Capitulo 22-Raza desconocida

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-Oficialmente no lo soy.

Contestó Errante.

Su idea era ver que reacción tenían ambos al ver que no tenia el título de un <Especialista en minerales> pero que tenía los conocimientos de uno.

-¿Chico, como te llamas?.

Él anciano ladeó una ceja y miro pensativo a Errante.


-Errante.


-¡Lo sabía! Ese Dolf y sus estúpidas descripciones poco específicas.

Repentinamente, él anciano actuó enérgico y a la vez molesto. Cuando escucho el nombre “Errante” confirmo lo que había estado pensando desde que vio al joven que se encontraba de pie frente a él.


-Me pregunto que cara pondrá ese vejestorio cuando se entere que él discípulo del que tanto me anda presumiendo dejo de lado la alquimia para ser un <Especialista en minerales> Hahaha. Pero bueno, es entendible, la maldita alquimia es absurdamente molesta y aburrida de aprender en comparación con el estudio de minerales.

Él anciano ya parecía estar hablando más consigo mismo que con los chicos que lo miraban con caras de póker.

-Creo entender un poco que está pasando, pero usted lo está malinterpretando. Yo no deje la alquimia, simplemente estoy aprendiendo otra cosa aparte. No es como si alguien solo pueda aprender una sola cosa en su vida ¿o me equivoco?.

Errante sabía la dificultad de ambas <Especialidades> simplemente se quería hacer un poco el idiota para averiguar que tantas cosas le dijo su maestro al anciano. Y también quería ver la reacción de Aiden por sus palabras.

-….Ya entiendo… parece que ese loco esta vez no estaba exagerando, no le creí ni por un segundo cuando dijo que encontró a un chico que se hizo alquimista novato en menos de un mes. Por tu forma de hablar, hacer ese tipo de cosas debe ser algo normal ¿Verdad?.

reflexionando sobre las palabras de Errante, llego a una conclusión, las hazañas que Dolf le contó sobre su discípulo con cara de aburrido eran todas verdades.

Cuando Aiden escucho esas palabras, miro a Errante, no tenía ninguna expresión ajena a la habitual, solo parecía haber mirado por mero instinto.


-¿Qué relación tiene usted con él maestro Dolf?.

La conversación podría tomar un rumbo en el que se revelará demasiada información sobre sus capacidades, en el pasado Errante habría hecho todo lo posible para evitar ese desenlace, pero ahora ya no importaba, ya no ocultaría sus habilidades de aprendizaje, aparte de actuar de esa manera por su cambio sobre la forma en la que quiere vivir, Errante quería causar la curiosidad de Aiden.

-No me agrada decirlo, pero Dolf es un maldito genio, para perfeccionar la Alquimia, se especializo en todo lo relacionado con ella. Tiene los títulos de <Especialista en alquimia> de rango maestro superior, <Especialista en minerales> de rango maestro, <Especialista en bestias espirituales> de rango experto, <Especialista en exploración> de rango maestro, y un montón de mierdas de ese tipo. Pero por razones que desconozco, dejo de mostrar todas sus habilidades en la Alquimia cuando se hizo viejo, por eso tiene esa tienda desaliñada y ya prácticamente nadie lo recuerda, solo personas que lo conocieron directamente lo respetan y lo siguen llamando por su antiguo título de <Especialista> otorgado por el señor Dreygon paladain, si te lo preguntas ese título es “Especialista de especialidades”. En fin, lo conocí en su juventud cuando estudio a los <Especialistas en minerales> aún recuerdo cuando llego a la academia y se convirtió en mi superior después de dos años, yo llevaba estudiando cinco maldición.

Errante escuchaba atentamente al anciano, resulta que su maestro es alguien increíblemente sabio, reconocido por él director de la academia mugen.

(Ahora que lo recuerdo, él maestro Dolf me contó que conoció al director en sus años en la academia).

Errante reconoció el nombre mencionado por él anciano debido a que cuando le hablo a su maestro sobre sus intenciones de ingresar a la academia, Dolf le contó cosas sobre esta, dos de ellas era que él estudio en ese lugar, y que conoció al Dragón Invencible. Pero no le hablo nada sobre sus logros en esta.

Errante no estaba muy familiarizado con el tema de los <Especialistas> y aún así podía hacerse una idea de que tan increíble era poseer tantas <Especialidades> en esos rangos. Su maestro le explicó los tipos de rango cuando alcanzó el primer rango. Los rangos existentes son: Rango aprendiz, Rango aprendiz superior, Rango novato, Rango novato superior, Rango experto, Rango experto superior, Rango maestro, Rango maestro superior y por último Rango maestro ancestral. Errante ahora tenía cierta curiosidad por saber más acerca de su maestro.

(Ahora entiendo porqué él maestro Dolf no le prestó tanta importancia a mi capacidad de aprendizaje y solo le dio importancia a lo que podía hacer con ella).

Recordando el comportamiento positivo de Dolf hacia sus capacidades, Errante con la nueva información obtenida, llego a la conclusión de que su maestro no le tenía miedo o envidia como los demás debido a que él también era alguien considerado un genio entre genios.


-La cosa es que hace como un mes, vino a mi tienda a comprar varias piedras de moler. Desde ese entonces, me ha estado hablando de las cosas absurdas que has hecho. Hablaba de ti bastante, casi me hizo recordar sus charlas infinitas sobre la alquimia cuando era mi superior.

Él anciano enano recalcaba su molestia por el comportamiento de Dolf, pero esta vez parecía ligeramente agradecido hacia Errante, probablemente estaba contento por volver a mirar la pasión de su antiguo superior.

-Bueno, volviendo al tema de los minerales, sus <Esencias elementales> son de muy buena calidad, yo no puedo comprarlas. Cerca de la academia hay una tienda que compra materiales de todo tipo, es bastante famosa, de seguro podrán comprarte todos los minerales. Es fácil de reconocer, es de tres pisos y tiene decoraciones lujosas por todas partes junto a adornos florales.

Dejando de lado la “historia” de Dolf, él anciano regreso al tema de los minerales y explicó que para él no era posible la compra de estos debido a su gran calidad. La única opción que pudo presentarle a Errante era otro lugar en el que si era posible vender sus minerales.

-Entiendo, en ese caso me retiro, si ve al maestro Dolf por favor dele mis más cordiales saludos.

Con una expresión un poco amable, Errante se despedía del anciano dándole la espalda.

-Gracias por traerme, supongo que nos vemos en la academia.

Antes de retirarse, Errante se despidió de Aiden mientras dejaba en claro que está no sería la última vez que se verían.

Tanto Aiden como él anciano, se quedaron mirando en silencio a Errante hasta que salió de la tienda.

-Oye Aiden.

-¿Si?.

-Si tienes planeado acercarte a él, ten en cuenta que según las propias palabras del hombre que le enseño alquimia; No tiene límites. Ya sea en aprender o en adaptarse a cosas que llamen su atención. En estos tiempos donde la paz pende de un hilo ¿Sabes lo que eso puede provocar verdad?.

-No me importa de qué bando el decida estar. Lo que me importa son las decisiones que tome en ese bando. Si es tan listo como dicen, esperemos que elija las correctas. De lo contrario…..

La miraba de Aiden por una fracción de segundo se tornó más seria y afilada de lo usual cuando dijo las últimas palabras.


(Como esa tienda está cerca de la academia, podré aprovechar para revisar si logré aprobar el examen de ingreso. Y más tarde veré qué tipo de <Alma espiritual> tengo).

Utilizando la mayor cantidad de optimización de su tiempo, Errante se encaminaría hacia la tienda y luego hacia la academia. Y como fase final de su coartada, le daría uso a la piedra espiritual que le compró a Nio.

Errante caminaba tranquilo por la ciudad. Era un verdadero deleite para su vista poder observar tan bellas construcciones acompañadas del sol que anunciaba la hora del almuerzo, los ciudadanos que circulaban por las calles eran en su mayoría semi~humanos, la mayoría de ellos tenían las ya reconocidas orejas de distintos tipos de animales, para Errante este tipo de vistas ya se habían vuelto rutina pese a que no paseo tanto por la ciudad, no era algo extraño decir que ya se había acostumbrado a ver tales seres, pero sinceramente cosas como diferencias de especie no eran algo extraño de ver para Errante, los años que paso encerrado viendo un sinfín de criaturas le ayudaron a crear esa aceptación por lo “diferente”. Aunque en realidad, no podía evitar mirarlos de reojo, debido a diversas razones personales.


En las cercanías de la academia, Errante observo como un grupo de dos enanos, un elfo de la noche (De piel ligeramente ploma, y cabellos de distintos colores oscuros, dotado de una belleza con aires de misterio), dos hombres lagartos, un hombre lobo, un troll, un orco, y para su sorpresa, una raza que el no podía reconocer, salían caminando desde la entrada. Era similar a observar una reunión de cada raza o más bien la retirada después de la reunión.

Los seres que no reconocía, eran criaturas cuyos cuerpos estaban formados por la misma estructura que los cuerpos humanos, sin embargo, aparte de eso, eran completamente diferentes. Sus pieles, cabelleras y ropas conjugaban una combinación de colores perfectamente confeccionadas por los mismos pigmentos.

Una mujer de estatura alta y gran belleza, vestía ropas ligeras que bordeaban la transparencia, tenía la piel, ojos y cabello de un color exactamente igual de pálidos que sus prendas. Su cuerpo delgado más no desnutrido era acompañado por ondas de aire que se movían al son de su caminar elegante.

Al lado de la bella mujer transparente, había un hombre que representaba todo lo contrario a ella.

El hombre de actitud tosca vestía ropas que solo cubrían lo necesario. Su color de piel, ojos y cabello corto, eran una mezcla de café oscuro y un color arenoso. Por todo su cuerpo, se podían observar pedazos de tierra seca adheridos a su piel. Su cuerpo corpulento le daba un porte bastante intimidante.

A su lado había una mujer que tenía bastantes similitudes con la mujer transparente, si algo podía diferenciarlas era que su transparencia era ligeramente azul y, el “Aire” que se movía alrededor de su cuerpo era más espeso y con un tipo diferente de fluidez. Si la belleza de la mujer transparente se podía describir como elegante y relajada, la belleza de ella era la de una mujer madura y amable. Sus alturas eran las mismas, pero ella era más dotada de proporciones llamativas.

Como último representante de aquella desconocida raza, había un hombre de expresión seria que rodeaba la soberbia. Sus prendas eran similares a telas que cubrirán la mayor parte de su cuerpo. Su piel, ojos y cabello un tanto largo, eran de colores rojizos, amarillos y anaranjados que combinaban perfectamente con las ondas que flotaban a su alrededor.

Errante pese a que tenía una gran curiosidad por ellos, se limitó a mirarlos levemente de reojo, no quería provocar atención innecesaria. Por desgracia su plan de pasar desapercibido no sería posible debido a un desagradable suceso que estaba presenciando.

-¿Qué tienen de asombrosos? Ustedes cerdos verdes no deberían estar representando a nadie, me dan asco ¿Siquiera tienen inteligencia para mantener una conversación?.

De pie delante del orco y él troll, un hombre que no perdía en tamaño y corpulencia con él orco, pronunció engreídamente esas palabras.

Él orco de largos cabellos que colgaban de su poderosa mandíbula, y de un negro pelo corto que se movía por el leve viento provocado por la mujer a su lado. En su cintura se podía observar un martillo que demostraba un poder descomunal. Su mirada era serena e imperturbable, no parecía ser alguien que se dejará llevar por insultos tan poco fundamentados.

La sorpresa que se llevaron todos los presentes fue bastante notoria, sin el menor aviso, aquel hombre grosero que parecía estar apunto de continuar con sus insultos, cayó pesadamente al suelo. Él pie de un joven impacto con su nuca haciendo que su rostro se hiciera uno con el pavimento. Él hombre, de inmediato trato ponerse de pie, pero cuando lo intento un escalofrío recorrió todo su cuerpo, sin la necesidad de hacer contacto visual, se percató de una mirada llena de irá que le decía que si hacía el mínimo intento para ponerse de pie, sufriría consecuencias irreversibles.

-Como miembro de la raza humana, me disculpo por el desagradable comportamiento de este hombre, por favor no guarden rencores y perdonen su estupidez.

Errante hablo cordialmente mientras bajaba su cabeza en dirección al orco y al troll. Habían diversos factores que hicieron parte de su decisión para interrumpir al hombre, uno de ellos era el hecho de que Errante teorizaba la posible situación delicada entre los humanos y los semi~humanos. Pero personalmente, Errante lo interrumpió debido a que siente respeto y admiración por cualquier tipo de ser vivo pensante que no sea humano, no es que no pueda sentir lo mismo por su propia raza, es solo que en términos de una escala, en su mente estaban ellos por encima de los humanos. Por supuesto, eso podía tener un sinfín de variables, pero mientras no sean perturbados esos pensamientos, Errante actuará como piensa que es debido actuar delante de ellos.


Cuando dejo de hablar, no solo él orco y él troll lo miraban estupefactos, las otras razas que los acompañaban estaban igualmente de sorprendidas. Su sorpresa no era solo por sus palabras, no solo por el hecho de que hizo arrodillarse a un hombre visiblemente más fuerte, e incluso no era por el leve aura hostil que sintieron de él, lo que mas les sorprendía era que ninguno de ellos fue capaz de notar su presencia hasta el momento en el que empezó a hablar.

-No tienes que bajar la cabeza. Desde un principio no planeaba darle importancia, si culpáramos a todos los humanos por el comportamiento de uno, no mereceríamos tener conciencia.

Siendo él único capaz de asimilar lo sucedido, él orco le hablo a Errante que lentamente lo miro a los ojos. No era mentira decir que ambos se miraban con respeto mutuo.

-Entiendo…

Errante comprendiendo las intenciones del orco, levanto su cabeza. Desviando su mirada hacia su pie que reposaba sobre la cabeza del hombre, Errante se encontraba un tanto confundido.

(Se que use el <Color alma> para intimidarlo, pero ya no lo estoy usando. Entonces ¿Por qué no se mueve? A estas alturas ya debería de haber perdido los estribos).

Errante cuando puso su pie en la nuca del hombre, se aseguró de intimidarlo para que no mostrará resistencia alguna. Como manifestó irá y hostilidad hacia aquel hombre, su <Alma espiritual> se encargo del resto. Pero ahora Errante no mostraba ningún ápice de esas emociones anteriores. El comportamiento dócil del hombre le provocaba dudas sobre cómo funcionaba realmente la intimidación a través del <Color alma>. Levantando su pie, Errante esperaba ver que reacción tendría él hombre.
Cuando Errante levanto su pie, un especie de tiras carmesís salían de la cabeza del hombre.

-P~P~Por favor…. No me mate….. no lo haré de nuevo, por favor por favor por favor, perdóneme.

Tiritando sin parar, él hombre no paraba de pedir perdón y suplicar por su vida. Su voz era igual de temblorosa que su cuerpo. Errante se quedó mirándolo, no sabía exactamente que le había hecho al hombre.

Con pasos fluidos y elegantes, la mujer de azul transparente se acerca e hinco delante del hombre.

-Ya no tienes que tener miedo, vete y reflexiona sobre lo sucedido.

Con un tono amable y tranquilizador, la mujer calmó al hombre que gracias a sus palabras dejo de tiritar, lentamente, él hombre se puso de pie y se retiró en silencio.

(¿Esas tiras, que significan?)

Cuando la mujer retiró su mano de la nuca del hombre que anteriormente estaba arrodillado, Errante pudo percatarse de que unas tiras de color azul pálido flotaron de igual manera que las tiras carmesís.

-Déjame ayudarte.

Dijo la mujer tomando el brazo del confundido Errante.

Ella con movimientos suaves que parecían fluir por el aire. Comenzó a cubrir con un especie de burbuja la sangre seca que había en el brazo que sujeto con sus húmedas y suaves manos, la burbuja comenzó a despegar la sangre seca. Provocando así, que se tiñera de un rojizo oscuro. Con un movimiento de su mano, la burbuja se alejó del brazo para terminar impactando contra el suelo, dejando una mancha de sangre en este. El brazo de Errante estaba completamente limpio.

-Ya está.

Dijo la mujer amablemente con una sonrisa en su translúcido rostro.

-G~Gracias.

Errante se olvidó por el momento de lo sucedido con él hombre, lo que hizo la mujer lo tomo desprevenido.

-Joven, mi nombre es Gromgor jefe y representante de los orcos ¿Cuál es tu nombre?.

Cuando la mujer se alejó de Errante para volver a la alineación entre razas, Él orco de voz gruesa se presentó de manera amistosa hacia Errante.

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