El camino al Complejo Vengadores transcurrió en silencio para ti. Pepper hablaba con Happy... si... ese parecía ser el nombre del chofer gordito que las estaba llevando hasta allá. Pero te sentías lejos, apenas escuchabas sus voces, ni siquiera comprendías de que estaban hablando. Hablaban de Stark y el plante en la fiesta. ¿Fiesta? Hace cuanto no ibas a una fiesta, tus recuerdos te llevaron hasta una fiesta de alcurnia a la que te enviaron por un trabajo, todo termino en llamas, como era siempre. Suspiraste desanimada. Fiesta, recordaste esa fiesta con Thor, en Asgard, cuando todo aun era normal; eran muy jóvenes todavía, esa noche noche bailaron hasta cansarse, se divirtieron mucho a pesar de las bromas de su hermano el pesado. Esa noche te escapaste con Thor a la biblioteca, en donde se dieron su primer beso. Inconscientemente llevaste tu mano hasta tus labios, recordando ese beso, tierno y sincero. Fiesta, volviste a escuchar, y recordaste cuando celebraban la victoria de una de las batallas de Thor, de las primeras a las que él comandaba. Cuando delante de todos anunció su noviazgo contigo y te entregó un anillo con una promesa: él se casaría contigo.
- Es un lindo anillo - Pepper te sacó de tu cavilación, estabas jugando el anillo que estaba en tu mano. Habías conservado y cuidado con tal devoción ese anillo, porque aún creías en esa promesa por alguna razón.
- Gracias - respondiste casi en un susurro y le sonreíste.
- Eh, mira - Pepper señaló por la ventana del auto - Es aquí.
Un gran edificio imponente con una letra A enorme estaba frente a ustedes, rodeado por arboledas; habían pelotones entrenando y corriendo en los alrededores, quinjets despegando y aterrizando en las pistas. Todo esto te puso un poco nerviosa, no creías que te enviaran a un lugar tan concurrido.
- Descuida - dijo Pepper, pareciendo adivinar tu preocupación - El ala en la que estarás es más tranquila.
Bajaron del auto y seguiste con sigilo a Pepper Potts por todos los pasillos, quien muy amable te iba indicando cada sitio del lugar.
- ¿Quién es ella? - Pietro Maximoff, quien estaba en un balcón junto con su hermana, te veía llegar a lo lejos.
- No lo sé, - Wanda te miró con recelo - quizás sea la nueva asistente de Pepper.
- Es demasiado linda para que sea una asistente - Pietro sonrió de forma pícara.
- Pietro, - Wanda reprendió a su hermano - No quiero que te vuelvas a meter en problemas.
Pietro solo rio, y quedó viendo a la distancia a la chica desconocida que seguía a la señorita Potts. Wanda también la seguía con la mirada, pero con desconfianza.
- Bien, esta es el área en la que estarás tranquila - dijo Pepper mientras entraban a una amplia sala acomodada con vistosos sofás rojos, al fondo se veía una modesta cocina y la mesa del comedor - Por acá están los dormitorios.
Te invadió una incomoda sensación, por primera vez después de mucho tiempo, te encontrabas en un lugar muy recatado y demasiado ordenado. No era que extrañaras los espacios reducidos y mal vivientes de la nave de Ronan, pero el olor a lavanda en el lugar te daba picazón de nariz.
- Y esta... - dijo Pepper entrando a un amplio cuarto - será tu habitación, T/N.
¿Tu habitación? Ese cuarto era grandísimo, nada comparado con el cubículo en el que estuviste confinada por... ¿Quinientos años dijo Thor? ¿Cómo había pasado tanto tiempo?
- Muchas gracias, señorita Potts - intentaste disimular tu asombro con una sonrisa, pero eso te dejó una expresión muy extraña en la cara.
- Si no te gusta o no te sientes cómoda - Pepper te miraba preocupada.
- No, no... - trataste de calmarla - la habitación está bien. Es solo que todo esto es un poco extraño para mi...
- Si necesitas algo más, llámame - Pepper te sonrió amablemente - mi número esta en el refrigerador, o puedes decirle a los demás que me avisen.
Pepper salió y te dejó sola en la habitación. Dijo.... ¿los demás...? Eso te hizo sentir muy preocupada, cerraste la puerta de la habitación tan pronto como pudiste. No querías toparte con nadie más, no estabas de ánimos para socializar.
Las horas transcurrieron sin novedad, estabas sentada en la cama de frente a la puerta, esperando que Pepper o Stark aparecieran diciéndote que Thor había vuelto. Escuchaba voces afuera, quizás en la cocina; eran muchas personas. Eso te estresaba, pensar que alguien que no conocieras entrara por esa puerta. Estabas tan preocupada que no te dabas cuenta que tus dedos estaban echando chispas, cosa que pasaba cuando estabas en exceso estresada. Decidiste levantarte, caminar por la habitación. Indagaste por los rincones, hurgaste todos los cajones, pero lo volviste a dejar todo tal y como estaba. Te asomaste a la ventana a ver, hacía un día soleado y muy lindo, habían personas afuera; parecían entrenando, no... ¿estaban jugando? jugaban a lanzarse un extraño balón ovalado. Eran dos chicos de piel morena, un rubio de lindo trasero y un albino que se movía muy rápido. Te quedaste observándolos por un buen rato. Vaya que los midgardianos eran muy apuestos. ¿Qué estas haciendo T/N? ¿Espiar? ¡Ay, por favor! Todos estos años en el espacio y nunca hubo nada bueno que ver, los súbditos de Ronan eran la única compañía masculina que habías tenido todo este tiempo y todos eran horribles. En cambio ahora, aquí en Midgard les parecía haber a montones y de diferentes atractivos. De repente, muy asustada miraste que el chico albino te saludaba con la mano. Justo antes de que los demás voltearan, cerraste la cortina de la ventana y te apartaste de ahí.
Caía la noche y te dispusiste a dormir. La cama te parecía incomoda, demasiado suave y grande. Tu cuerpo renuente estaba acostumbrado a aquellos catres de mala muerte, duros y estrechos. Te levantaste de la cama y te acomodaste en un sofá. Los ruidos de las personas en la cocina te tenían muy tensa, no despegabas la mirada de la puerta por temor a que alguien entrara. Después de varias horas, al fin tu cuerpo cedió ante el cansancio, y poco a poco te fuiste quedando dormida. Pero apenas te dormiste, las pesadillas comenzaron. Fuego por todas partes, el dolor que calaba tu cuerpo, los gritos desgarradores de las víctimas. De repente estabas inquieta en el sofá, sumida en tu sueño de pesadillas, balbuceando cosas y moviendo las manos.
Wanda Maximoff pasaba justo en ese momento frente a la puerta de tu habitación, sintió una extraña vibra que procedía de adentro. Con sus poderes abrió la puerta muy despacio y entró sigilosamente. Te miró inquieta, estabas muy agitada y estabas llorando dormida. Wanda extendió su mano hasta tu frente, para ver que pasaba en tu mente. Vio tu terrible pesadilla: estabas en llamas, gritabas de dolor. Una fuerte energía incesante salía de ti y arrasaba todo a su paso. Estaba confundida, era una pesadilla o memorias de tu pasado. De repente, Wanda quedó absorta ante la visión de la destrucción completa de un planeta que se hizo cenizas. Se apartó de ti muy asustada y tú despertaste abruptamente de tu sueño.
- ¿Quién eres? - estabas muy agitada y sollozando - ¿Qué haces aquí?
- Yo... yo soy Wanda... - estaba asustada y trataba de disimularlo - ...vi que tenías problemas para dormir... solo quería...
- Estoy bien - la cortaste muy molesta y te pusiste de pie - Ya... ¿Me puedes dejar sola?
Wanda bajó la mirada, no lograste descifrar si estaba asustada, apenada o ambas. Se disculpó y salió de la habitación. Corriste hasta la puerta y nuevamente la cerraste con seguro.
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¿QUIÉN ES ELLA?
FanfictionUna historia con Tu Nombre (T/N). Haz llegado de forma accidental a la Tierra después de haber escapado del Acusador, que te utilizaba como su mercenaria. Te encuentras con un grupo de protectores que se hacen llamar Los Vengadores, los cuales decid...