Historias de Dioses y Mortales

Capitulo 1-El comienzo de una Historia

Luces de distintos colores salían a través de una cortina amarilla que cubría la ventana del segundo piso de una casa. Al observar dentro, la fuente de esa luz se hacía presente, un televisor de unas 40 pulgadas que estaba encima de un mueble con varios cajones semi~abiertos, mostraba una pelea intensa de un arquero y un dragón de hielo. El joven que controlaba al arquero estaba sentado con las piernas cruzadas encima de una cama desordenada y rodeada de latas de café vacías, envoltorios de frituras y una gran cantidad de libros tirados por todas partes. Al lado de la cama se podía ver un computador con la pantalla encendida, se podía observar que la hora indicaba las 8:48 AM y, el fondo de pantalla era una hoguera con una espada espiral Incrustada, en un paisaje árido, el escritorio en el que estaba a diferencia de la cama y del suelo, estaba limpio y en la esquina izquierda de este, se podía ver un montón de libros gruesos apilados de forma ordenada, en la esquina derecha se podía ver una pila bastante grande de skechbooks que probablemente, ya no poseían ninguna hoja en blanco y encima de estos se encontraba un estuche que estaba a punto de explotar. La apariencia del joven era desaliñada y descuidada vestía una polera negra y un pantalón de color gris. Al estar descalzo, se podía ver cómo apretaba sus dedos contra sus pies. Su cabello tan negro como sus ojeras, le llegaba hasta los hombros y la única razón por la que no le cubría toda la cara era por que lo tenía amarrado con un pañuelo color carmesí con manchas negras, que parecía tela rasgada, en sus manos había un control de consola el cual no dejaba de soltar sonidos por culpa de los dedos que no dejaban de apretar los botones, y cuando parecía que esto continuaría por siempre el joven hablo.

-¡¡Bieeenn...Por fin pude matarte bastardo!!.

Tras varios días intentando derrotar al monstruo, por fin fui capaz de alzarme con la victoria. Lo celebré de manera exagerada, me puse de pie sobre mi cama y Levante el mando por encima de mi cabeza al igual que un trofeo.

Al instante de haber hecho eso, un sentimiento de vergüenza invadió mi mente, me sentí un poco idiota e inmediatamente deje de hacer esa postura y, me senté al borde de mi cama.

Mi cara demostraba un obvio cansancio.

-¡¡Esto está demasiado desordenado!!

Al mirar lo que me rodeaba, no fui capaz de decir otra frase.

Cuando me di cuenta de lo sucia que estaba mi habitación. Me dieron ganas de ordenar, pero solo fui capaz de recoger un libro que estaba tirado en el suelo, lo recogí con tal pereza que cualquiera pensaría que me faltaban fuerzas para levantarlo, mire unos segundos las hojas, mi vista estaba borrosa, y la oscuridad de la habitación no ayudaba así que, me resigne en tratar de averiguar de qué trataba el libro. Cerrándolo lentamente. Terminé por dejarlo apilado en la pequeña torre de libros que estaba sobre mi escritorio.

-....¡Buaah!

Demostrando mi cansancio, bostece tapando mi boca con mi mano izquierda y entrecerrando mi ojo izquierdo. Lo que me llevo a tomar la decisión de dormir, y mañana cuando tenga más energía, ordenare mi habitación.

Dejando caer mi espalda sobre mi cama, provoque que algunos libros y latas cayeran al suelo, por supuesto, mi flojera me permitió ignorarlos completamente.

Me quedé mirando el techo con los brazos cruzados detrás de mi cabeza.

-....¿Que harán los dioses cuando se aburren?

No me quejo de la vida que llevo, pero últimamente ya nada me entretiene, las cosas que hago solo me sirven para distraerme un poco. Así que, cuando dejaba de hacerlas una sensación de aburrimiento me invadía inmediatamente.