Cena Benéfica Parte I

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He entrado en un universo alternativo. La joven que me devuelve la mirada desde el espejo parece digna de la alfombra roja. Su vestido de satén plateado, sin tirantes y largo hasta los pies, es sencillamente espectacular. Puede que yo misma escriba a Caroline Acton. Es entallado y realza las escasas curvas que tengo.

Mi pelo, suelto en delicadas ondas alrededor de la cara, cae por encima de mis hombros hasta los senos. Me lo recojo por detrás de la oreja para enseñar los pendientes de nuestra segunda oportunidad. Me he maquillado lo mínimo: lápiz de ojos, rímel, un toque de colorete y pintalabios rosa pálido.

La verdad es que no necesito el colorete. El constante movimiento de las bolas de plata me provoca un leve rubor. Sí, son la garantía de que esta noche tendré color en las mejillas. Meneo la cabeza pensando en las audaces ocurrencias eróticas de Lauren, me inclino para recoger el chal de satén y el bolso de mano plateado, y voy a buscar a mi Cincuenta Sombras.

Está en el pasillo, hablando con Morgan y otros tres hombres, de espaldas a mí. Las expresiones de sorpresa y admiración de estos alertan a Lauren de mi presencia. Se da la vuelta mientras yo me quedo ahí plantada, esperando incómoda.

Se me seca la boca. Está impresionante... Abrigo largo del mismo color de los pantalones, y su semblante de asombro y admiración al verme. Camina hacia mí y me besa el pelo.

—Camila. Estás deslumbrante.

Su cumplido delante de Morgan y los otros tres hombres hace que me ruborice.

—¿Una copa de champán antes de salir?

—Por favor —musito, con celeridad excesiva.

Lauren le hace una señal a Morgan, que se dirige al vestíbulo con sus tres acompañantes.

Lauren saca una botella de champán de la nevera.

—¿El equipo de seguridad? —pregunto.

—Protección personal Camila, se escucha mejor. Están a las órdenes de Morgan, que también está entrenado para ello.

Lauren me ofrece una copa de champán.

—Si, se escucha mejor— digo con ironía— Es muy versátil Morgan.

—Sí, lo es. —Lauren sonríe—. Estás adorable, Camila. Salud.

Levanta la copa y la entrechoca con la mía. El champán es de color rosa pálido. Tiene un delicioso sabor chispeante y ligero.

—¿Cómo estás? —me pregunta con la mirada encendida.

—Bien, gracias.

Le sonrío con dulzura, sin expresar nada y sabiendo perfectamente que se refiere a las bolas de plata.

Hace un gesto de satisfacción.

—Toma, necesitarás esto. —Me tiende una bolsa de terciopelo que estaba sobre la encimera, en la isla de la cocina—. Ábrela —dice entre sorbos de champán.

Intrigada, cojo la bolsa y saco una elaborada máscara de disfraz plateada, coronada con un penacho de plumas azul cobalto.

—Es un baile de máscaras —dice con naturalidad.

—Ya veo.

Es preciosa. Ribeteada con un lazo de plata y una exquisita filigrana alrededor de los ojos.

—Esto realzará tus maravillosos ojos, Camila.

Yo le sonrío con timidez.

—¿Tú llevarás una?

Atormentada por las sombras II - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora