustración salía de su garganta.

-¡Ah! ¡Idiota! ¡Maldito infeliz! ¡¿Cómo te atreves a irte con tu amante?!

Aunque dijo que no tenía un amante. Como si pudiera confiar en las palabras de un hombre que apenas conoce.

-Como sea-suspiró al levantarse-es mejor que se haya ido, de esa forma no tengo de qué preocuparme...si tiene un amante de seguro no me va a molestar.

Ese estúpido pensamiento le revolvió las entrañas. Aunque fuera un matrimonio arreglado debería al menos ser un hombre fiel, respetar el sagrado compromiso que les obligaron a tener. Ese idiota de seguro no debe tener honor, ni respeto por nada, ¿Qué podía esperar de alguien que compró un novio? Pero lo iba a escuchar cuando regresara.

Jimin quiso dormir y pese a los intentos no pudo pegar el ojo en toda la noche, dio vueltas por toda la cama y el sueño no apareció. Se dio una ducha, volvió a la cama, pidió comida a la habitación pero nada funcionó hasta que la madrugada llegó y su flamante esposo no daba señales de aparecer.

De pronto alguien presionó los botones de acceso a la habitación, muy mal momento para regresar, su estado de ánimo estaba al borde de la ira absoluta.

Y explotó cuando al salir de la habitación observó el traje desaliñado de su esposo, tomó un florero que estaba cerca y lo estrelló en la pared cerca de la cabeza de ese infeliz.

El estruendo del cristal haciéndose pedazos resonó por toda la habitación y luego la voz calmada de Jimin tomó lugar.

-¿Te divertiste?

-¿Estás loco?

-Responde a mi pregunta, ¿te divertiste?-volvió a preguntar Jimin caminando tranquilamente por la pequeña sala acariciando uno de los muebles con sus dedos-si piensas que voy a ser el imbécil esposo devoto que va a esperar tranquilamente tu llegada mientras sales a divertirte estas muy equivocado.

-¿No vas a disculparte?

-¿Por qué debería hacerlo?

-¡Casi estrellas un florero en mi cabeza!-alzó la voz Hoseok.

-Eso, no tengo buena puntería.

-Ahora tu vas a escucharme-dijo Hoseok caminando directamente hacia donde estaba Jimin-esto es un matrimonio arreglado, no es uno de verdad y por ello no tengo porque darte explicaciones de las cosas que hago o no.

-Vamos a poner los puntos claros-enfrentó Jimin con su rostro levantado mirando directamente a su esposo Jung Hoseok-si tienes algún amante por ahí termínalo inmediatamente, si no lo haces...voy a actuar de la misma manera en la que usted lo haga, por lo tanto no me provoque, no soy fácil de manejar y mucho menos sumiso e idiota, no voy a dejar que me arrastre como un trapo sucio. Mi reputación no va a ser afectada por ningún motivo por sus actos irresponsables, es mi esposo, actúe como tal, respete esto y yo haré lo mismo, actúe desenfrenadamente y le aseguro que actuaré peor.

-No vas a amenazarme.

-Tómelo como una advertencia. Sea un hombre honorable y yo seré un doncel impecable.

-Vine con la intención de llegar a un acuerdo contigo, no obstante parece que va a ser imposible.

-Tenemos un matrimonio ante el público, aparentemos ser uno, es lo único que quiero. No quiero ser visto de ninguna manera como el esposo engañado. ¿Quería un trofeo señor Jung, algo bonito para lucir?, está bien, voy a ser uno pero espero un mínimo de respeto de su parte a este acuerdo.

-Si es lo quieres, estoy de acuerdo en dar lo mejor de mi, vamos a aparentar ser un matrimonio feliz, no voy a engañarte y espero que tú también cumplas con ello, mientras estés casado conmigo no quiero que veas a otro hombre.

-De acuerdo.

-Y algo más-dijo Hoseok acercándose a Jimin a escasos centímetros de su rostro-no vuelvas a lanzar algo en mi dirección o lo vas a lamentar.

-¿Podría darme un ejemplo?

-Dinero...no cuentes con mi dinero, si te portas bien voy a reconsiderar darte alguna tarjeta de crédito. Por ahora deberías empezar a buscar algún empleo.

En ese instante el rostro de Jimin se deformó tanto que causó cierto humor en Hoseok, uno que no había tenido hace mucho tiempo. 

Mi Compañero de Matrimonio (HopeMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora