Accidente Parte II

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—¡Lauren!

Me doy la vuelta justo a tiempo de ver a Clara, que estaba detrás de mí caminando arriba y abajo, cruzar el salón a toda velocidad, y ahí, de pie en el umbral, está una consternada Lauren. Solo lleva los pantalones del traje con los tirantes sueltos y la camisa, y sostiene en la mano la americana y los zapatos. Se la ve cansada, sucia, y extraordinariamente atractiva.

Dios santo... Lauren. Está viva. La miro aturdida, intentando discernir si realmente está aquí o es una alucinación. Parece absolutamente desconcertada. Deja la chaqueta y los zapatos en el suelo justo cuando Clara le lanza los brazos al cuello y le besa muy fuerte la mejilla.

—¿Mamá?

Lauren la mira, totalmente perpleja.

—Creí que no volvería a verte más —susurra Clara, expresando en voz alta el temor general.


—Estoy aquí, mamá.

Y percibo en su tono un deje de consternación.


—Creí que me moría —musita ella con un hilo de voz, haciéndose eco de mis pensamientos.

Gime y solloza, incapaz de seguir reprimiendo el llanto. Lauren frunce el ceño, no sé si horrorizada o mortificada, y acto seguido la abraza con fuerza y la estrecha contra ella.


—Oh, Lauren—dice con la voz ahogada por el llanto, rodeándole con sus brazos y sollozando con la cara hundida en su cuello, olvidado ya todo autocontrol, y ella no se resiste.

Se limita a sostenerla y a mecerla adelante y atrás, consolándola. Las lágrimas anegan mis ojos. Mike grita desde el pasillo:


—¡Está viva! ¡Dios... estás aquí hija! —exclama saliendo repentinamente del despacho de Morgan agarrado a su teléfono móvil, les abraza a ambos y cierra los ojos lleno de un profundo alivio.

—¿Papá?


A mi lado, Taylor grita algo ininteligible, luego se levanta y corre junto a sus padres y se abraza también a todos.

Finalmente, una cascada de lágrimas brota por mis mejillas. Ella está aquí, está bien. Pero no puedo moverme. Mike es el primero en apartarse. Se seca los ojos mientras le da palmaditas a Lauren en la espalda. Taylor también se retira un poco, y Clara da un paso atrás.

—Lo siento —balbucea ella.

—Eh, mamá... no pasa nada —dice Lauren, con la consternación aún reflejada en su rostro.

—¿Dónde estabas? ¿Qué ha sucedido? —exclama Clara llorando y hundiendo el rostro entre las manos.


—Mamá —musita Lauren. La acoge en sus brazos otra vez y le besa la cabeza—. Estoy aquí. Estoy bien. Simplemente me ha costado horrores poder volver de Portland. ¿A qué viene todo este comité de bienvenida?

Recorre la habitación con la vista, hasta que sus ojos se posan en mí.


Parpadea y se queda mirando un segundo a Shawn, que me suelta la mano. Lauren aprieta los labios. Yo me embebo en su visión y el alivio invade todo mi cuerpo, dejándome agotada, exhausta y completamente eufórica. Pero no puedo parar de llorar. Laurene se centra de nuevo en su madre.

—Mamá, estoy bien. ¿Qué pasa? —dice Lauren tranquilizadora. Ella le sostiene la cara entre las manos.

—Estabas desaparecida, Lauren. Tu plan de vuelo... no llegaste a Seattle. ¿Por qué no te pusiste en contacto con nosotros?

Atormentada por las sombras II - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora