Capítulo 45: Protegiendo tus sueños

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Ethan, espera pacientemente a que Malia abra el departamento para dejarlo ingresar. Esta comenzando a gustarle este lugar, encuentra en cada rincón la personalidad de Malia, tan tranquilo y hogareño, pero aún asi tiene un amargo recuerdo de las veces que estuvo aquí y no actuó de la mejor manera.

— Entonces...— Malia, juega con las llaves del departamento, pasándolas de una mano a otra.

— Conozco la cocina– le guiña un ojo, — Yo me encargo.

La joven asiente con la cabeza, tratando de disimular su expresión sonriente.
— Bien, yo...me cambiaré de ropa— habla, mientras camina lentamente por el pasillo, echandole un vistazo furtivo a Ethan, comprobando que efectivamente está muy perdido en su labor.

Antes que nada, decide darce una ducha lo más rápido, colocarse algo más cómodo para llegar lo antes posible a Ethan.
Luego de ello, furtivamente se acerca a la cocina y termina recostada contra el umbral de la misma, observando la pura concentración de Ethan al revolver lo que sea que está cocinando. Lo hace con un movimiento lento y cuidadoso pero la expresión en su rostro demuestra que está muy indeciso.

— ¿Necesitas ayuda?—Salta Malia, haciendo que él voltee inmediatamente hacia ella.

– ¿Aun no confías en mí?— arquea una ceja, con una sonrisa de lado.
— Tú descansa, que yo me haré cargo de todo- se acerca a Malia, decidido a tomarla del brazo para sacarla de allí pero instintivamente, se detiene a esa corta distancia que está de ella. Esta atrapado por la fragancia de Malia, mezclando su perfume y el dulce olor de su acondicionador para cabello.
Sólo un poco más, piensa Ethan tratando de acercarse más a Malia sin que ella lo rechace y echar a perder todo, así que inahala profundo una vez más acercándose a la parte descubierta del cuello de la joven, hasta que por fin, sujeta su mano para encaminarla a la sala.
— Ahora, quédate aquí— la invita a sentarse en el sofá, — comerás la mejor cena— va hablando mientras regresa a la cocina, más bien  escapando de Malia ya que esta  conteniendose brutalmente para no acercarse precipitadamente a ella, no de la manera que quiere.
Volviendo a concentrarse en su trabajo en la cocina, sigue así por unos minutos y el hecho de no oír a Malia, lo pone nervioso así que decide hablarle desde esa distancia.
— ¿Qué tal estuvo tu día? — espera y espera y no hay respuestas, así que se asoma a la sala. — ¿Malia...— ese cuadro termina por desconcentrarlo así que vuelve a la cocina para apagar todo y se acerca a Malia.
Se inclina hacia ella, acariciando suavemente su mejilla, está vez con total libertad para visualizar cada uno de sus rasgos, con la tranquila respiración de Malia, ya que ella se ha quedado plenamente dormida en el sofá.
— ¿Amigos?— murmura seriamente,
— me estás volviendo loco cada día más y me pides ser amigos— aún se queda en esa posición observándola detenidamente un poco más hasta que apaga las luces, para darle a Malia la impresión de que aún sigue dormida y sólo así, la toma entre sus brazos cuidadosamente para llevarla a su habitación...

Entre los sueños de Malia, todas las noches se cola un desagradable recuerdo de Trevor y su estadía en aquella cabaña, convirtiéndose en una horrible pesadilla. Esta es una situación que se ha repetido demasiadas veces, resultando malo para su salud mental y emocional. Esa sensación de encierro y miedo la vuelve a envidiar en su pesadilla, así que escuchando la voz de Trevor, llamándola, la despierta asustada una vez más.
Con la respiración acelerada, encontrando todo oscuro, tantea la mesita de luz para encender la lámpara pero Ethan, encuentra su mano primero.

— ¿Malia?— habla el joven, acercando la mano de Malia a él y cuando se encuentra con sus ojos, se da cuenta de la cara asustada de la joven, así que sin dudarlo, la atrae a él  abrazándola.

— ¿aún estás aquí?— murmura Malia, apoyando su mejilla contra el pecho de Ethan, haciendo que el escuchar los latidos de su corazón la tranquilice.

A través de tus Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora