Malia, estuvo en la cafetería hasta la hora de su cierre. Capturó cada detalle del lugar con su móvil ya que debía enséñarselo a Emily.
Ethan, definitivamente envío un auto por Malia, pero aunque ella se negó a ir con el hombre que lo conducía, el mismo tenía estrictas órdenes de Ethan, de no dejarla volver sola.Para cuando llega a la casa, encuentra a Eduardo en el porche tomando café en una de las tazas floreadas de Ana.
— Buenas noches- saluda Malia, sonriéndo ampliamente.
— Buenas noches querida— Eduardo, se sienta en el banco detrás de él y ladea su cabeza en dirección al banco a su lado, invitándola a tomar asiento.
— Por lo que veo, Ethan se fue.— dijo que tenía asuntos que resolver– Malia, se sienta, curiosa por esa invitación.
–¿Eso te dijo?— suelta una pequeña risa por lo bajo, — Ningún asunto es más importante para él que volver a verte aquí, te lo aseguro— la mira de reojo para percatarse de la expresión de Malia, — mi nieto no sabe cómo controlar sus emociones, puede querér algo con locura y de la misma manera no saber porque lo hace o que hace para tenerlo— toma un lento sorbo de su café, –se que hubieron mentiras que los separaron y algunas de ellas, fueron dichas por culpa de tu padre. No estoy al tanto de todo pero no es necesario para mi, ya que conozco a la perfección la actitud de Alexander.
– ¿En verdad?
— Claro que si— deja de lado su café por un momento, — así como ustedes eran amigos y tuvieron una historia, en el pasado hubo una historia similar donde mi hijo Erick, Giovanni y Alexander, eran amigos.
— ¿Amigos?— se precipita Malia.
— los tres crecieron juntos, sólo que desde entonces, pensaban y perseguían intereses diferentes. Erick y Giovanni querían poder y control de una manera muy peligrosa. Yo no podía aceptar eso, pero ellos estaban decidido a lograrlo por eso me enfade con ellos a tal punto de prohibir que se acercaran a Ciaus y a Ethan, sólo para proteger a esos niños inocentes de los errores de sus padres. Alexander, en cambio demostraba ser un chico más tranquilo que si buscaba poder lo haría con trabajo duro...— sonríe tristemente, — eso era lo que quería pensar ya que él fue el que consiguió lo que quería de la manera más cobarde, enamorando a una chica que tenía el poder y dinero que él deseaba.
— Eva...— murmura Malia.
— Me equivoque con él. Protegiendo a mi nieto y a Ciaus de sus padres, me tocó ser testigo de cómo Alexander, no te protegió a tí ni a tu madre. Me equivoqué— repite.
— ¿Por qué se siente culpable? Usted, no tenía ninguna responsabilidad.
— La tenía— vuelve a beber su café, — ya que todos ellos eran como mis hijos, Erick, Giovanni, Alexander y...– se encuentra con los ojos de Malia,
— tu madre.Malia, frunce el ceño confundida.
— ¿Ellos cuatro eran amigos?— Estaría feliz de contarte esa historia pero creo que hay personas que lo saben mejor que yo.
— ¿A qué se refiere? ¿Qué historia? ¿Qué personas?
— los mismos protagonistas— Eduardo, se levanta de su lugar apoyando su mano contra el hombro de Malia, — Si no puedes contar con tu padre, aún hay tres personas más que lo harán. Eso ya no me corresponde a mí— le regala una sonrisa de lado, — te pareces a tu madre, en carácter y corazón— Esas palabras la toman por sorpresa y no sabe que contestar. Había tratado de evitar hablar de su madre por tanto tiempo, fingiendo que no le importaba para no demostrar cuanto le dolía pero es inevitable no sentir algo por ella...
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A través de tus Ojos.
RomanceLa oscuridad los encierra a ambos pero desean vivir en ese infierno, juntos... De líder de una pandilla a jefe mafioso, ¿que podría salir mal? En un mundo lleno de deseo, lujuria, adicciones, peligro y muerte....