A través de tus Ojos.

Capítulo Final:

Como un par de niños más, Ethan y Ciaus están muy entretenidos paseando con sus hijos, en este evento, que en cierto punto es muy especial para ellos, Ethan, Ciaus y las hermanas Davis, siendo el lugar y la época del año que se animaron a dar ese primer paso que los termino acercando para cada dia de sus vidas, en el tan valioso “ Festival de Invierno”.

Ethan, tuvo que compartir a uno de sus mellizos a Ciaus, mientras Siara permanece siempre juntos a ellos, pacíficamente.
Ya ha pasado unos meses desde el nacimiento de los mellizos y el desarrollo de cada uno de sus días esta transcurriendo sin problema alguno, incluso sin malentendidos o sentimientos encontrados entre los propios familiares, ya que un día por la tarde Malia, citó a su padre en uno de los parques de la cuidad para aclarar las cosas. En ese mismo sitio le presentó a los mellizos, viendo por primera vez, en tanto tiempo una sonrisa distinta en el rostro de Alexander.
Malia, fue lo suficientemente clara en sus palabras y Alexander, aceptó cada una de sus peticiones con el deseo de tener la posibilidad de compartir momentos con sus nietos, tal cual lo ha hecho con Siara.
Entre las tantas palabras de Malia, siendo la que más habló, lo que más peso tuvo para Alexander fueron las siguientes:

“En el momento que sienta que mis hijos corren el riesgo de salir lastimados por algo que haces o que dices, no  volverás a verlos. Además, lo que pasó, quiero que se quede en el pasado y que ellos no sepan de eso, absolutamente nada los hará entristecer de tu parte”

La joven, lo hizo sólo pensando en Lía y Galliart porque en algún punto, fue lo mismo que hizo su hermana junto a Hunter; aparentar que todo estaba bien para que Siara creciera sin temor o tristeza por las tantas diferencias que había entre las personas que los rodeaban. Si de esta manera, aseguraba que sus hijos crecieran sin la duda de saber porque tienen un abuelo ausente, sería capaz de seguir manteniendo la misma máscara de “hija feliz”. Cabe resaltar que a Ethan, no le agradó mucho ese tema pero jamás iría contra Malia, así que simplemente lo acepto, sabiendo que no dudaría ni un segundo en hacer algo más que amenazar al señor Davis, si lástima a sus hijos.

– ¿Ya?— Pregunta Malia, en dirección a su hermana, caminando disimuladamente lento detrás de los chicos.

Emily, la mira emocionada y asiente con la cabeza, sonriéndo tal cual a una niña.

— Perfecto— Malia, guarda esa radiante sonrisa para ella y termina depositando un beso sobre la frente de su hermana, — felicidades— murmura, correspondiendole al gesto. De la misma manera, llega a Ciaus recogiendo a Galliart de sus brazos.
— Ethan, ¿le mostramos a los niños el árbol?

— ¿El árbol?– pregunta el joven.

— Si, si, el árbol– sigue Malia, hasta que toma la mano de Siara.
— vamos cariño, compraremos algodón de azúcar.

Siara, lleva su mirada a sus padres y la única que puede darle una respuesta es su madre ya que nisiquiera Ciaus, sabe a dónde tiene que ir o con quién, hasta que nota que Emily, lo toma del brazo, evitando que siga a los demás.

— ¿De qué árbol hablas?— murmura Ethan, caminando junto a Malia,
— ¿el de la luces y nuestro primer beso?— y ya no tarda nada en hacer aparecer esa traviesa sonrisa en su rostro. – ¿Pero por qué, Ciaus...— mira hacia atrás pero Malia, lo toma de la barbilla regresando su atención a ella.

— porque ellos tienen algo de que hablar.

— ¿Si?— se apresura a dejar un beso sobre los labios de Malia, — dímelo— murmura.

Malia, espía disimuladamente a Siara y cuando logra comprobar que está distraída en otra cosa, se acerca más a Ethan para murmurar la gran noticia....

– ¿Por qué pienso que tú y Malia, planearon esto?— Habla Ciaus, acercando a Emily a él, — ¿Dime qué pasa, pequeña?

– Bueno...— Emily, ladea su cabeza en dirección a la rueda de la fortuna, la misma en la cual se habían subido los dos hace años atrás.