Capítulo 37: Atrapada en la obscuridad.

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Malia, siente sus párpados extrañamente pesados pero aún así se esfuerza para poder abrir los ojos. Siente frío, está cansada, es como si no tuviera control de su propio cuerpo.
La joven, parpadea un par de veces sin terminar de abrir completamente sus ojos pero cuando puede ser conciente de la oscuridad del lugar donde está, recupera sus recuerdos desde los momentos antes de desmayarse. Por puro impulso, trata de levantarse de la cama en donde está pero la punzada de dolor en su cabeza se lo impide, así como lo que sea que este sujetando su muñeca a un extremo de la cama.
Inmediatamente, Malia tantea en la oscuridad encontrando la soga que está alrededor de una de sus muñecas. Presa del pánico, comienza a hacer hasta lo imposible para desatarse pero su cuerpo aún no le responde, sin contar con el dolor en su cabeza, es allí donde se toca la frente, cerca de la cien, percatandose del corte que tienen en esa zona, claro, había caído sobre la mesa.
Lejos de rendirse, aunque sus movimientos sean lentos, continúa tratando de liberarse, pero para su mala suerte la puerta se abre, las luces se encienden y lo primero que ven sus ojos es a Trevor.

— ¡Maldito!— Gruñe Malia, sacando fuerza de lo más profundo de su corazón, –¡Desatame!

Trevor, le regala una de las tantas sonrisas que ha estado actuando.
- No te enfades, simplemente no podía dejar que te fueras enojada conmigo y hacer que  de está manera se termine nuestra bonita amistad.

— Estás loco–Escupe Malia seriamente.

— No, Malia. No estoy loco, estoy enamorado, lo he estado por tanto tiempo y tu simplemente no lo quieres entender— se acerca a ella lentamente, — Te he cuidado, protegido y jamás te deje sola pero tú insistías en sólo verme como tú amigo.

— Porque es lo que eras para mi, hasta hace solo un momento y...— tensa su mandíbula, — jamás te pedí que me cuidarás y aún más, que mintieras sobre nosotros...

— ¡Silencio!— grita Trevor, tapandole la boca a Malia con su mano pero termina inclinándose sobre ella muy rápido, sin darle tiempo para reaccionar, — silencio– repite,
–yo fui paciente Malia, todos estos años esperando a que me dieras una oportunidad pero de un día para otro, cualquier persona puede destruir mi imagen frente a tí. ¿No crees que esto es injusto?— desliza su mano sobre la mejilla de Malia, pero la joven le tuerce la cara, — ¿Es que aún amas a ese maldito? Él te ha olvidado, todos estos años no regresó por ti...

— Te odio— Salta Malia, cortando la poca paciencia de Trevor, ya que lo deja sin palabras.

— ¿Qué?— Trevor, ríe fríamente y trae de nuevo la atención de Malia a él, tomándola de la barbilla.
—  No dejaré que salgas de aquí, lo sabes ¿no? Antes tú me aceptarás– sin más, se coloca encima de ella impidiendo que la joven se mueva y de la misma manera, atrapa la mano libre de Malia .

— ¿Por qué haces esto? ¡Déjame!— Malia, se retuerce debajo de él, tratando de liberarse hasta que ve como saca del bolsillo de su chaqueta una jeringa. — ¿Qué... qué es eso...

— tranquila, sólo te dejaré dormir un poco— dice eso con una sonrisa siniestra en rostro y aunque se desespera  tratando de evitarlo, no puede hacerlo ya que Trevor le inyecta una especie de droga en el brazo.

— ¿Que ...— está segura que dice algo pero no puede escucharse a si misma, nisiquiera puede mantenerce despierta y mucho menos, conciente en poco tiempo......

Emily, estudia una y otra vez el mensaje que le envió Malia, en tanto espera a Siara fuera del colegio.
Ya de por si es raro que Malia no fuera al trabajo, como para que pasara unos días con Trevor, ¿por qué no le avisó antes? ¿o por qué no llamó como lo hace siempre? Pero esta vez sólo se limitó a escribir un corto mensaje de texto, demasiado formal para ser ella.

A través de tus Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora