Compromiso

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Oh, Dios. ¿Cuánta gente hay aquí?

Echo un rápido vistazo a la sala: están todos los Jauregui, Chris con Tay, el doctor Flynn y su esposa, supongo. También está Joseph, el tipo del barco; un afroamericano alto y guapo —recuerdo haberle visto la primera vez que estuve en la oficina de Lauren—; Pily, esa bruja amiga de Taylor, dos mujeres a las que no conozco de nada, y... oh, no. Se me cae el alma a los pies. Esa mujer... la señora Robinson.

Aparece Gretchen con una bandeja de champán. Lleva un vestido negro escotado, el pelo recogido en un moño alto en lugar de las coletas, y al ver a Lauren sus pestañas aletean y se sonroja. El aplauso va apagándose y todas las miradas se dirigen expectantes hacia Lauren, que me aprieta la mano.

—Gracias, a todos. Creo que necesitaré una de estas.

Coge dos copas de la bandeja de Gretchen y le dedica una sonrisa fugaz. Tengo la sensación de que Gretchen está a punto de desmayarse o de morirse. Lauren me ofrece una copa.

Alza la suya hacia el resto de la sala, e inmediatamente todos se acercan, encabezados por la diabólica mujer de negro. ¿Es que siempre viste del mismo color?

—Lauren, estaba preocupadísima.

Keana le da un pequeño abrazo y le besa en ambas mejillas. Yo intento soltarme de su mano, pero ella no me deja.

—Estoy bien, Keana —musita Lauren con frialdad.

—¿Por qué no me has llamado? —inquiere ella desesperada, buscando su mirada.

—He estado muy ocupada.

—¿No recibiste mis mensajes?

Lauren se remueve, incómoda, me rodea con un brazo y me estrecha hacia ella. Sigue mirando a Keana con gesto impasible. Ella ya no puede seguir ignorándome, y me saluda con un asentimiento cortés.

—Camila, querida —dice ronroneante—. Estás encantadora.

—Keana —respondo en el mismo tono—. Gracias.

Capto una mirada de Clara, que frunce el ceño al vernos a los tres juntos.

—Tengo que anunciar una cosa, Keana —le dice Lauren con indiferencia.

A ella se le enturbia la mirada.

—Por supuesto.

Finge una sonrisa y da un paso atrás.

—Pido su atención a todos, por favor —dice Lauren.

Espera un momento hasta que cesa el rumor de la sala, y todos vuelven a centrar sus miradas en ella.

—Gracias por haber venido. Debo decir que esperaba una tranquila cena familiar, de manera que esto es una sorpresa muy agradable.

Mira fijamente a Taylor, que sonríe radiante y le saluda discretamente. Lauren mueve la cabeza con simulada exasperación y prosigue.

—A Olivia y a mí... —hace un gesto hacia la mujer pelirroja que está de pie junto a una rubia menuda y vivaz—... nos fue ayer de muy poco.

Ah, es Olivia, la mujer que trabaja con Lauren. Ella sonríe y alza la copa hacia Lauren.

—Así que me hace especialmente feliz estar aquí hoy para compartir con todos ustedes una magnífica noticia. Esta preciosa mujer —baja la mirada hacia mí—, la señorita Camila Cabello Estrabao, ha aceptado ser mi esposa, y quería que todos ustedes fueran los primeros en saberlo.

¡Se produce una reacción de asombro general, vítores ocasionales, y luego una ronda de aplausos! Dios... esto está pasando realmente de verdad. Creo que me he puesto del color del vestido de Dinah. Lauren me coge la barbilla, alza mi boca hasta sus labios y me da un beso fugaz.

Atormentada por las sombras II - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora