Capitulo 56- De vuelta a la despreocupación

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Con el atardecer cayendo sobre él, Errante caminó de regreso a la academia para finalizar el día. Mirando de manera taciturna su alrededor, se veía perdido en sus pensamientos, pero mantenía cierto nivel de concentración en su entorno. Algunas miradas, ya casi como rutina, se detenían sobre él de vez en cuando. Sin embargo, no todas eran debido a que lo reconocían. Algunos adultos, adolescentes e incluso niños, hablaban de su extraña apariencia. De las veces que ha estado caminando por el Reino, no se ha topado con nadie con el cabello negro al igual que él, y no había visto a ningún otro hombre con el pelo tan largo.

-¿Mamá, por qué él tiene eso en la cabeza?

Con una voz aguda e inocente, un niño con orejas de lobo sujetado de la mano de su madre, apunto hacia la cabeza de Errante. Él, al escucharlo, se detuvo para mirarlo.

-A-Ahm…

La madre se veía nerviosa, por su mirada temerosa, revelaba claramente que reconocía a Errante. Sujetó con firmeza la mano de su hijo y no se movió, como temiendo que él les haga daño.
Los rumores sobre él, le dieron esa mala reputación entre los miembros de las tribus bestia, más que en cualquier otra.

Eso, lo sabía muy bien después de haber visto varias veces la mirada de ellos sobre él, las cuales eran más hostiles o temerosas a comparación con la de los robustos o los humanos.

Errante, sin decir nada, sonrió con torpeza al niño y movió lentamente sus manos hacia su nuca, quitando así el nudo de su pañuelo. Al hacerlo, toda su cara quedó tapada por su desordenado pelo. No se le veía ninguna parte de la cara, varios mechones le llegaban a la altura del cuello.

-Oh~ Mamá, mira, mira, un chico tiene el pelo más largo que tú!

La mujer, miraba confundida y algo nerviosa a Errante y a su hijo, los dos se estaban comunicando de una manera extrañamente indirecta. Ella, llevaba su pelo marrón amarrado en una coleta corta que no superaba los diez centímetros, junto a dos mechones que le cubrían una parte de sus mejillas. Errante, como decía el niño, tenía el cabello más largo que ella.

Quitando algunos mechones de su cara, Errante le sonrió al niño y comenzó a colocarse su pañuelo nuevamente. Despidiéndose con la mano, se fue caminando dejando atrás al niño.

-¡Nos vemos!~ ¡Chico de pelo largo!~

El niño, le gritó agitando su mano libre con felicidad, se veía contento por haber recibido una respuesta inmediata a su pregunta.
Algunos transeúntes que presenciaron la escena, miraban a Errante con expresiones atónitas.

-Debería dejar de creer en rumores…

Suspirando para liberar la tensión, la madre del niño sonrió culposamente mirando a Errante. Él, no se veía para nada como lo habían tachado, se veía como otro chico más de su edad desde su punto de vista como madre. Acariciando la cabeza de su hijo, ella movió un poco su mano para despedirse de la espalda de Errante a lo lejos.

(Me duelen los brazos…)

La constante tensión en sus músculos, le daba una gran dificultad a Errante para moverse, pero en los lugares en el que más se centraba el dolor era en sus brazos. La fatiga en sus músculos era tal, que apenas era capaz de moverlos, caminaba con sus manos en sus bolsillos para incluso evitar el más mínimo movimiento.

(¿Por qué no bebes un elixir? Debería ayudarte con la fatiga)

Luna sabiendo cuales eran las posesiones de Errante, le sugirió consumir uno de los elixires que tenía guardados. Su tono ahora era menos formal, se sentía más familiar con Errante hablándole de esa manera.

(Sería un desperdicio, ahora voy a ir a descansar después de todo. Si mañana sigo estando así, quizás beba uno)

Ya estando de camino a la academia, usar un elixir ahora mismo era desaprovecharlo. Sus músculos necesitaban un apropiado descanso, si seguían estando en un estado que le dificultara moverse, incluso después de descansar, se plantearía beber uno.

-H-Hola…

Al acercarse a la entrada de la academia, la hija mayor del patriarca de la familia cristal rosado, lo saludo nerviosamente. Estaba vestida con su uniforme de recepcionista. Por lo visto, hoy era el día en que pudo finalmente regresar. Aunque por la hora, probablemente solo venía a una reincorporación formal, nada oficial de momento.

