Capítulo 15: el fuego en la noche de invierno

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En el momento en el que Ethan se aparta de Malia, ambos están con la respiración acelerada, pero la expresión en el rostro de Ethan, demuestra claras señales de estar lastimado.

La primera acción de Malia, al darce cuenta de esa expresión, es tratar de alcanzar su rostro, pero él rescata su mano antes de que eso suceda.

— Dijiste que aquí era tu hogar— habla Ethan, en voz baja.

— Ella vino aquí por mi.

– pero yo estoy aquí— se aparta de ella bruscamente y termina levantándose de la cama, — Lo siento, no quise decir eso— habla de espalda a ella, mientras rebusca dentro de los bolsillos de su chaqueta un cigarrillo y el encendedor. Su cerebro y su corazón están funcionando de manera diferente, por un lado quiere decirle que el hecho de saber que ella se irá, lo está lastimando y por el otro lado, trata de pensar más en Emily y Malia, como la familia que son y la cual no puede separar.
Sus manos están siendo muy torpes en este momento y no consigue encender el cigarrillo, hasta que Malia, toma ambas cosas, alejandolo de él.

— Nunca pensé que esto te afectaría tanto— sonríe tristemente, — siento si  hice esto más complicado, es que en aquel momento tu y yo, sólo éramos amigos y..

—No— Ethan, toma el rostro de Malia entre sus manos, — ¿Complicado? Yo no me arrepiento de absolutamente nada de lo que pasó. No me arrepiento de haberte conocido, de estar contigo, de tenerte conmigo— termina atrayendola a él, abrazándola. – Tu tampoco te arrepientas de tus decisiones y sigue adelante...— traga saliva, para tragarse el dolor  que decir esto le provoca, — Ve con Emily.

Malia, se aferra aún más a él en ese abrazo y siente como el cuerpo de Ethan está totalmente tenso, así  que depósita un suave beso sobre la mejilla del joven y sin previo aviso, es ella quien da  inicio a un peligroso beso intenso. Ethan, no tarda nada en reaccionar y responder a esa acción.
Arrinconando el cuerpo de la joven contra la pared, luego se deshace del molesto suéter de Malia, acompañado con la siguiente prenda que tenía debajo. En la habitación, no hay lugar siquiera para pensar en las bajas temperaturas, ya que todo tanto el ambiente como sus cuerpos están calientes.

– ¿Estas segura de esto?- murmura Ethan, sobre sus labios, — Una vez que empiece, no podré detenerme.

Esas palabras, le roban una risa nerviosa a Malia, pero asiente lentamente con la cabeza.

— Malia, debes decírmelo— murmura sobre su oído y con su mano comienza desprendiendo los botones del jean de la joven, — ¿Quieres seguir?

— continúa...— musita la joven, buscando desesperadamente los labios de Ethan, pero antes de eso, es él quien la lleva hasta la cama, recostandola sobre la misma.

— Tanta determinación, me gusta— habla Ethan encima de ella, donde se deshace de su abrigo en un rápido movimiento. Aún no le ha devuelto el beso que desea Malia, así que ella es quien trata de llegar a él pero Ethan se anticipa, y tomando sus muñecas, la mantiene acostada en la cama, total y plenamente a su merced.

— No se puede vivir solo de besos, ¿no?– sonríe de lado.

— ¿No acostumbras a dar besos en estas situaciones?— pregunta Malia, tratando de calmar sus emociones en estos momentos.

— siempre suelo hacer otras cosas también, más divertidas, ya te lo había dicho— pasa su lengua sobre el cuello de Malia, hasta dejar un beso sobre su clavícula.

— ¿Lo de las palabras vulgares, rasguñar, llorar...

— ¿Por qué recuerdas justamente ese último?— Ethan, se relame los labios y con la distracción de Malia, desliza su jeans hasta el punto de dejar de estorbarlo.
— Un día, podemos experimentar esa palabra que por lo que veo, te llama mucho la atención.

A través de tus Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora