Capítulo 61: Sentimientos encontrados

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La puerta del salón en el cual está Giovanni, es abierta abruptamente, dejando a la vista a un muy enfadado Ethan.

— ¡Regresa a esa mujer de donde sea que la sacaste!— Gruñe Ethan, enfrentándose a él.

Mientras que Giovanni, nisiquiera se inmuta hasta que Erick, ingresa detrás de su hijo riendo sin humor.

— Oye, muchacho— Erick, apoya su brazo sobre los hombros de su hijo.
— es muy temprano para pelear, además, no queremos una guerra entre nosotros ¿no?

— No— afirma Ethan, — pero no lo repetiré, no la quiero cerca de Malia, no me interesa quien es o lo que signifique para ti— se dirige exclusivamente a Giovanni, sosteniendole esa cruda mirada.

— ¡Ja!–Sigue Erick, tratando de calmar los ánimos,
— tranquilo, Amara es consciente de que no puede acercarse a mi nuera y por lo que sabemos, regresaría pronto a su trabajo— haber oído eso, tranquiliza un poco a Ethan, más porque nota el esfuerzo de su padre por terminar esto aquí, así que termina asintiendo con la cabeza en dirección a Erick y sin volver  la mirada a Giovanni, termina saliendo de allí.

Es indiscutible el hecho de que respeta a Giovanni y a su padre, siempre fue asi, más porque considera a Ciaus como su hermano pero no pudo evitar hacer que lo que hizo Giovanni, le molestará ya que siente que él ni nadie tenía derecho a traer a esa mujer de regreso a la vida de Malia.

Sin más, termina subiendo a la azotea, sabiendo que encontrará un poco de tranquilidad en ese lugar, pero apenas enciende un cigarrillo ve a Ciaus haciendo lo mismo, con la mirada fija en algún punto hacia el frente, tan concentrado o más bien, tan metido en lo que sea que este ocupando sus pensamientos.
Sin decir nada, se acerca a él, colocándose a su lado para tratar de ver lo que él, pero claramente Ciaus está en su mundo.

Calada tras calada, se mantiene en ese lugar, respetando el silencio que guardan ambos. Es imposible negar el hecho de que han estado ocupados por mucho tiempo, metidos en un mundo con mucho movimento, demasiado ruido a diferencia de cómo era su vida en la adolescencia en San Diego.
Quizás, Eduardo e inclusive sus padres, esperaban que ellos tuvieran otro estilo de vida pero nunca pudieron contra sus deseos, más cuando ellos se apoyaron en cada uno de sus locos impulsos, como la creación de los Hellish Volture. En fin, se conocen demasiado bien unos a los otros, como para saber qué están sintiendo un sentimiento diferente.

— Siara, nació un primero de octubre pero no puedo decirle feliz cumpleaños ese día ya que le hicieron créer que nació un mes después— Habla al fin Ciaus, siguiendo con la mirada al frente, – tiene el apellido de otro hombre y sin embargo, no me molesta.

Ethan, le da una fuerte calada a su cigarrillo. — ¿Por qué?

— porque no soy un ser humano bueno, de quien debería sentirse orgulloso— confiesa, — ¿Qué le diré cuando crezca? ¿cómo le explicaré quien soy?— arroja lentamente el humo, – Fui un estúpido al créer que podría tener una vida normal junto a ellas.

— No lo creo— Salta Ethan, pero escucha la risa de Ciaus.

— Tú no sabes mentirme.

— Bueno, estamos en la misma. No quiero poner en peligro a la única chica que quiero, jamás me perdonaría si le pasará algo pero soy demasiado cobarde como dejarla ir, lo fui desde el momento que la volví a ver.

— Cada vez, entiendo más a Erick y a mi padre— comenta Ciaus, dejando esas palabras tan libres en ese lugar, es como si ambos no supieran que agregar. Permanecen así por unos largos minutos, hasta que Ethan termina un cigarrillo y va por el segundo.

— Cuando Galliart murió, termine huyendo de todo lo que en verdad me
hacia feliz— sonríe tristemente, —el barrio, mis amigos, el abuelo, mi casa. Tenía planeado terminar así pero los chicos nos siguieron y mí corazón regreso a Malia... No quiero perder a nadie más..

A través de tus Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora