Lo primero que encuentra Malia, es la zona rojiza que comienza a tomar protagonismo, por el golpe de Scott en el rostro de Ethan.
— Buenas noches— Salta Ethan, volteando hacia cualquier otro lado, fuera de los ojos de Malia aunque ya logró preocuparla, - No quería molestarte, lo siento...— da un paso atrás pero cuando gira sobre sus talones, Malia lo sujeta sutilmente por una esquina de su camisa.
— Ya que estás aquí...— aleja su mano de él, — hablemos— sin esperar su respuesta, como si supusiera que él se quedará, se va a la cocina por una bolsa de hielo.
Su corazón está latiendo muy rápido, no está segura que tan buena idea sea esto pero le es imposible no estar preocupada por él, más aún después de ver ese golpe.
Efectivamente cuando regresa, lo encuentra caminando, inquieto, por la sala hasta el momento que ella se acerca.— Ahh... Malia, ya es tarde y...
- Siéntate- Corta Malia y con su mejor cara seria, se acomoda en el sofá.
Ethan, termina sentándose a su lado, guardando una distancia respetuosa entre ellos. No sabe que decir, o más bien no sabe cómo tratarla, no puede ocultar el hecho que en este mismo instante se está muriendo por estar más cerca de ella.
Rompiendo su tan ardua concentración, siente una punzada de dolor cuando recibe abruptamente la bolsa de hielo sobre su mentón, acción el cual Malia lo hizo muy poco delicado, a propósito.
El joven hace una mueca de dolor pero la cara de pocos de amigos de Malia, lo hace disimular.- ¿Con quién te peleaste?— Ruge Malia, — ¿No se supone que tienes más seguridad?
— No es nada...
— tu siempre eres tan problemático– lo está ignorando, — no aceptas ir al festejo de Siara por ir a pelear... siempre tan problemático...— repite hasta que levanta la mirada hacia él comprobando que la estaba viendo atentamente.
— No quiero causarte problemas...
— ¡Deja de decir eso!- Salta Malia, a pocos segundos de desmoronarse,
— ¿Entonces por qué estás aquí? ¿por qué siempre terminas aquí? Tú fuiste el primero que se fue, tu te fuiste...— Lo sé— Ethan, toma su mano entre las suyas, — juro que me esforzare por no volver a hacer esto, supongo que es la costumbre. Lo siento, no quiero alterarte....
— Dime la verdad— sigue la joven, con la frente fruncida, — no me mientas.
— ¿Mentir?— pregunta Ethan, confundido.
— después de lo que hiciste, de tus decisiones, tú...¿tú estas bien?
Una pregunta tan normal y cotidiana entre las personas, casi siempre tiene las mismas cortas y mentirosas respuesta, si o no, según la persona a quien va dirigida, la situación o el contexto. Oír esa pregunta, con ese par de ojos azules viéndolo fijamente como si estuviera prestando atención a cada detalle de su expresión, lo descoloca.
— Malia...— Murmura Ethan sin saber cómo responder a ello.
— Respóndeme, con la verdad. Al menos, concédeme eso— Se mantiene firme ante él, sin intenciones de demostrarle vulnerabilidad pero la sorprende encontrar una sonrisa en el rostro de Ethan, pero no es la misma simpática o pícara sonrisa de siempre, se trata de una rota y triste.
- Estoy un poco cansado— responde llevando la mano de Malia hasta su mejilla, anhelando tanto ese contacto.
— alejame si quieres—murmura y aún sujetando la mano de Malia, se acomoda, recostando su cabeza sobre el regazo de la joven, — No me arrepiento de mi decisión, de todas formas no puedo regresar a lo que era antes... pero al recordar la sonrisa de todos me hace pensar que al menos acerté en algo, no me equivoque tanto, ¿verdad?
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A través de tus Ojos.
RomanceLa oscuridad los encierra a ambos pero desean vivir en ese infierno, juntos... De líder de una pandilla a jefe mafioso, ¿que podría salir mal? En un mundo lleno de deseo, lujuria, adicciones, peligro y muerte....