Lauren me acaricia el cuello con la nariz y me despierto poco a poco.
—Buenos días, Camz—susurra, y me mordisquea el lóbulo de la oreja.
Mis ojos se abren de golpe y se vuelven a cerrar enseguida. La brillante luz de la mañana inunda la habitación y, tumbada a mi lado, ella me acaricia suave y provocativamente el pecho con la mano. Baja hasta la cadera, me agarra y me atrae hacia ella.
Yo me desperezo, disfrutando de sus caricias, y noto su erección contra mi trasero. Oh. La alarma despertador estilo Lauren Jauregui, sin duda ella es insaciable.
—Estás contenta de verme —balbuceo medio dormida, y me retuerzo sugerentemente contra ella.
Noto que sonríe pegada a mi mejilla.
—Estoy muy contenta de verte —dice, y desliza la mano sobre mi estómago y más abajo, cubriéndome el sexo y explorándolo con los dedos—. Está claro que despertarse con usted tiene sus ventajas, señorita Cabello y eso es algo que aprecio mucho.
Y me da delicadamente la vuelta, hasta quedar tumbada boca arriba.
—¿Has dormido bien? —pregunta mientras sus dedos prosiguen su sensual tortura.
Me mira sonriendo... con esa deslumbrante sonrisa de modelo femenina cien por cien americana, una sonrisa fascinante de dentadura perfecta, tipo comercial de Colgate donde la sonrisa modelando los dientes es lo mas importante y eso me deja completamente sin aliento.
Mis caderas empiezan a balancearse al ritmo de la danza que han iniciado sus dedos. Me besa recatadamente en los labios y luego desciende hasta el cuello, mordisqueando despacio, besando, y chupando. Gimo. Actúa con delicadeza, y su caricia es leve y celestial. Sus intrépidos dedos siguen bajando y desliza uno de ellos en mi interior, despacio, y sisea sobrecogido.
—Oh, Camila —murmura en tono reverencial junto a mi garganta—. Siempre estás dispuesta.
Mueve el dedo al tiempo que continúa besándome, y sus labios viajan ociosos por mi clavícula y luego bajan hasta mis pechos. Con los dientes y los labios tortura primero un pezón y luego el otro, pero... oh, con tanta ternura que se tensan y se yerguen a modo de dulce respuesta.
Yo jadeo.
—Mmm —gruñe bajito, y levanta la cabeza para mirarme con sus ardientes ojos verdes—. Te deseo ahora.
Alarga la mano hasta la mesilla. Se coloca sobre mí, apoya el peso en los codos y frota la nariz contra la mía mientras usa las piernas para separar las mías. Se arrodilla y rasga el envoltorio de aluminio.
—Estoy deseando que llegue el sábado —dice, y sus ojos brillan de placer lascivo.
—¿Por tu cumpleaños? —contesto sin aliento.
—No. Para dejar de usar esta jodienda.
—Una expresión muy adecuada —digo con una risita.
Ella me sonríe cómplice y se coloca el condón.
—¿Se está riendo de mí, señorita Cabello?
—No.
Intento poner cara seria, sin conseguirlo.
—Ahora no es momento para risitas —dice en un tono bajo y severo, haciendo un gesto admonitorio con la cabeza, pero su expresión es... oh, Dios... glacial y volcánica a la vez.
Siento un nudo en la garganta.
—Creía que te gustaba que me riera —susurro con voz ronca, perdiéndome en las profundidades de sus ojos tormentosos.
ESTÁS LEYENDO
Atormentada por las sombras II - Camren
FanfictionContinuación de una de las historias mas intensas que he leído, fuera de lo sexual.