Después de la proclamación de Errante como una broma de Dios, Gill lo había observado con atención y en silencio antes de irse con Ryu, a quien él había estado buscando. Feyt, se retiró del lugar sin decir nada con una mirada pensativa. Se miraba los brazos, recordando los movimientos de Errante. Ryu, al igual que Gill, observo por una última vez a Errante, con un semblante reflexivo.
Luna miraba desconcertada a Errante, sin poder entender nada en lo más mínimo. Ella mostraba una expresión bloqueada, aquel Errante no lo conocía. Uno solitario, que miraba desafiante a todos desde la cima. No era el Errante que había mencionado su trauma con la comida, no era ese niño al que le molestaba que le temieran o envidiaran, era un monstruo que se regía por la aceptación de su soledad. Se veía incapaz de comprender algo sobre él, como si fuera la primera vez que lo conociera.
(En ese momento, él logro atacarme y defenderse al mismo tiempo… Por como lo trato Ryu, Feyt debe de haber tenido unas par de décadas de edad antes de venir a este mundo…)
Mirando su rodilla, Errante recordó el breve instante en el que vio como Feyt mando una patada en su dirección cuando había sido levantado del suelo. Él la había logrado esquivar girando su pierna levemente hacia un lado en su propio eje. Cómo Feyt solo tuvo tiempo para usar <Fuerza alma> para defenderse, fue una patada “normal” que no tenía la más mínima oportunidad de llegar a su objetivo.
Sin embargo, esa fracción de segundo, en que él logro defenderse y contraatacar al mismo tiempo, logro que Incluso Errante pensará en qué tan hábil se tenía que ser para hacer algo así.
-Luna, regresa a mi Reino alma, quiero ir a un lugar.
Sin miramientos, Errante le ordenó a la despistada Luna regresar de dónde había salido. El tono de Errante era tranquilo, pero había cierto ápice de condescendencia en el. Luna, se veía preocupada por eso, pero asintió de manera obediente y desapareció en múltiples partículas que se amontonaron y disiparon alrededor de él.
Errante soltó un pequeño sonido sordo de su boca, estaba pensando en que hacer ahora. Tenía un plan en mente, pero quería darse unos segundos antes de tomar acción.
(Tengo tiempo, iré)
Mirando hacía el cielo, Errante tomo su decisión. No era precisamente temprano, pero para él era un tiempo más que suficiente para hacer lo que tenía en mente. Convirtiendo su cuerpo en una masa de oscuridad humeante, sumergió su cuerpo en el suelo y se movió desapareciendo a gran velocidad.
-Por aquí debería ser…
Luego de una hora de viaje, Errante salió del suelo para observar la zona montañosa y verde de su alrededor. Su ubicación actual, un bosque montañoso al norte de la academia. No era el bosque que frecuentaba.
(M-Maestro, que vino a hacer en este lugar?)
Dudando de si debía o no preguntar, Luna hablo con un tono inusualmente respetuoso y recatado.
(Ah, si. Verás, el poder de Deiphos me sería sumamente útil para mejorar rápidamente mis capacidades físicas, pero no quiero usar los poderes de los demás a menos que no tenga otra opción. En este caso, la tengo. Por eso vine aquí, dónde está esa opción)
Errante miraba el paisaje, mientras que en su mente le respondía a Luna con un tono lógico. Si quería fortalecer su fuerza, que era su punto débil, habían múltiples formas, por lo que no necesitaba recurrir a usar el poder de otro.
(Eso quiere decir… Maestro ¿está buscando crear un <Unión espiritual> con una bestia alma?)
Luna, mostrando una comprensión ligeramente preocupada, pregunto lo que había entendido de la explicación de Errante. Él, con su capacidad de Maestro bestial, era capaz de obtener las capacidades físicas de las bestias almas a las que ingresaba a su Reino alma, así como le había sucedido con Luna. Esa, debería de ser la opción que tenía para aumentar su fuerza a una velocidad anormal.
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Historias de Dioses y Mortales
AdventureTras catorce años de vida, nunca fue capaz de encontrar algo que le fuera difícil de hacer, nunca sintió lo que era vivir una historia interesante, llena de esfuerzo y dedicación. Sin más interés en su mundo y descartando el desarrollar su historia...