Su actitud, era diferente a la que Errante esperaba de ella. No mostraba enfado ni recelo, se mostraba cohibida y nerviosa. Su hermana menor, los miraba a ambos desde la recepción. Ella estaba tensa, dependiendo de lo que pasará con esos dos, tendría que seguir trabajando en algo que no le gustaba.


-Hola ¿Ya puedes regresar?

Cómo no eran cercanos ni se llevaban bien, lo más natural era optar por una actitud cordial moderada. Con eso en mente, Errante hizo una pregunta por hacer un tema de conversación, la respuesta era obvia.

-Si… Y-Ya hice por escrito la disculpa… y el honorable señor paladain la acepto…

La actitud que ella tenía, señalaba que no estaba lista para disculparse directamente con él. Aun así, era cuestión de tiempo. Logro reflexionar, en una medida razonable, sobre el error que cometió. No mostraba rencor por lo sucedió, lo cual era lo suficientemente bueno.

-Ya veo, es bueno oír que todo salió bien. Empezamos mal, pero espero que podamos llevarnos mejor. Nos vemos.

Optando por una actitud más amigable, Errante le hablo con un tono despreocupado y semi cordial. No tenía que obligarla a disculparse, ni hablar del tema, por lo que se despidió casualmente y se adelante para entrar a la academia.


Ella, se quedó mirando a Errante sin entender ese cambio en su actitud. Pero lo que entendió, es que se adelantó demasiado en juzgarlo. Miró, en silencio, la espalda de ese joven de actitud despreocupada.

Entrando a la academia, Errante miró a la hermana menor. Asintiendo levemente, la saludo y siguió su camino. Cómo visitará en uno o dos días a su padre, puede que la vuelva a ver. Una despedida no era necesaria.

(Crear una <Unión espiritual> fue más sencillo de lo que esperaba. Sin embargo, los detalles extras son lo que lo complica todo… Si sigo obteniendo bestias alma con Rangos espirituales más altos que los míos, terminaré por romper mi Reino alma…) 

El concepto general de la <Unión espiritual> era bastante simple, lo que sorprendió un poco a Errante. Esa “habilidad”, por llamarla así, de domar bestias alma, le permitía entablar lazos con una ya sea mediante elección de la bestia, como también usando maneras relacionadas a las emociones o las Auras. Fuera de eso, no había demasiada complicación en lograr crear una <Unión espiritual>.

Lo que preocupaba a Errante, era un factor natural que no aplicaba del todo al concepto de <Unió espiritual> sino que más bien al concepto de las Auras en general. El Reino alma, se puede sentir de diferentes maneras, pero una habitación es la sensación más cercana a la realidad. Una habitación, que según se avance de rango y reino, aumenta su tamaño. Esa habitación, almacena las dos Auras existentes, pero con Errante es diferente. Él, almacena en el varias Auras, concretamente diferentes tipos de <Alma espiritual> Sumado a eso, posee ahora dos bestias alma que lo superan en Rango espiritual.

Un error a la hora de excederse con la obtención de Auras, podría provocar que su Reino alma colapse por la sobrecarga.

(Luna ¿Qué fue lo que hiciste para que yo subiera dos Rangos?)

Subiendo las escaleras, Errante inició una conversación con Luna. Está vez, quería indagar en las cosas que había estado ignorando para no presionarla demasiado con preguntas. El asunto de que él avanzo dos rangos de manera espontánea, estaba guardado como una de las cosas importantes que preguntarle. Y este era el momento más idóneo para preguntar al respecto.

(… Veamos… Fue algo que sucedió como una especie de coacción entre tu Aura y la mía… En ese momento, querías romper el cristal espiritual con tu <Alma espiritual> pero con el rango que tenías en ese momento no podías, por lo que forzosamente tus intenciones hicieron que tu Reino Alma obtuviera de mí la cantidad de <Alma espiritual> que necesitabas. Tus sentimientos en ese momento, lograron fortalecer tu Reino alma para que pudiera expandirse en un instante sin romperse. Eso te permitió qué usarás toda esa <Alma espiritual> de una vez. Como la gastaste toda de inmediato, no sufriste consecuencias graves… Si te hiciera subir de rango de esa manera de nuevo, tendrías que expulsar toda esa <Alma espiritual> que te entregué en un instante… Es un método arriesgado para ambos… Pero podríamos intentarlo una vez más)  



Rascando en sus memorias una explicación que fuera directa y rápida, Luna menciono lo justo y necesario sobre el tema. Si ahora intentaban hacer lo mismo, el nivel de dificultad sería claramente diferente por varios factores. Expulsar esa cantidad de <Alma espiritual> en un instante, justo en el momento adecuado, era una tarea que requeriría de una coordinación descomunal.

