A través de tus Ojos.

Capítulo 4: Los Hellish Volture.

Habían cinco habitaciones arriba pero Ciaus sólo la llevó a la que parecía ser la suya y termino por buscar una chaqueta negra con un llamativo logo en la espalda, de alas negras con fuego alrededor. Es la misma que Emily había visto en las chaqueta de Krys y Logan cuando las acompañaron a casa.

– Entonces, si son una pandilla- afirma la joven.

Ciaus, levanta la mirada hacia ella y dibuja una sonrisa de lado.

— ¿Cómo se llaman? ¿Quién es el lider? ¿Cuánto son?

A todas esas rápidas preguntas, Ciaus ríe por lo bajo, —Eres muy curiosa pequeña— pasa por su lado y curiosamente desliza sus dedos sobre los cabellos de la joven,
— nos llaman "Hellish Volture".

— buitre infernal—murmura Emily.

—y no hay un líder en específico.

— pero, siempre hay alguien que toma las decisiones.

— bueno, entre Ethan y yo nos encargamos de eso.

Emily, asiente con la cabeza, entusiasmada.
— ¿cuántos son?

Ciaus, lo piensa unos segundos pero termina por encogerse de hombros.
— Los más importante son los que tú ya conoces, luego, cada uno puede reclutar a quien quiera mientras obedezcan nuestras reglas.

— ¿Y cuáles son?

Ciaus, se asoma a la ventana y enciende un cigarro.
- no ser como ellos.

Emily, frunce el ceño confundida hasta que se acerca a él, siguiendo su línea de visión que lo lleva a un grupo de cinco sujetos de unos veintitantos de años, parados a una calle de la casa.

— pero...

— observa- ordena Ciaus y eso hace que Emily siga mirando en esa dirección y lo siguiente que ve es a otro sujeto salir de la tienda que estaba justo frente a ellos. En una de sus manos hay una navaja que oculta rápidamente y entre carcajadas frías, se escapan de allí.

- ¡eso fue un robo!- se precipita Emily.

— este lugar está lleno de personas así. De un día para el otro se formaron muchas pandillas de delicuentes, roban, asesinan, abusan—Aplasta la colilla del cigarrillo contra el marco de la ventana.
— nuestra regla, es ser diferente a ellos con las demás personas, pero no contra ellos.

— ¿a qué te refieres?

— jugamos sus mismos juegos.

— ¿sus mismos juegos?- murmura Emily, para si misma.

¿Juegos, es decir, hacen los mismos que esos delicuentes pero contra ellos?¿En qué clase de lugar vive Malia y su abuela? ¿Con quién están relacionandose ahora?

Malia, está lavando los únicos vasos que hay en la isla de la cocina y a su lado, lo espera Ethan para secarlo y acomodarlo en su lugar.
El joven, viste totalmente de negro, pero el par de zapatillas que tenia, fue dejada de lado desde que limpiaron el piso y ahora está descalzo, totalmente despreocupado. Aún así, esa fragancia tan peculiar no deja de ser percibida por Malia, así como ese color rojizo de sus nudillos. Es claro que están lastimados pero el resto de su cuerpo no tiene señales de que él haya recibido algún golpe.
Aún, ocultando su mirada observadora hacia él, le pasa el último vaso y en ese momento, pierde totalmente su concentración al ver la presión que aplica Ethan para secar el vaso, haciendo que esta acción marque los músculos en sus brazos, ¿En serio este chico puede tener este físico e intimidar con una sola mirada? Claro que puede.
Tan perdida en los movimientos de su mano sobre el vaso, no se percata de que él la está mirando, hasta que para sus movimientos sólo para demostrarle que ya se dio cuenta.