Capítulo 54: la familia de Siara.

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El café está frío sobre la isla de la cocina, ambas tazas están en el mismo lugar ya que sus supuestos bebedores están muy entretenidos o mejor dicho, Ethan tiene a Malia entre él y la isla, devorando sus labios a un ritmo lento, saboreando cada segundo.

— Quiero llevarte de regreso a la cama–habla Ethan, mordiendo el labio inferior de la joven.

— Yo quiero...-comienza Malia pero como si la mala suerte los persiguiera, ambos móviles comienzan a sonar.

— Continúa..— Ethan, ignora los ruidosos celulares que suenan, — tu quieres...— y el único que sigue sonando sin parar es el de Malia.
— lo odio— suelta Ethan e inclinando la cabeza hacia atrás maldice entre dientes mientras se obliga a soltar a Malia pero él también debe tomar la llamada,
— ¿Qué?— gruñe cuando apenas contesta la llamada. Su humor decayó con esta interrupción más cuando escucha a Malia, nombrar a Emily.

— ¿De mal humor?— Ciaus, habla del otro lado del móvil riendo.

— Voy a colgar— Escupe Ethan.

— No lo hagas. Hay problemas que resolver, así que ven. Bájale dos rayitas a tus deseos...— antes de que termine de hablar Ethan le cuelga ya que Malia también ha terminado su llamada.

— ¿Todo bien?

— Lo mismo pregunto- Malia, sonríe de lado conociendo esa cara malhumorada de Ethan.

— Debo irme— anuncia con el ceño fruncido, — Pero puedes venir conmigo y...

— no es posible...— Malia, lo dice riendo y de la misma manera deja un beso sobre su mejilla, — nos veremos luego, yo también tengo que trabajar así qué..— se encoge levemente de hombros.
Aún dudando en irse o no, es Malia quién le da un pequeño empujón, encaminandolo hacia la puerta.

— Estaré pesando en tí- agrega Ethan, dándole un último beso y obligado a dejarla sale de la casa para  comenzar a caminar hacia su auto, aunque en ese trayecto no puede evitar mirar en dirección a un par de sujetos que están un poco más allá, sin hacer nada más que estar allí parados, observando. No le da importancia  y termina subiendo al auto pero tampoco se percata de que esos sujetos lo siguieron hasta allí....

Por otro lado, el día de Emily empieza tranquilo sólo cuando ve a Siara sentada en su asiento del colegio y sólo así, decide abandonar el lugar. Sin embargo en el pasillo del edificio escolar, es interceptada por una joven con una muy especial sonrisa.

— Señorita Davis— La joven, busca torpemente tener disponible una mano entre los libros que lleva y se la extiende para saludarla. — ¿Cómo se encuentra?

— Buenos días— Emily, le corresponde al gesto ya que sabe quién es, la comentada por Siara, como la maestra más dulce, Montserrat.
— Todo está muy bien pero...¿sucede algo con Siara?

— Oh no— niega con cabeza y en ese movimiento deja caer unos libros al suelo, ya que suele ser un poco torpe pero nada de eso le quita que en serio tiene un gran corazón en cuanto al trato de los niños. — Lo siento...— ríe nerviosa mientras recibe la ayuda de Emily para recuperar los libros.
— es sólo que las noticias...— traga saliva nerviosa.

— Si, lo entiendo pero Siara esta fuera de eso.

—Claro, yo también pondré todo de mi para que Siara no tenga problemas aquí tampoco.

— Gracias— Emily, le regala una sincera sonrisa.

— además...— entre los libros saca una hoja, un dibujo de Siara y se lo entrega a Emily.
— El dibujo era libre y ella dibujo a todos esos hombres a su alrededor.. yo me preocupe y...— la expresión preocupada de la maestra cambia por una de confusión cuando nota la sonrisa en el rostro de Emily.
— ¿Señorita Davis?

A través de tus Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora