Capitulo 10-Fin del primer día

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Caminando por las calles. Errante llegó a un comedor lleno de un ambiente alegre, risas y cánticos se podían oír a la distancia. El lugar estaba repleto de personas, parecía bastante popular en el barrio.


Errante miro el cartel de madera que colgaba por encima de la entrada, en el se podía ver escrito [Furia del hambre].


Errante miro por un momento el lugar desde afuera y decidió entrar.



Dentro del comedor, pudo ver personas que llevaban armaduras y armas de todo tipo, no eran tan imponentes como las de los guardias de la gran puerta, pero no se quedaban atrás en términos de presencia.


por sus diferentes tipos de armaduras y armas, se podía intuir que eran guerreros de diferentes escalas sociales.


(Parece que en este reino no se le da mucha importancia a las escalas sociales ¿o talvez eso solo pasa en este comedor? )


Errante pensó en esas cosas al ver que también habían personas comunes que comían felices en el lugar.



En el único lugar que se podía sentar, era en un mesón cerca de la recepción, no provocó ninguna mirada curiosa, y sigilosamente se acomodo en una silla de madera.



-Bienvenido ¿que desea ordenar?


Antes de poder pensar en que pediría, Errante escucho una vos alegre y a la ves ruda dirigiéndose a el desde su derecha. Se trataba de un hombre robusto que irradiaba un aura de experto en la gastronomía, llevaba un delantal blanco encima de una polera de color café que estaba arremangada hasta sus codos dejando a la vista sus poderosos brazos.




Errante solo lo miro por unos segundos y luego miro a las mesas que se encontraban cerca de el y vio que en más de cuatro, las personas estaban comiendo un especie de pescado frito. Errante a veces puede ser bastante flojo, así que solo apunto hacia las mesas, y con una voz perezosa pregunto "¿cuanto cuesta eso?".




Ante la actitud de Errante el hombre perdió todo su espíritu de vendedor, con una voz sin ánimos respondió "veinte monedas de piedra afilada".




La piedra afilada, es un mineral casi común en el reino espiritual. En apariencia son similares a las piedras del mundo de Errante, con la diferencia de que estas son un poco más pulidas y blancas, dando la impresión de que sean piedras afiliadas, de hay el nombre. Aún que a pesar de su apariencia similar a las piedras del mundo de Errante, estas son por así decirlo el cobre de este mundo, ya que aparte de ser usada como moneda, se utiliza para crear armas, armaduras, herramientas, y diversos objetos de poca durabilidad.



Errante aprendió eso del libro mineralogía del reino espiritual, en ese libro aparecen los minerales más relevantes del reino espiritual, y sus usos. Por supuesto, no dice como manipularlos, solo dice para que sirven, para así tener una idea de su valor. En el caso de la piedra afilada, su valor se encuentra en la escala más baja de los minerales usados como moneda.



(No estoy seguro si eso es una comida cara o no.... Bueno no importa, solo comeré eso y me iré). El dinero para Errante no parecía algo imposible de conseguir en este mundo, por lo que; no se preocupara tanto a la hora de gastarlo. Por supuesto, eso no significa que lo gastará de manera exagerada.



-Bien....comeré eso. Dijo Errante con una expresión floja, mirando al hombre robusto.



-Enseguida se lo traigo. Dijo el hombre robusto con una expresión indiferente mientras se dirigía a la parte trasera del comedor.




Errante ahora estaba pasivamente esperando su plato. Sus ojos miraban fijamente el mesón con una expresión casi como si estuviera durmiendo con los ojos abiertos. En ese momento, la mente de Errante se llenaba otra vez con los pensamientos sobre la existencia de este mundo, trataba de analizar meticulosamente algunas cosas, pero cada vez que trataba de encontrar una explicación, terminaba llegando a la misma conclusión: No pensar más en cosas que de momento no podía entender.

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