Capítulo 70: Renunciando a tí...

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Malia no se atreve a interrumpir ese cuadro, creyendo que sólo le pertenece a su hermana, Ciaus y a su hija, su propia familia.
Además, ella tiene un asunto pendiente con Ethan, por eso está a punto de salir de la casa, cuando se topa de frente con Emma quien la intercepta seriamente.

— ¿Dónde piensas que vas?— Salta Emma, mirándola fijamente.

— Iré a ver a Ethan...— la joven la esquiva, — tengo que hablar con él...– y mientras camina, oculta el dolor en su vientre pero su cuerpo le pasa factura muy rápido, ya que se marea a pasos de llegar al auto.

— Tú regresaras al hospital— Emma, llega a Malia, haciendo que se apoye en ella.

-No puedo...

— avisaré a Ethan por tí— asegura y la encamina al  auto.

— ¿No podemos pasar primero por él?

— no— corta Emma, pisando el acelerador en dirección al hospital, percatandose de la mueca de dolor de Malia, que trata de esconder.

Apenas llegaron, la enfermera tuvo que suministrarle un calmante a Malia por el dolor, es que la sustancia letal que le había dado Alex, no era nada bueno para su cuerpo, más aún en el estado en el cual se encontraba. A raíz del cálmate, la joven termino dormida, sin querer, ya que deseaba tanto poder encontrarse con Ethan.

Por otro lado, Siara tomó una ducha juntó a su madre, comió excelentemente bien y termino durmiendo muy pronto, con Emily pegada a ella en cada segundo, cuidando sus sueños.
Esta vez para Siara, no interpretó todo como un juego, más aún porque tenia grabado en sus recuerdos el hecho de que su tía Zoé, la llevó con esos hombres malos y los cuales la encerraron en aquél horrible lugar.
Ella entendía que algo no estaba bien en todo lo que pasó y a su edad no podía ocultarlo, así que el miedo que sintió, aún lo demuestra con cero intenciones de separarse de su madre.

La policía encontró a varios cuerpos en aquel lugar y entre ellos al de Alex y César, mientras que Zac termino extremadamente herido, con un único destino, la cárcel. Ese también debería ser el destino de Trevor pero el muy cobarde está prófugo.
No hubo tiempo de limpiar el desastre que se desató en poco tiempo, pero lo que si estaba muy claro y latente para las personas metidas en los mismos negocios que los chicos, era que Ethan se metió en terreno peligroso, asesinando al líder de la mafia rusa, declarando que de esta manera él se hará cargo de sus territorios y que será el único al mandó de su propia organización, es decir, que ya no depende de su padre y que prácticamente ha dejado fuera a Ciaus.
Los rumores no tardaron nada en llegar a oídos de muchas personas peligrosas pero claramente, ellos también saben que Erick, no dejará a su hijo sólo, así que pueden elegir en aceptar lo que pasó y apoyar a esta nueva faceta de Ethan o intentar enfrentarse a él, como una segunda opción muy lejana en este momento.

Giovanni fue el primero en alterarse ante Ethan, regañandolo por su actitud pero el verdadero reto para el joven, está dirigida por Ciaus...

Todos están reunidos en el edificio, pero cuándo Ciaus ingresa al salón les pide que se vayan, dejándolo sólo con Ethan. Los dos están cansados, el semblante en sus caras lo demuestra claramente, con esas ojeras debajo de sus ojos y hasta una expresión decaída para ambos.

-¿Me quieres explicar lo que pasó?– habla Ciaus, tratando de sonar lo más calmado posible, como siempre lo hace.

Ethan, camina lentamente hasta el gran ventanal del edificio, mirando hacía abajo, hacia las calles transitadas de la ciudad.
— Nuestra sociedad, llega hasta aquí- suelta Ethan, evitando la mirada de Ciaus, hasta que lo escucha reír sarcásticamente.

— ¿A qué te refieres?— Ruge Ciaus, con la mandíbula tensa mostrando claras señalas de enojo.

— Estas fuera de la organización— Ethan, se gira hacia él, mirándolo a los ojos, — Tú, Logan, Krys, Derek...— Ciaus, camina a grandes zancadas hacia Ethan y termina acertandole un golpe en el mentón.

A través de tus Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora