El sol apenas está comenzado a aparecer de nuevo, en un nuevo día ya que el anterior dejo mucho que desear.
Los chicos, no salieron del hospital ni un solo instante, sin embargo, ahora Ciaus y Ethan están en la solitaria cafetería, buscando café para sus familias.— Quiero ir a buscarlas— habla Ciaus, haciendo alusión a las hermanas Davis, - el mensaje que enviaron no tiene sentido.
—Yo iré a la casa...
— perderán su tiempo— Una nueva voz se hace presente en el lugar. Inmediatamente los dos voltean hacia la entrada de la cafetería donde efectivamente ven de píe, con una expresión de superioridad a Alexander Davis.
—¿Quién es usted?— se precipita Ethan, avanzado hacia él.
— Alexander Davis- pronuncia lentamente, con una fría sonrisa en su rostro.
— Vaya, vaya, el padre del año— se burla Ciaus, — usted debe ser la razón por la cual ellas no están aquí, ¿Qué les hizo?— gruñe Ciaus, con la frente fruncida.
Alexander, rie por lo bajo,— lo siento pero ahora, ellas están en Los Ángeles.
— ¿De qué hablas?— ruge Ethan, llegando frente a Alexander,
— ellas no se irían sin despedirse.— allá tú si no quieres creerme, pero que pasa si te digo que Malia, prefirió a su hermana, antes que a ti, ¿lo creerías?
— ¡Tu no sabes nada de Malia!
— No tiene ningún derecho de llevárselas— Salta Ciaus.
— Soy su padre, son menores de edad, ¿Cómo que no?— se aleja lentamente de Ethan, y comienza a caminar por la cafetería hasta sentarse plácidamente en una de las sillas dispuestas en el lugar. — Son unos solitarios adolescentes que pretenden ser poderosos, formando una pandilla pero, ¿acaso pudieron proteger a sus amigos? Uno de ellos está al borde la muerte y casi pierden a una hermana. No pudieron llegar a tiempo, ¿es así cómo quieren proteger a mis hijas? ¿y si ellas hubieran salido heridas? No son más que niños jugando a ser héroes...
- será mejor que se calle señor Davis– ruge Ciaus, totalmente enfadado, pero antes de avanzar hacia Alexander, Ethan lo detiene colocando su mano sobre el hombro de Ciaus.
— ¿Y cree qué es mejor que nosotros? ¿Qué puede cuidarlas y quererlas cómo tal?
Alexander, se mantiene en silencio por unos segundos. — Te lo aseguro.
— Maldito...— ruge Ciaus.
Ethan, deja escapar una risa fría por lo bajo,— Se basa en un poder y autoridad que nisiquiera es suyo, ya que todo lo que tiene se lo debe a la familia de su esposa, aún así viene hasta aquí para amenazarnos, sin conocernos, sin saber quiénes somos, de donde venimos, quienes son nuestros padres y nos llama, "solitarios adolescentes".
Esas filosas palabras, despiertan el mal humor de Alexander. — Dí lo que quieras, no volverán a ver a mis hijas, ya que ellas también renunciaron a ustedes y si lo hacen, ellas y ustedes, sufrirán las consecuencias.
— Te arrepentirás de cada una de tus palabras— ruge Ciaus.
— No lo creo— se levanta de su lugar y con la misma sonrisa cínica, pasa junto a los chicos, sin embargo antes de salir de la cafetería vuelve a oír la voz de Ethan.
— Alexander Davis— Ethan, lo mira seriamente, pero esta sonriéndo,
— recuerda las palabras de Ciaus— Alexander, lo mira sobre su hombro y sale de la cafetería sin agregar nada más.—¡Desgraciado!— Ciaus, patea la silla más cercana. — ¿Cómo pudo hacer eso?
— Él tiene razón— Ethan, se deja caer en uno de las sillas, —no pudimos protegerlos.
— No...no irás a prestarle atención a lo que dijo, ¿no?
— quiero hacerlo— pasa su mano sobre sus cabellos, — no quiero arriesgar la tranquilidad de las chicas con ese sujeto.
— ¿De qué hablas?
Ethan, tensa su mandíbula,
— lo sabes bien— y claramente, Ciaus lo sabe, aunque le duela, sabe que Ethan renunciará a Malia.— Ethan, te arrepentirás— larga un pesado suspiro y termina maldiciendo en voz baja, —y yo también.
—no tienes porque hacer lo mismo que yo...
— ¿alguna vez, te dije que te dejaría solo?
Ethan, sonríe de lado y se levanta de su lugar llegando frente a Ciaus,
— gracias hermano- posa su mano sobre el hombro de Ciaus pero antes que él diga algo más, la puerta de la cafetería se abre de golpe trayendo consigo a un preocupado Krys.El joven toma aire y habla rápidamente,— Galliart...
▶▶▶
Ya ha pasado una semana de la llegada de las hermanas a Los Ángeles y el ambiente sigue muy tensó y triste. Los periodistas siguen hablando sobre la familia Davis y Lawrence, Eva y Alexander siguen peleando más aún con la llegada de los Lawrence, los padres de Eva los cuales no son nada agradables. Mientras todo eso se desata, Emily se ha encerrado en una oscura burbuja, con la mirada perdida, sus manos sobre su vientre y un par de ojos azules tristes...
Ya es de madrugada y las luces de la mansión están apagadas, sin embargo, la puerta de la habitación de Malia es abierta lentamente.
— No puedo dormir— Emily, se sube a la cama acostandose a su lado.
— papá dijo que buscará un padre para el bebé— ríe sin humor, —y yo extraño tanto a Ciaus.- él también a tí, lo sé.
— y Ethan— choca su hombro con el de su hermana pero el simple hecho de nombrarlos, lo vuelve más triste.
— ¿Qué crees que hubiera pasado si él supiera que yo estoy embarazada? Yo me lo he imaginado una y otra vez, he soñado con él todas estas noches y cada una de ellas, son perfectas y hermosas ilusiones- dibuja pequeños círculos sobre su vientre,
— ¿sera niña o niño?— sera el próximo descendiente de los Hellish Volture— cometa Malia, despertando el buen ánimo de su hermana.
- tendrá tíos que lo querrán mucho, tíos igual de impulsivos que su padre– respira hondo dibujando una melancólica sonrisa, — voy a cuidar a este bebé por Ciaus y por mí...
— lo sé— y si queda alguna duda, nisiquiera Malia permitirá que algo malo les pase..
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A través de tus Ojos.
RomanceLa oscuridad los encierra a ambos pero desean vivir en ese infierno, juntos... De líder de una pandilla a jefe mafioso, ¿que podría salir mal? En un mundo lleno de deseo, lujuria, adicciones, peligro y muerte....