Capítulo 39

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Peter te llevó a pasear por la ciudad. Comieron helado, pasaron por una librería y compraron un libro, Peter dijo que leer te ayudaría a despejar la mente de tus problemas. Pasaron por un café y le platicaste sobre la misión con el Capitán América, te escuchaba muy atento y emocionado, él te compartió alguna de sus aventuras también como el Hombre Araña; hasta el momento no habían hablado del por que te encontró llorando.

Pasada la tarde, Peter te contó que tenía que ir a dejar el auto a casa de Sam. Te propuso que lo acompañaras y que volverían al Complejo ya fuera en taxi o caminando. Tú elegiste caminar, no tenías ninguna prisa por volver. De camino a la casa de Sam Wilson, Peter te contó que le había pedido una cita a MJ.

- Espera... - le miraste muy sonriente - MJ... ¿Qué paso con Liz?

- Tuve un problema con su padre - Peter te miró desanimado.

- Bueno... - le sonreíste tristemente y te encogiste de hombros en el asiento del copiloto - Espero que a ti te vaya mejor en estos asuntos...

Peter también te sonrió con tristeza, pero te dio un golpe amistoso en el hombro para levantar tus ánimos. Ambos rieron mientras iban llegando a casa de Sam.

Después de dejar el auto a Sam, no se entretuvieron mucho y volvieron a la ciudad. Peter te habló de hacer un viaje en el ferri, acortarían un buen tramo del camino. Compraron unos hot-dogs antes de subir, aún tenías desconfianza de comer aquel bocadillo, por muy bueno que supiera.

- Entonces... - Peter y tú se acomodaron en la cubierta del ferri, el aire fresco te hacía sentir mejor - ¿Qué paso con Thor?

- Bueno... - suspiraste profundamente - hablamos... Yo necesitaba hablar con él - miraste a Peter y él te sonrió tristemente - Y creo que ahora... si... ya fue todo... no más esperanzas para mi...

- Entonces terminaste del todo con Thor - Peter se apoyó en el barandal del ferri y te puso la mano en el hombro.

- Así parece... - también te apoyaste en el barandal, al lado de Peter - Creo que podemos seguir siendo amigos... - suspiraste - pero... tu sabes... sin matices... sin líneas borrosas entre los dos... solo amigos...

- Eso es bueno - Peter apoyó su cabeza en tu hombro y tú la tuya en sobre su cabeza.

- ¿Por qué tiene que ser tan difícil? - te sentiste triste nuevamente - Todo sería menos complicado si la vida te viniera con un manual de instrucciones... para saber como manejar estas cosas...

- Si... - Peter se cruzó de brazos - Pero también sería muy aburrido...

- ¿Qué? - reíste.

- Piénsalo... - Peter se incorporó y te miró con determinación - Al equivocarnos aprendemos de esos errores y eso nos ayuda a ser mejores... y con los asuntos del corazón... superarlos nos hace más fuertes... para la próxima vez...

- Wow... - sonreíste sorprendida - Eres muy listo para ser tan joven, Peter Parker.

- ¿Tan joven? - Peter te sonrió confundido.

- Pues si... - te acomodaste el cabello que el viento te había alborotado detrás de la oreja - ¿Cuántos años tienes? ¿Dieciséis?

- ¿Cuántos tienes tú? - Peter te miró inquisitivo.

- Mmm... - pensaste un poco - Pues, veamos - comenzaste a sacar cuentas con los dedos - Estuve casi quinientos años cautiva... Eso suma...

- ¡¿Tienes más de quinientos años?! - Peter se sorprendió mucho. Muchas personas en el ferri los miraron confundidos, pues Parker había levantado mucho la voz.

- Shhh... - estabas muy apenada, miraste a Peter asustada.

- Lo siento... - susurró Peter.

En un momento de silencio, tu agudo oído percibió una tenue conversación que captó tu atención; pasaste la vista por toda la cubierta, buscando a quienes estaban tramando algo.

- ¿Cómo puedes tener más de quinientos? - Peter seguía anonadado.

- Shhh... - le miraste seria.

- ¿Qué? - Peter te miró confundido, viendo que observabas muy concentrada a las personas del ferri.

