Capítulo 2: ¿Una pandilla?

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Emily, totalmente impactada, no se mueve de su lugar y ve como Ciaus, posa su pie tranquilamente sobre la espalda del sujeto, que sigue en el suelo.

— ¿Dijiste que este era tu territorio?- habla Ciaus, pero al no recibir respuesta, levanta la mirada hacia los otros dos, que tampoco saben que decir.

Malia, está igual de inmóvil que Emily, pero se percata de quién está a su lado, el mismo que la detuvo, Ethan.

— ¿Dos chicas contra tres tipos mayores?— habla Ethan, acercándose más a los sujetos,

— ¡ellas son unas estafadoras!

Malia, ayuda a Emily a levantarse, percatandose de los raspones que tiene en su pierna.

— Oye amigo— Ethan, posa su mano sobre el hombro en el sujeto que hablo, —no me importa quien es Zac, un niño que no puede enfrentar sus problemas y envía a unos idiotas a hacerce cargo de un par de chicas, es detestable, ¿no crees?

— ah, si, pero...

— Te diré algo más, vez a esas chicas de allí—ladea su cabeza en dirección a las hermanas, —están bajo nuestra protección— dibuja una fría sonrisa de lado, y tomándolo fuertemente de la nuca, le susurra al oído.
— así como el cobarde de tu hermano te pide que lo proteja y repartes un estúpido chisme, le dirás a todos, que no pueden tocarlas y que si quieren seguir así, se enfrentarán a nosotros- para terminar su tan cálida conversación, le da dos golpes en el estómago que lo hace caer de rodillas al suelo.

El tercero de ellos, está comenzando a dar pasos hacia atrás.
—Ciaus, Ethan, lo siento—alcanza a decir antes de salir huyendo de allí, abandonando a sus compañeros.

Ciaus, voltea hacia las hermanas y presta más atención en las heridas de Emily, la caída sobre el duró y áspero suelo de cemento del parque le provocó un par de raspones y la presencia de sangre. El joven se encuentra con los ojos de Emily, quien está recostada sobre su hermana.

—No te vez bien, pequeña.

—¡Yo no soy pequeña!— gruñe Emily.

— Ustedes son parecidas— agrega Ciaus, — ¿No serán parientes?

—es mi hermana— Salta Malia,
— gracias por ayudarnos.

— Aunque te dijimos que no volvieras aquí- habla Ethan, seriamente.

— lo sé, lo siento.

Emily, hace una mueca de dolor.
— la abuela me matara— murmura.

— oye, Malia— Salta Ciaus, —puedes traer a la pequeña a casa, queda a una calle de aquí, para limpiar sus heridas.

— yo me llamo Emily—habla Emily, en voz alta pero Ciaus comienza a caminar lentamente con las manos en los bolsillos.

— No lo sé— duda Malia pero al ver el estado de esa pierna y la expresión de dolor en el rostro de su hermana, es ella quien toma la iniciativa de seguir a Ciaus y detrás de ellas va Ethan.

Dentro de este marco, cabe resaltar a la casa de dos pisos donde ingresa Ciaus, la cual efectivamente queda a una calle del parque.
Totalmente curiosas por el lugar, las hermanas camina por el caminito de piedras que las llevan a la entrada y desde el primer segundo que están allí adentro, se escuchan las risas y voces de otros chicos.
Inconscientemente, las dos se quedan parada en la entrada estudiando el nuevo ambiente al cual se enfrentan, hasta que Ethan, quien se hace espacio entre ellas para ingresar, ladea su cabeza en dirección a la sala, de donde proviene todo ese bullicio.

— ahhh, en verdad no queremos molestar. Sólo les pido un poco de agua para lavar sus heridas y nos iremos...

— Yo curare sus heridas— aparece Ciaus, bajando por las escaleras con una bolsa en sus manos.

A través de tus Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora