Después de la sabrosa y contundente cena, Lauren conduce de vuelta al Escala. Por los altavoces se oye la voz dulce y melodiosa de Eva Cassidy, y eso me proporciona un apacible interludio para pensar. He tenido un día asombroso; la doctora Greene; nuestra ducha; la admisión de Lauren; hacer el amor en el hotel y en el barco; comprar el coche. Incluso la propia Lauren se ha mostrado tan distinta... Es como si se hubiera desprendido de algo, o hubiera redescubierto algo... no sé.
¿Quién habría imaginado que pudiera ser tan dulce? ¿Lo sabría ella? Cuando la miro, ella también parece absorta en sus pensamientos. Y caigo en la cuenta de que ella no ha tenido en realidad una adolescencia... una normal, al menos.
Mi mente vaga errática hasta la fiesta de la noche anterior y mi baile con el doctor Flynn, y el miedo de Lauren a que este me lo hubiera contado todo sobre ella. Lauren sigue ocultándome algo. ¿Cómo podemos avanzar en nuestra relación si ella se siente de ese modo?
Cree que podría dejarla si la conociera. Cree que podría dejarla si fuera tal como es. Oh, esta mujer es muy complicada.
A medida que nos acercamos a su casa, empieza a irradiar una tensión que se hace palpable. Desde el coche examina las aceras y los callejones laterales, sus ojos escudriñan todos los rincones, y sé que está buscando a Alexa. Yo empiezo también a mirar. Todas las chicas morenas son sospechosas, pero no la vemos.
Cuando entramos en el garaje, su boca se ha convertido en una línea tensa y adusta. Me pregunto por qué hemos vuelto aquí si va a estar tan nerviosa y cauta. Ben está en el garaje, vigilando, y se acerca a abrirme la puerta en cuanto Lauren aparca al lado del SUV. El Audi destrozado ya no está.
—Hola, Ben —le saludo.
—Señorita Cabello. —Asiente—. Señora Jáuregui.
—¿Ni rastro? —pregunta Lauren.
—No, señora.
Lauren asiente, me coge la mano y vamos hacia el ascensor. Sé que su cerebro no para de trabajar; está totalmente abstraída. En cuanto entramos se vuelve hacia mí.
—No tienes permiso para salir de aquí sola bajo ningún concepto. ¿Entendido? —me espeta.
—De acuerdo.
Vaya... tranquila. Sin embargo, su actitud me hace sonreír. Tengo ganas de abrazarme a mí misma: esta mujer, tan dominante y brusca conmigo... Me asombra que hace solo una semana me pareciera tan amenazadora cuando me hablaba de ese modo. Pero ahora la comprendo mucho mejor. Ese es su mecanismo para afrontar las situaciones. Está muy preocupada por lo de Alexa, me quiere y quiere protegerme.
—¿Qué te hace tanta gracia? —murmura con un deje de ironía en la voz.
—Tú.
—¿Yo, señorita Cabello? ¿Por qué le hago gracia? —dice con un mohín.
Los mohines de Lauren son tan... sensuales.
—No pongas morritos.
—¿Por qué? —pregunta, cada vez más divertida.
—Porque provoca el mismo efecto en mí que el que tiene en ti que yo haga esto.
Y me muerdo el labio inferior.
Ella arquea las cejas, sorprendida y complacida al mismo tiempo.
—¿En serio?
Vuelve a hacer un mohín y se inclina para darme un beso fugaz y casto.
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Atormentada por las sombras II - Camren
FanfictionContinuación de una de las historias mas intensas que he leído, fuera de lo sexual.