(Si, creo que podríamos hacerlo, pero…)

Errante recordaba la sensación de ese momento frescamente, si se lo proponían estaba seguro de que podrían hacerlo. Lo cual, dejo dudosa a Luna, pues él no se mostro del todo entusiasta pese a eso.

(¿Pero?...)

Pregunto Luna, tratando de darle el paso a que continuará con sus pensamientos.

(He estado pensándolo y creo que puedo desarrollar varios métodos para avanzar de Reinos y Rangos rápida y eficientemente. Y, por otro lado ¿Tú también conoces algunos, no es así? Digo, tú estás en el Rango bosque espiritual del cuarto Reino, podrías ser la mejor maestra que podría pedir. Aunque actualmente solo puedes usar tu <Alma espiritual> hasta el Rango semilla en el cuarto Reino, con tus conocimientos y mi rapidez de aprendizaje no veo la necesidad de arriesgarnos usando técnicas como esa) 

Revelando su punto de vista, Errante menciono punto por punto lo que le servía como opción más segura. Tomar caminos rápidos era tentador, pero para alguien como él, los caminos rápidos no necesariamente eran la respuesta correcta. Usando su velocidad de aprendizaje, su comprensión de las Auras y las instrucciones de alguien con más experiencia que él, los caminos para avanzar de Rangos no tenían límites.

(Realmente… a veces me recuerdas demasiado a él…)

Luna desconcertó a Errante con su comentario ¿Él? Si bien tenía una idea de quién se trababa por el tono nostálgico de Luna, no entendía a qué exactamente se refería con parecerse.

(¿De verdad? Me cuesta imaginar tener algo en común con alguien…)

Errante tenía talento para todo, sin excepciones, si se interesaba mínimamente, mostraría una habilidad digna de que lo llamarán genio hasta en lo más absurdo. Por esa característica, le costaba imaginar tener algo que le sirviera a Luna para recordar a alguien. Si existió alguien parecido a él, Errante se sentía extrañamente escéptico.

(Pupu, eso es exactamente en lo que se parecen… Él dudaba de todo, pero siempre buscaba explicaciones para las cosas. Le agradarán o no, primero se dedicaba a encontrar una explicación concreta hasta para despreciar algo. No lo hacía por interés o curiosidad como tú, pero siempre averiguaba tantas cosas de manera tan sencilla, que me costaba seguirle el ritmo)

Riendo burlonamente, como señalando que esperaba ese tipo de respuesta, Luna explico lo que “él” tenía en común con Errante. La búsqueda de información, la capacidad para sonsacarla de donde sea y de quién sea, los dejaba como personas similares.

(Suena como alguien interesante…)

La manera en la que hablaba Luna, y el hecho de que ella haya tenido varios maestros bestiales, decía claramente que “él” probablemente ya no estaba en este mundo. Para Errante, que ahora sabía un poco más sobre Luna, sonaba como alguien que fue muy importante para ella. Considerando eso, no quería hacerla recordar lo que pudo haber sido una trágica separación. En otro momento, él quería escuchar su historia completa.

(Si… lo era…)

Confirmando las suposiciones de Errante, Luna hablo con un tono triste mezclado con aceptación. Sin mucho más que agregar, la conversación termino ahí de manera ambigua.


-¿Hmh?

Al llegar a la puerta de su habitación compartida, Errante noto un constante flujo de Auras en el lugar. Algo estaba pasando adentro, lo que le llamo ligeramente la atención.

(Estos chicos… tienen un potencial bastante decente…)

Al entrar, Errante observo a los tres chicos que estaban sentados en sus camas. Tenían los ojos cerrados, pero estaban despiertos. Estaban en un estado de meditación profundo, mientras manipulaban sus Auras de distintas maneras. Lo que le llamo la atención a Errante, lo que lo llevo a elogiarlos, fue que controlaban sus Auras a un nivel excelente y preciso. No desperdiciaban ninguna braza de Aura, fluían con una constante calma.

Estaban entrenando para aumentarlas, para mejorar su control sobre ellas, para fortalecer sus cuerpos y mentes y para aumentar la resistencia de sus Reinos almas. Un entrenamiento así, señalaba que ellos habían comprendido la diferencia de nivel entre ellos y Errante, pero que no lo iban a aceptar fácilmente. Cada uno de ellos, sudaba a mares mostrando que llevaban horas en ese estado.

Esa diligencia, esa manera de llevar a cabo un entrenamiento que genios engreídos no seguirían nunca, demostró que no eran simples prodigios.

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