Una vez en la calle, se vuelve hacia mí y me mira.
—¿Qué tal ha ido?
Su voz tiene un matiz de ansiedad.
—Ha ido bien.
Me mira con suspicacia. Yo ladeo la cabeza.
—Señora Jauregui, por favor, no me mire de esa manera. Por órdenes del doctor, voy a concederte el beneficio de la duda.
—¿Qué quiere decir eso?
—Ya lo verás.
Tuerce el gesto y entorna los ojos.
—Sube al coche —ordena, y abre la puerta del pasajero del Saab.
Oh... cambio de rumbo. Mi BlackBerry empieza a vibrar. La saco de mi bolso.
¡Oh, no, Shawn!
—¡Hola!
—Mila, hola...
Observo a Cincuenta, que me mira con recelo. « Shawn» , articulo en silencio. Me observa impasible, pero se le endurece la expresión. ¿Cree que no me doy cuenta? Devuelvo mi atención a Shawn.
—Perdona que no te haya llamado. ¿Es por lo de mañana? —le pregunto a Shawn, pero con los ojos puestos en Lauren.
—Sí, oye: he hablado con un tipo que había en casa de Jauregui, así que ya sé dónde tengo que entregar las fotos. Iré allí entre las cinco y las seis... después de eso, estoy libre.
Ah.
—Bueno, de hecho ahora estoy instalada en casa de Lauren, y ella dice que si quieres puedes dormir allí.
Lauren aprieta los labios, que se convierten en una fina y dura línea. Mmm... menuda anfitriona está hecha.
Shawn se queda callado un momento para digerir la noticia. Yo siento cierta vergüenza. Ni siquiera he tenido la oportunidad de hablar con él sobre Lauren.
—Vale —dice finalmente—. Esto de Jauregui... ¿va en serio?
Le doy la espalda al coche y camino hasta el otro lado de la acera.
—Sí.
—¿Cómo de serio?
Pongo los ojos en blanco y me quedo callada. ¿Por qué Lauren tiene que estar escuchando?
—Serio.
—¿Está contigo ahora? ¿Por eso hablas con monosílabos?
—Sí.
—Vale. Entonces, ¿tienes permiso para salir mañana?
—Claro.
Eso espero, y automáticamente cruzo los dedos.
—Bueno, ¿Dónde quedamos?
—Puedes venir a buscarme al trabajo —sugiero.
—Vale.
—Te mando un mensaje con la dirección.
—¿A qué hora?
—¿A las seis?
—Muy bien. Quedamos así. Tengo ganas de verte, Mila. Te echo de menos.
Sonrío.
—Estupendo. Nos vemos.
Cuelgo el teléfono y me doy la vuelta.
Lauren está apoyado en el coche, mirándome con una expresión inescrutable.
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Atormentada por las sombras II - Camren
FanfictionContinuación de una de las historias mas intensas que he leído, fuera de lo sexual.