A través de tus Ojos.

Capítulo 90: Hogar

Del avión que los traslada más rápido, pasan a un auto, el mismo ya estaba esperando por ellos, es como si todo esto estuviera planeado, desde cada pequeño detalle.

- La última vez que vine aquí, fue contigo- Habla Malia, mirando por la ventanilla del auto, a medida que Ethan conduce por las calles del barrio donde ellos crecieron.
- ¿Tu regresaste?

- Quizás- El joven, se encoge levemente de hombros con una pícara sonrisa en su rostro, hasta que pasa de largo la casa de Eduardo, captando aún más la curiosidad en Malia, ya que pensaba que ese sería la principal parada.

-Pensé que iríamos a casa de los abuelos.

- Así será, pero primero quiero llevarte a un lugar- disimula muy mal la amplia sonrisa que se dibuja en su rostro, así que voltea la cara en dirección contraria a Malia, sin embargo, sólo hacen faltan una calles más para que Ethan, estacione el auto.
- Llegamos-anuncia, mientras sale del vehículo, recuperando el bolso con la ropa de Malia, pero mientras la espera, guarda celosamente cada segundo de la reacción de la joven.

Malia, baja del auto reconociendo a la perfección está cuadra, cada casa, la acera, los árboles, es aquí donde crecio, pero la casa de Ana, no está o mejor dicho, ya no es la misma.
Sabiendo donde encontrar esa propiedad, la busca con la mirada y encuéntra una casa completamente diferente, está es más grande, dejando poco espacio adelante de la casa, pero aprovechando la extensión de atrás, con un hermoso jardín. A diferencia de la fachada de las otras cosas, está hace la diferencia, con el estilo moderno.
Es nuevo para Ethan también, ya que había hablado con Ana, sobre comprar la propiedad, sin embargo, ella se lo regaló y las refacciones fue obra de su padre y su abuelo.

- ¿La casa....- Salta Malia, volviendo a mirar a su alrededor, por si se equivocó de calle.

Ethan, se acerca a ella tomándola de la mano para guiarla hasta la entrada.
- Ahora, esto es nuestro hogar- Confiesa Ethan, abrazándola por detrás.

- ¿Nuestro?- Salta Malia, girando hacia él.

- absolutamente- Repone Ethan, besándola. - Entremos- sigue, caminando junto a ella.

Apenas ingresan al lugar, se topan con todo realmente cambiado, los lugares de las habitaciones ya no son los mismos, todo está refaccionado muy bien, llevando la sorpresa de ambos.

En la sala, están los cuadros de Ana, con fotografías de sus nietas y también hay fotografías de Ethan, todo acción de sus abuelos. Malia, se pierde un momento admirando esos detalles hasta que siente la tibia respiración de Ethan, sobre su cuello.

- ¿Te gusta?- Habla, en un tono bajo, despejando la zona de la nuca de Malia para dejar un suave beso allí.

- Es perfecto- sigue Malia, pero aunque quisiera voltear a verlo, Ethan la rodea por la cintura, impidiéndolo.

- Debemos estrenar cada rincón de nuestra nueva casa, ¿no crees?- desliza su mano, sobre el vientre de Malia, subiendo lentamente hacia arriba.

- Pero yo...- se aclara la voz,- tengo muchas cosas de la cual hablar contigo antes...

- Podemos hablar después- pasa su lengua sobre el cuello de Malia,
- además...- susurra sobre su oído, -me estoy muriendo por estar contigo...

- Tengo que hablar de algo...

- No- la voltea rápidamente y de la misma manera, la toma entre sus brazos y termina llevándola a cuesta por las escaleras.

- Ethan, de verdad...

- esto es un secuestro, no puedes- bromea Ethan, llegando hacia el piso de arriba.
Malia, simplemente no protesta, mirando la distribución de las habitaciones por el pasillo hasta que Ethan, abre la puerta de una de ellas y es allí donde termina su concentración ya que el joven, la deja suavemente sobre la cama, colocándose encima de ella.
- Sé que tienes muchas preguntas sobre lo que pasó en la organización- Sigue Ethan, trazando una suave caricia sobre su mejilla, - prometo contestar cada una de tus preguntas, tendremos todo el tiempo del mundo pero ahora, sólo quiero estar contigo.