- Cielos, Peter... - le susurraste - Los tipos de allá - señalaste muy discretamente, Peter miró disimulando al grupo de hombres que indicabas - Están hablando de armas... en el ferri...

- ¡Wow! ¿Que? - Peter se volvió rápidamente pero tú lo detuviste.

- ¡Peter! - le susurraste - No solo son armas... - Peter te miró sorprendido - Son armas modificadas... están contrabandeando armas peligrosas en el ferri... Tenemos que pensar en la seguridad de estas personas.

Los tipos se movieron al interior del ferri, en donde estaban los autos estacionados, Peter y tú los siguieron sigilosamente. Estabas espiando por una esquina a los hombres y ni te enteraste de que Peter se había ido a poner su traje.

- Peter, debemos hacer algo... - te volteaste y muy sorprendida lo viste vestido del Hombre Araña.

- Ya estoy en eso - Peter trepó las paredes y se acomodó cauteloso sin ser notado.

Seguías los movimientos de Peter, sin dejar de poner atención a los tipos que comenzaron una acalorada discusión, al parecer sus negociaciones no estaban saliendo como ellos querían. En un instante, uno de ellos sacó un arma y apuntó muy irritado a uno de los negociantes. Estaba preparado para disparar, pero Peter saltó veloz y atrapó su mano con telaraña a un auto.

- Hola, señores - Peter se puso en posición de ataque ante la mirada atónita de los contrabandistas - Lamento informarles que el Hombre Araña ha venido a arruinar sus planes.

Los hombres no tardaron en atacar al Hombre Araña, el tipo que tenía la mano aprisionada, sacó un cuchillo con su mano libre y liberó su otra mano, apuntó a Peter, que estaba entretenido en su pelea con cinco de aquellos maleantes. Justo antes de que disparara, saliste de donde estabas escondida y lo pateaste.

- ¿Solo tú? - uniste espaldas con Peter, todos los tipos alrededor de ustedes se prepararon nuevamente para darles pelea.

- Bueno - rio el Hombre Araña - Los dos...

Uno de los sujetos sacó un arma extraña y les disparó un potente rayo eléctrico.

- ¡Peter, cuidado! - te pusiste delante del Hombre Araña, atrapaste el rayo con tus manos y lo volviste a lanzar hacia los sujetos, que cayeron al suelo.

Peter con un rápido movimiento atrapó con sus telarañas a los otros que corrieron hacia ustedes a atacarlos y los lanzó contra el barandal, dejándolos inconscientes.

- ¡Eso fue genial! - el Hombre Araña se vio emocionado.

- Gracias... - dudaste - ...creo...

Apareció un tipo con un traje volador, tenía alas metálicas como las de Sam, pero más rusticas y grandes; traía una mascara que ocultaba su rostro y comenzó a dispararles.

- ¿Y ese quién es? - el Hombre Araña y tú se resguardaron detrás de unos autos.

- Creo que tengo una idea - dijo Peter con tono preocupado.

- ¿Ah, si? - le miraste confundida.

El Hombre Araña salió de su escondite y lanzó varios disparos de telarañas a las alas del villano, provocando que se desestabilizara. Pero el tipo lanzó una granada extraña, que al caer en el suelo del ferri comenzó a echar luces. Quisiste lanzarte a atraparla pero el sujeto te disparó en la pierna.

- ¡T/N! - el Hombre Araña te atrajo hacia él con su telaraña, apartándote de las balas de aquel sujeto alado.

Cayeron ambos al suelo. La granada comenzó a emitir sonidos intermitentes y en una fracción de segundo detonó, pero de forma extraña: lanzó rayos por todo lo largo del ferri, partiéndolo en dos como a una naranja. El sujeto alado se dio a la fuga.

- ¿Peter..? - miraste asustada al chico.

- Esto será un problema - el Hombre Araña y tú se pusieron de pie. Pero tan pronto como lo hicieron el ferri se estremeció y comenzó a partirse - Oh, si... - Peter y tú comenzaron a sentir la inclinación - Un gran problema...

¿QUIÉN ES ELLA?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora