Boda

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El día de la boda llegó cuando menos se lo esperaba y era tan jodidamente extraño estar en la sala de espera con un traje blanco sosteniendo un ramillete de peonías blancas y rosas en su regazo que parecía un sueño, una pesadilla.

¿Cómo es que llegó tan pronto este día? Apenas fue lunes, el tiempo pasó tan veloz que cuando despertó la madrugada del sábado no podía creer que ese día estaba apareciendo junto con el alba por el horizonte, sin embargo el fuerte dolor de estómago por los retortijones que le provocaron náuseas hizo que pudiera aceptar su destino.

-Ya va a empezar-entró emocionada su madre llamada Park Hye Kyo a la habitación donde se encontraba Jimin suspirando y con el alma en un hilo, a punto de salirse el corazón por la boca.

-Que emocionante-exclamó con sarcasmo esquivando la mirada en dirección a sus pies.

-No te atrevas a arruinar este día. Tu padre y yo estamos pasando por momentos difíciles y esperamos mucho de ti con este matrimonio.

-Esperan mucho de mi...espera mucho de ese hombre despreciable que compró un esposo como si fuera cualquier negocio.

-Solo tienes que darle un hijo nada más, esa familia quiere un heredero de buen aspecto y de buenos genes, solo tienes que hacer una sola cosa y luego de eso vas a poder divorciarte si quieres, pero una cosa te advierto Jimin...un doncel divorciado vale menos que una caja de basura-señaló saliendo de la habitación totalmente furiosa-y una cosa más. Si se te ocurre acudir al divorcio te olvidas de nosotros, no voy a tener un hijo divorciado.

¿Divorciarse en ese punto era una opción?

Jimin sabía que su madre dijo esas palabras en serio, una vez dijera las palabras, sí acepto y colocará su firma en los papeles de matrimonio estaba destinado a permanecer casado con el idiota de su prometido que, hasta ese día no conocía su rostro. En todos esos días no le importó quien fuera, de todas maneras su inminente matrimonio iba a llevarse a cabo.

Los minutos pasaban en esa habitación silenciosa en tanto podía sentir el suelo tragándose por completo sus pies, apresando su cuerpo. Antes de que la manilla del reloj diera las diez en punto, su cuerpo se levantó de la silla como un resorte y sus pies que estuvieron hundidos sin poder moverse, de pronto salieron huyendo a toda velocidad de esa habitación, empujó la puerta y dejó caer el ramillete de peonías en el pasillo.

-No quiero esto, no quiero esto, no quiero esto-decía mientras corría en busca de una salida-no puedo hacerlo.

Llegando a la salida trasera encontró a un hombre fumando en el exterior, su perfil le pareció conocido pero no quiso quedarse para averiguar dónde lo había visto, antes de que ese hombre pudiera verlo, huyó en la dirección contraria hasta llegar a la recepción del hotel.

Su boda era privada, solo unas cuantas personas asistieron, en su mayoría socios del hombre con el que se iba a casar y socios de su padre. Se habían rehusado a invitar a algún familiar sabiendo que estarían en contra de ese matrimonio en cuanto pudieran observar su rostro decaído. En especial su tía Shin Hye, seguramente lo habría sacado de esa boda sin pensarlo dos veces o tal vez no.

Sus pensamientos estaban revueltos, claro que no lo ayudaría, de todas formas sus hijos también fueron casados obligados por el padre de su esposo y ella no dijo una sola palabra para impedirlo.

¿Qué debía hacer? Estaba solo, totalmente solo en medio de la recepción sin tener un lugar a donde huir. No podía ir con Ehuna o Eunwoo, sus padres irían a buscarlo en sus casas y lo arrastrarían a casarse.

Los empleados del hotel ya estaban empezando a mirarlo de forma extraña por lo que se tranquilizó y empezó a caminar al ascensor, sin embargo antes de que pudiera presionar el botón una mano se lo impidió.

-No hagas las cosas más difíciles-la voz de su padre a su lado lo dejó en blanco-sabía que ibas a tratar de huir.

-No me obligues por favor-suplicó con voz entrecortada.

-¿Quieres quedarte en la calle? Falta un año para que puedas graduarte, no voy a tener dinero para la matrícula.

-Yo puedo conseguirlo.

-¿Y dejar que la familia de la hermana de tu madre sepa que estoy en la quiebra? Vas a ir con los Kim no me engañas, vas a suplicar migajas de ellos, haciéndome ver como un perdedor que no puede mantener a su familia.

Tras decir esas palabras su padre sujetó su brazo con fuerza para llevarlo a la entrada del salón de eventos donde estaba comenzando la ceremonia.

Tan pronto como llegaron ahí, el rostro de su padre se transformó de uno furioso a uno sonriente en cuestión de segundos, luego colocó su mano en su antebrazo como un amoroso padre que está a punto de entregar al novio al hombre que ama.

Aquel ridículo circo empezó cuando la música de piano de una canción romántica resonó por todas partes, en tanto su padre avanzó obligando a sus pasos seguir en contra de su voluntad. Mientras el camino se acortaba aquel hombre que prácticamente compró un esposo no volteó a verlo, mantenía sus manos guardadas en sus bolsillos como si no quisiera estar ahí.

Esa actitud lo puso furioso, como si él fuera al que estuvieran obligando a hacer aquel espectáculo. Si tanto quería un niño con buenos genes debería contratar un vientre de alquiler ya o tal vez cogerse a cualquier hermosa o hermoso doncel de un bar a quien pudiera pagar lo suficiente para que pudiera llevar a su bastardo en el vientre.

Cuando alcanzó el punto en el que su padre debía entregarlo ya no estaba desesperado, triste o temeroso. Si ese hombre quería un esposo. Oh, claro que lo tendría, al más caprichoso y de alto mantenimiento esposo que pudo haber encontrado en su vida.

Estaba decidido, iba a ser el esposo más desagradable que pudiera ser, de ese modo iba hacer que se arrepintiera de haber pagado por él y si era posible que lo devolviera intacto, no planeaba dejarse tocar un solo cabello de su cabeza.

Cuando aquel desagradable hombre miró en su dirección sus ojos se agrandaron de forma exagerada y su boca entreabierta decía que se había sorprendido, tanto que no reaccionó por un momento. No tomó su mano, en cambio se lo quedó mirando de pies a cabeza como si fuera un fantasma.

-Señor Jung, debe tomar la mano de mi hijo. 

Mi Compañero de Matrimonio (HopeMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora