Capítulo 23: Seis años después...

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La habitación se siente demasiada fría  pero sofocante, al tal punto de ser insoportable estar allí. Apenas ha conseguido dormir un par de horas con ayuda de unas pastillas, las cuales tuvieron como resultado el terrible dolor de cabeza que experimenta ahora.
La joven, se sienta en la cama y se toma su tiempo para acostumbrarse de nuevo a esta realidad. Se masajea lentamente la cien, con el ceño fruncido hasta que visualiza en la mesita de luz su móvil, lo recoje y por fin se pone de pie. En ese trayecto, de la cama a la puerta, toma su abrigo, zapatos y bolso hasta que abre la puerta de la habitación, odiando de nuevo la claridad de las luces del pasillo. La joven, está a punto de salir hasta que escucha, dentro de la oscura y fría habitación una ronca y somnolienta voz.

— ¿Te vas de nuevo sin despedirte?

Pero nisiquiera se molesta en contestar, no tiene intenciones de entablar una conversación con él, así que termina saliendo de allí.
El otoño recién comienza, no hace mucho frío pero ese lugar siempre tendrá el mismo insignificante calor para ella.
Aún con el dolor de cabeza, saca de su bolso un cigarro y, mientras lo enciende se sube a su auto.
Calada tras calada, conduce por la ciudad de Los Ángeles, con las ventanillas bajas hasta llegar al estacionamiento de los departamentos que será su refugio está noche.
Se asegura de deshacerse del cigarrillo antes de tratar de abrir la puerta del departamento. Una vez adentro, no se molesta en encender las luces y termina arrojándose en el sofá más cercano, con los ojos cerrados. Se queda así unos minutos, hasta que siente que alguien le toca el hombro para llamar su atención y termina encontrándose con esa expresión indescifrable de su hermana.
En todos estos años, Malia nunca ha dejado de hacer lo mismo, mirar a Emily de esa manera, sin saber jamás en que piensa.

— Date una ducha- Ordena Malia, hacia la recién llegada, Emily.

La joven, no protesta y descalza, llega al baño, escuchando como en la cocina vuelve a haber ruidos.
El agua de la ducha, termina despertandola un poco más, así que permanece más tiempo  de lo normal bajo el agua. Cuando sale del baño, encuentra a Malia sentada en la mesa de la cocina y en el lugar que le aguarda a ella, hay una taza de café y galletas.

-te daría una pastilla para el dolor de cabeza, pero estoy segura que consumiste más que eso— Escupe Malia, seriamente.

— gracias- contesta Emily, bebiendo lentamente el café, sabiendo que Malia no ha quitado su mirada enfadada de ella.

— ¿Hasta cuándo seguirás haciendo esto?

— No es algo regular- apenas levanta su mirada hacia Malia, pero la vuelve a bajar.

—¿Son los días en los que Siara no está?— Malia, respira hondo, se levanta de su lugar y se sirve un vaso de agua.

— estaba con Hunter, por si te interesa...

- Pues no, no me interesa. No cuando es él quien te suministra toda esa porquería..

- Hoy estoy bien— miente,
— mañana recogere a Siara del colegio y...

— Yo iré por ella— sin más, deja su vaso sobre la mesa y se aleja de allí, sabiendo que ni Emily,  tiene algo más que agregar....

Las cosas han sido así desde hace unos años, ya que sus vidas cambiaron en el momento que llegaron a Los Ángeles.
Los primeros meses de embarazo fueron muy duros, ya que la prensa se enfocó especialmente en la familia Davis y el hecho de que Emily estuviera esperando un bebé, era una noticia muy importante para los medios. Las cosas empeoraron cuando a la mansión llegaron los Sherman. Thomás, es un hombre con una actitud igual de fría que Alexander, dispuesto a negociar con sus propios hijos, y así fue ya que él presentó a su hijo menor Hunter de veinte años, como el único padre del bebé de Emily.
Al final, Alexander tenía razón, el embarazo lo beneficiaba ya que él echo a perder un negocio, estaba muy mal parado en la empresa de los Lawrence, pero asociarse con los Sherman era un beneficio exelente para él y para Thomás, ya que termino concretando una relación muy buena, con una de las familias más importante de Los Ángeles, ya que sería suegro de la nieta de los Lawrence.
Así fue como Emily, termino comprometida con Hunter, un chico el cual tenía sus peculiares atractivos, alto, cabello negro y una cautivadora actitud, además de una fama total de mujeriego, el cual tuvo que suspender por unos meses al menos hasta el nacimiento de Siara.
Lamentablemente, los malos hábitos que Hunter trajo consigo, así como el consumo de estupefacientes y alcohol, termino arrastrando a Emily. Quizás esa era la única manera en la que podían llevarse bien, ya que ambos se hacían daño y estaban dañados por las decisiones de sus familias pero, Siara se convirtió en un punto medio. Esa niña de cabello castaños y ojos azules claros, había robado sus corazones, inclusive el de Hunter, quién pese a todo, acepta orgullosamente que es su padre.
Aunque la historia no termino allí, ya que hace apenas unos años, se pusieron de acuerdo para enfrentar a sus padres y separarse, por la salud de ambos y el bienestar de Siara, ya que las peleas entre ambos era más frecuentes, sin embargo, Emily sigue buscando a Hunter cuando necesita perderse por un momento.
Está más que claro, que Emily cambio su actitud gracias a los eventos que sucedieron desde que volvió a su casa, no volvió a ser la chica sonriente y bromista.

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