Capítulo 76: Desafiando

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Al final del día, los pensamientos de Malia están dirigidos todos en torno a Ethan. Esta en este estado después de que lo volvió a ver, luego de haber escuchado esas palabras, volvieron a revivir millones de escenas en su mente entre los cuales están Ethan, en cada uno de ellos así como su conversación con Ciaus cuando le había dicho que se aferraria a las palabras del joven.
Lo notó tan vulnerable y sabiendo en el ámbito en el cual se mueve ahora puede sentir que él no esta bien. Lo ve en ese par de ojos cuando ya no encuentra el mismo brillo que antes, el mismo que él contagiaba en ella.

Él estuvo allí para ella desde el momento que la conoció.
La rescató de Zac y Alex, haciendo más tranquila su estadía y la de Emily en el barrio.
La consoló en cada una de las egoístas acciones de Alexander en torno a ella, nunca le demostró cuanto odiaba al señor Davis, sólo para no empeorar sus sentimientos con para él.
Estuvo allí  para salvarla de Trevor, de su obsesión y sus mentiras y, no la dejo caer en el trauma que eso significaba.
De nuevo, la protegió, oponiéndose a Alexander, Amara, a quien fuera.
Lo más importante de todo, conoció su punto más vulnerable, lo que tanto le costaba hacer que era expresar sus sentimientos abiertamente, aceptar que está bien, estar triste y enojada.
Pero también se fue, le destrozo el corazón dejandola así, sin embargo, Ethan perdió mucho más que todos, en su decisión.
Desea tanto ver esa sonrisa del pasado, esa viva mirada, volver a encontrar al Ethan de antes.

— ¿En qué piensas?— Scott interrumpe sus pensamientos mientras conduce de regreso al departamento de la joven.

— Muchas cosas— habla Malia, en voz baja, mirando por la ventanilla abierta que  deja ingresar el aire fresco de la noche.

— ¿No quieres decírmelo?- aunque ya puede deducir que es lo que ocupa sus pensamientos.

Malia, voltea a verlo, — Estoy bien— le regala una sonrisa amistosa, — no te preocupes.

- No pidas eso— ingresa al estacionamiento del complejo departamental, — No me gustaría que algo termine poniéndote triste de nuevo— lo dice seriamente.

— Aún así le regalaré una sonrisa a los clientes— bromea Malia, pero no puede robarle una sonrisa a Scott, quien continúa con esa expresión seria y preocupada.
— Vamos...- le guiña un ojo, — no te preocupes...— antes de seguir hablando la sorprende la acción de Scott, quién toma su rostro entre sus manos, haciendo que sólo le preste atención a él.

— No estoy dispuesto a verte triste de nuevo— habla, mirándola fijamente,
- por nadie y por nada. Deja de lado el trabajo y concéntrate en ti. Puedes hablar conmigo como tú amigo no como tú jefe, ¿si?

Malia, dibuja una sonrisa lentamente.
— Lo sé y te lo agradezco— le vuelve a sonreír y está vez si logra que Scott le responda de la misma manera, hasta que se ve obligado a alejar su tacto de ella. — Muchas gracias— continúa Malia y abriendo la puerta del auto termina saliendo del mismo,
— buenas noches— saluda amablemente, bajo la atenta mirada de Scott quién no desea dejarla ir así.

— Buenas noches, Malia— responde el joven, sonriéndo de lado, reprimiendo sus ganas.

El camino de regreso a su departamento lo hace muy tranquilo, pensando en Malia y la aparición repentina de Ethan, sabiendo que esto no puede ser tomado a la ligera.
Cuando se acercó a Malia, no había imaginado que esa jovencita despertaría un sentimiento diferente a la amistad que pretendía.
Nisiquiera planeaba algo asi, para una persona que desea tener en orden toda su vida.
Scott O'Kelly, desde que pudo entender como son las cosas en este mundo, la delgada línea que separa a “las personas buenas de las malas”, quiso convertiste en policía, parecía un sueño de niño lejano cuando se vio envuelto en el fraude de la persona que debía guiarlo. Su jefe, trabajaba en conjunto con un político corrupto, ambos metidos en negocios sucios. Es así como lo usaba a él y a sus compañeros para desbaratar supuestas organizaciones que sólo eran enemigos para él y su socio.
Cuando Emma le pidió ayuda, no dudo en aceptar sólo porque el padre de la joven, fue el único oficial intachable que conoció. Lo único que ignoraba era el hecho de que Ciaus y Ethan, estaban metidos en una de esas organizaciones que acabaron con su fé en la justicia. Pese a todo, él ahora está juzgando sin conocer a las personas y a las cosas a fondo, creyendo que Ciaus salió de todo eso por su hija y que el malo de la historia es Ethan, así que las ganas de enfrentar a esa gran organización a cargo de Ethan, lo está comenzando a motivar cada vez más pensando que de esta manera asegura que Malia, no salga lastimada.
La pregunta seria, ¿Un ex policía tiene los recursos necesarios para hacerlo? Bueno, él no se fue sólo de la policía, tiene compañeros de allí y contactos de esos mismos y, al padre de Emma, Daniel, como un pionero en la tarea de atrapar a esos tipos de gangster.
Claramente, Daniel no sabe que sus hijas mantienen una amistad con ellos.

Scott, sale del vehículo y  camina ese corto tramo hasta el edificio un poco distraído, sin embargo, hay algo que capta su atención al instante, ya que dentro de su vista periférica logra ver la silueta de una persona. Deteniendo sus pasos, mira en dirección a ello comprobando lo que estaba esperando, encontrar a Ethan con esa fría expresión, sin  haber bajado ni un poco los celos que le ocasionó verlo junto a Malia.

— ¿Ya te informaron que deje a Malia en su departamento?— Habla Scott, actuando un gesto burlón, — Desde el momento que comencé a tratar a Malia, me dí cuenta de la seguridad que pusiste alrededor de ella, incluso de esos vecinos que sorprendente, no hacen más que estar allí, vigilando...

— vigilando, no— corta Ethan.

— ah, claro, protegiendo— Sigue Scott, — supongo que es algo por el cuál debes preocuparte, ya que cuando tus enemigos sepan de ella..

— Tú no sabes absolutamente nada— Escupe Ethan, — Eres simplemente un espectador....

Scott, suelta una carcajada sin humor tan rápido como su expresión cambia a una muy poco amigable.
— ¡Eres una basura! Un maldito delincuente, eso es lo que eres, tú no te mereces a Malia.

- ¿Y tú si?— Ethan se mantiene más tranquilo que Scott, en este momento.
— Soy todo lo que acabas de decir, lo aceptó, así que dame una razón, solo una para dejar a Malia en tus manos. Porque no veo interés de ella en ti.

- ¿Tu que sabes?

Ethan, se encoge levemente de hombros, - Vine aquí para oírte ex policía, dame esa razón.

— No la necesitas, yo voy a cuidarla mejor que tú.

El joven sonríe fríamente. — No sabes las ganas que tengo ahora mismo de golpearte.

— no te contegas— apenas lo dice, es él quien se acerca a Ethan con claras intenciones de golpearlo, sin embargo, Ethan logra defenderse del golpe colocando su antebrazo frente a él y siendo más rápido que Scott, logra darle dos golpes de seguido en las costillas, sin embargo, adolorido como esta, Scott se reincorpora llegando a Ethan, acertado un fuerte golpe en el mentón.

— Te meteré a prisión— escupe Scott, tomándose las costillas.

Aquellas palabras cambian el humor de Ethan, de muy mala manera ya que la seriedad que trataba de mantener se desvanece rápidamente.
— Eso si no puedo permitirlo— habla firmemente, — ya que ni tú ni nadie volverá a lastimarlos... así que si tu intención es enfrentarte a mi, hazlo, te estaré esperando— le sostiene la mirada con una expresión siniestra, sin embargo, termina caminando en dirección a su auto ya que no recibe alguna respuesta de Scott. — Y te diré algo más...— habla Ethan antes de subir al vehículo,— no sé que tanto estas dispuesto a dar por ella pero Malia es lo único que amo en este mundo, y pondré de rodillas, suplicando piedad a quien se atreva a dañarla— dicho eso, bajo la amenazante mirada de Scott, termina yéndose de allí....

Como si fuera una especie de adicción, antes de darce cuenta está conduciendo en dirección al departamento de Malia. En el mismo estado con demasiados sentimientos encontrados termina caminando hacia su puerta con un descomunal deseo de verla, sin embargo, llega frente a la puerta y no se atreve a golpear.  Sólo apoya su frente sobre la puerta con los ojos cerrados tratando de convencerse a si mismo que debe irce.
Lo duda más de una vez y cuando está a punto de marcharse, escucha el sonido del seguro de la puerta y siente como la misma se aleja de su contacto.
Cuando cae en la cuenta de que la puerta se abrió, abre sus ojos inmediatamente comprobando a quien tiene frente a él.

—Malia...— murmura Ethan...

A través de tus Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora