La tensión en el ambiente se convirtió en un extraño espíritu competitivo. Las miradas de aquellos que se encontraban en las sombras, permanecían atentas al escenario.
Errante juntó sus manos ya no tan delgadas y frágiles con las gruesas y grises manos del hombre mitad bestia. Sus diferencias se destacaban a la vista. Se veían como las manos de un niño comparadas a las de un albañil con décadas de experiencia. La mirada del hombre, contra todo pronóstico, mostró una clara inquietud y sorpresa al momento de tomar por completo las manos de Errante.
(¿Qué demonios? Son increíblemente duras…)
Fue su primera impresión. Pequeñas y delgadas manos, resultaron ser tan firmes y resistentes como la roca. Con solo el tacto, el hombre sintió la incongruencia invadiendo sus sentidos.
-¿Comenzamos?
Una voz despreocupada lo saco de sus pensamientos. El joven frente a él, se mostraba totalmente confiado al punto en que realmente daba la impresión que esto no era más que un juego para él. No era una actitud insolente ni arrogante, era la simple confirmación de lo que él ya sabía de antemano «Ganaré» Estaba escrito en su expresión aburrida.
-¡Hmrr!
Sin responder o esperar una señal, los músculos del hombre se tensaron y sus pies arrastraron las piedras. Soltando quejidos para demostrar que estaba sacando toda su fuerza, el hombre arrugó su expresión y se inclino con todo su peso en pos de empujar a Errante.
-¿Qué está pasando…?
El anciano mostró su incredulidad. La imagen frente a sus ojos, lo desconcertó al punto de que rasco sus ojos para confirmar si no estaba dormitando y viendo cosas que no eran. Errante, sin usar una sola brasa de <Fuerza alma> se mantuvo inmóvil ante la imponente fuerza del hombre que sorprendido seguía intentando moverlo.
Murmullos llenos de emociones mezcladas salían desde las sombras, la audiencia ciertamente no se estaba aburriendo. Este giro inesperado para ellos, los dejo más que atentos a la situación.
-¡Gaah! ¡Mierda!
El juego avanzo, mostrando al posible perdedor. Errante tomó su turno y empezó a empujar al hombre. Siendo arrastrado varios centímetros, El hombre entro en pánico y aplicó <Fuerza alma> en sus piernas para evitar seguir retrocediendo ante la fuerza de su oponente. Al lograrlo, miró enfadado al despreocupado chico frente a él. Sin duda, ya no podía darse el lujo de subestimarlo por su apariencia. Ocultaba una fuerza incongruente más haya de lo razonable.
Los pies de Errante fueron arrastrados, la fuerza ejercida por su contrincante aumentaba cada segundo. La presión en sus músculos lo arrinconaba más a la opción de usar <Fuerza alma>.
(Así qué este es mi límite ¿Eh?)
La fuerza física que había obtenido en este corto periodo de tiempo, ciertamente rebasaba con creces la lógica de lo humanamente posible. Lamentablemente, seguía siendo insuficiente para algo tan superior como lo era la <Fuerza alma> combinada con un cuerpo de proporciones mucho más compatibles al poder bruto y puro que otorgaba.
Comprendiendo que seguir con solo la fuerza de su cuerpo lo llevaría a la derrota, Errante tomo la decisión de también usar <Fuerza alma> Perder aquí no era una opción, debía demostrar que no estaban tratando con un simple mocoso arrogante.
-¡M-Maldito!
Los pies del hombre se hundieron en las piedras y tierra. Cuando decidió usar todo de si para no ser arrastrado por Errante fuera de la línea, sus músculos se tensaron al punto en que sus venas se marcaron por todos lados. Su rostro se enrojeció y sus manos comenzaron a entumecerse. La presión que venía de Errante sobrepasaba los límites que él podía soportar incluso usando toda su <Fuerza alma> La diferencia entre ambos era abrumadora.
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Historias de Dioses y Mortales
PertualanganTras catorce años de vida, nunca fue capaz de encontrar algo que le fuera difícil de hacer, nunca sintió lo que era vivir una historia interesante, llena de esfuerzo y dedicación. Sin más interés en su mundo y descartando el desarrollar su historia...