Cuando volvemos en coche a Seattle, Lauren está mucho más animada.
—Entonces, ¿vas a comprarla? —pregunto.
—Sí.
—¿Pondrás a la venta el apartamento del Escala?
Frunce el ceño.
—¿Por qué iba a hacer eso?
—Para pagar la...
Mi voz se va perdiendo... claro. Me ruborizo.
Me sonríe con suficiencia.
—Créeme, puedo permitírmelo.
—¿Te gusta ser millonaria?
—Sí. Dime de alguien a quien no le guste —replica en tono adusto.
Vale, dejemos rápidamente ese tema.
—Camila, si aceptas mi proposición, tú también vas a tener que aprender a ser millonaria—añade en voz baja.
—La riqueza es algo a lo que nunca he aspirado, Lauren —digo con gesto ceñudo.
—Lo sé, y eso me encanta de ti. Pero también es verdad que nunca has pasado hambre —concluye, y sus palabras tienen un tono de grave solemnidad.
—¿Adónde vamos? —pregunto animadamente para cambiar de tema.
Lauren se relaja.
—A celebrarlo.
¡Oh!
—¿A celebrar qué, la casa?
—¿Ya no te acuerdas? Tu puesto de editora.
—Ah, sí.
Sonrío exultante. Es increíble que lo haya olvidado.
—¿Dónde?
—Arriba en mi club.
—¿En tu club?
—Sí. En uno de ellos.
.............................................
El Mile High Club está en el piso setenta y seis de la Columbia Tower, más alto incluso que el ático de Lauren. Es muy moderno y tiene las vistas más alucinantes de todo Seattle.
—¿Una copa, señorita?
Lauren me ofrece una copa de champán frío. Estoy sentada en un taburete de la barra.
—Vaya, gracias, señora —digo, pronunciando seguramente la última palabra con un pestañeo provocativo.
Ella me mira fijamente y su semblante se oscurece turbadoramente.
—¿Está coqueteando conmigo, señorita Cabello?
—Sí, señora Jauregui, estoy coqueteando. ¿Qué piensa hacer al respecto?
—Seguro que se me ocurrirá algo —dice con voz ronca—. Ven, nuestra mesa está lista.
Cuando nos estamos acercando a la mesa, Lauren me sujeta del codo y me para.
—Ve a quitarte las bragas —susurra.
¿Oh? Un delicioso cosquilleo me recorre la columna.
—Ve —ordena en voz baja.
Uau... ¿qué? Ella no sonríe; permanece tremendamente seria. A mí se me tensan todos los músculos por debajo de la cintura. Le doy mi copa de champán, giro sobre mis talones y me dirijo hacia el baño.
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Atormentada por las sombras II - Camren
FanfictionContinuación de una de las historias mas intensas que he leído, fuera de lo sexual.