Los folletos llegan a la oficina, y me alivia ver que han quedado muy bien. Llevo uno al despacho de Patrick. Se le ilumina la mirada: no sé si es por mí o por el folleto. Opto por creer que se trata de esto último, de lo contrario me hace sentir incomoda.
—Están muy bien, Mila. —Lo hojea tranquilamente—. Sí, buen trabajo. ¿Vas a ver a tu novia esta noche?
Tuerce el labio al decir « novia» .
—Sí. Vivimos juntas.
Es una verdad a medias. Bueno, en este momento sí es cierto, así que no es más que una mentira inocente. Espero que con eso baste para disuadirle.
—¿Se molestaría si fueras conmigo a tomar una copa rápida esta noche? Para celebrar todo el trabajo que has hecho.
—Tengo un amigo que vuelve a la ciudad esta noche, y saldremos todos a cenar.
Y estaré ocupada todas las noches, Patrick. Pienso
—Ya veo. —Suspira, exasperado—. ¿Quizá cuando vuelva de Nueva York, entonces?
Levanta las cejas, expectante, y se le enturbia la mirada de forma sugerente.
Oh, no... Esbozo una sonrisa evasiva y reprimo un estremecimiento.
—¿Te apetece un café o un té? —pregunto.
—Café, por favor —dice en voz baja y ronca, como si estuviera pidiendo otra cosa.
Maldita sea. Ahora me doy cuenta de que no piensa rendirse. Oh... ¿qué hago?
Cuando salgo de su despacho respiro hondo, ya mucho más tranquila. Patrick me pone muy tensa. Lauren no se equivoca con él, y en parte me molesta que tenga razón.
Me siento a mi mesa y suena mi BlackBerry : un número que no reconozco.
—Camila Cabello.
—¡Hola, Cabello!
El alegre tono de Seth me coge momentáneamente desprevenida.
—¡Seth! —casi grito de alegría—. ¿Cómo estás?
—Encantado de haber vuelto. Estaba francamente harto de sol y de ponches de ron, y de mi hermana pequeña perdidamente enamorada de ese tipo tan importante. Ha sido infernal, Mila te lo prometo.
—¡Ya! Mar, arena, sol y ponches de ron recuerda mucho al « Infierno» de Dante —contesto entre risas—. ¿Dónde estás?
—En el aeropuerto, esperando a que salga mi maleta. ¿Qué estás haciendo tú?
—Estoy en el trabajo. Sí, tengo un trabajo remunerado —replico ante su exclamación de asombro—. ¿Quieres venir a buscar las llaves? Luego podemos vernos en el apartamento.
—Me parece estupendo. Nos vemos dentro de cuarenta y cinco minutos, una hora como mucho. ¿Me das la dirección?
Le doy la dirección de SIP.
—Nos vemos ahora, Seth.
—Hasta luego, nena—dice, y cuelga.
¿Qué? ¿Seth también? ¡No! Y caigo en la cuenta de que acaba de pasar una semana con Chris. Rápidamente le escribo un correo electrónico a Lauren.
De: Camila Cabello Fecha: 14 de junio de 2011 14:55 Para: Lauren Jáuregui Asunto: Visitas procedentes de climas soleados
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Atormentada por las sombras II - Camren
FanfictionContinuación de una de las historias mas intensas que he leído, fuera de lo sexual.