¿QUIÉN ES ELLA?

Capítulo 11

No recordabas exactamente que edad tenías cuando Odín te encontró, en un escambroso  e inerte planeta. ¿Cómo llegaste allí? No lo recordabas. El Padre de Todo, compadecido de ti, te llevó consigo a Asgard. Frigga, la esposa de Odín, te recibió con mucho cariño, ella se encargó de tu instalación. Te volviste la protegida de Odín, eras una doncella de la ciudad dorada.

Odín entonces tenía dos hijos: Thor y Loki, los conociste aun siendo niños. Thor desde un principio fue muy atento contigo, siempre te hacía presentes, te regalaba flores y trataba de impresionarte con cualquier cosa; en cambio Loki, era huraño y parecía caerle mal todo lo que hacías. Mientras uno te llamaba "Linda T/N", el otro te llamaba "Fea" para todo.

Creciste con ellos, eran compañeros hasta en los entrenamientos de combate, en donde destacaste y te ganaste otra enemiga, Sif. Que se volvió muy competitiva contigo.

Tu relación con Thor se volvió más íntima, se sentían muy enamorados; cosa que pareció molestar tanto a Loki como a Sif, y la actitud de ellos hacia ti se volvió más pesada cuando Thor, en una fiesta, anunció a todos su noviazgo.

- Estas loco, - le sonreías muy risueña a Thor, mientras se escondían en el jardín - ¿Qué va a decir Odín?

- Me importa poco lo que diga mi padre - Thor te besaba con mucha pasión y ternura, mientras reían juntos - T/N...

- ¿Sí?... - te encantaba escuchar tu nombre en sus labios.

- Mi linda T/N... - Thor te dio un tierno beso y sacó de su bolsillo un pequeño y delicado anillo grabado. Te quedaste sin palabras. Thor puso el anillo con suma delicadeza en tu dedo.

- Thor... - no sabías que decir, o si eso significaba lo que tú creías.

- T/N... - Thor te miró a los ojos y tomó tus manos entra las suyas, - he estado enamorado de ti desde que llegaste a Asgard, y hoy te prometo, con este anillo, que siempre estaré para ti. Y tú... - acarició una de tus mejillas, - muy pronto serás mi esposa.

Una inmensa alegría invadió tu corazón, aun eran unos muchachos, pero su amor era puro y sincero. Le besaste con mucho ardor, deseando que ese sueño que estabas viviendo, jamás se acabara.

Pero a la mañana siguiente, te sentías incómoda. La cabeza te dolía horrores y parecía que tenías fiebre. Para la mitad del día, el dolor se había extendido a todo tu cuerpo. Frigga te cuidaba y constantemente colocaba paños húmedos en tu frente. Thor te fue a visitar varias veces, te sonreía tristemente, tratando de disimular que estaba preocupado, te pareció ver a Loki pasar varias veces por la puerta de tu habitación. Hasta enferma buscaba la forma de molestarte.

A media noche, cuando Frigga te dejó sola en tu cuarto por un momento. Saliste caminando desorientada, no lograbas enfocar bien tu visión y parecía que tenías un enjambre de abejas en la cabeza. Extendías tus manos como buscando algo. Caminaste un buen rato hasta que sentiste algo a tus pies, te hincaste en el suelo y palpaste con las manos, sentías que algo vibraba debajo de ti, cerraste los ojos cansada. Luego sentiste las manos muy calientes pero el vigor en tu cuerpo volvía, y seguiste tocando el suelo, parecía que el calor de tus manos se extendía por todo tu cuerpo y te henchía en pecho mientras reestablecía tus ánimos.

- ¡Lady T/N! - la voz de Heimdall te hizo abrir los ojos de inmediato. Estabas en el Puente Arcoíris. Tus manos echaban luz propia y toda tú brillabas con destellos multicolores, como la energía que fluía por el puente hacia el Bifröst.

- ¿Qué esta pasando? - te asustaste mucho y te pusiste de pie - ¿Heimdall?

En ese instante, llegaron varios soldados asgardianos armados, te apuntaban con sus lanzas.

- No, no, no... esperen... - el temor en tu cuerpo parecía alborotar la energía que en él había. Pero los soldados se acercaron con actitud amenazante. En un fugaz momento, tu cuerpo liberó de golpe la energía contenida, provocando que los soldados y Heimdall volaran por el impacto; y tú, te desmallaste en el acto.

Luego de un momento, llegó Odín con otro grupo de soldados. Heimdall y los demás estaban recuperándose del improvisto ataque.

- ¿Qué ha pasado? - Odín a presuroso se acercó hasta ti y tocó tu cuello, comprobando tu débil pulso.

- Lady T/N, Señor -  uno de los soldados habló, - nos atacó.

Odín le miró asombrado, y los demás soldados confirmaron.

- Llévenla a una celda - Odín perecía confundido, miró a Heimdall, que también parecía no comprender lo que había sucedido.