Capítulo 62

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Las manos del Capitán rodearon tu cintura y la estrujaron con fuerza, acercándote a su cálido cuerpo. Sus labios acompasaban con los tuyos de una forma casi perfecta. Te quedaste sin aliento por un momento, pusiste tu mano en su pecho y te apartaste un poco de él, pero Steve no quería soltar tus labios.

- Rogers... - agachaste la cabeza y tomaste aire, sentías débiles tus rodillas y escalofríos en la espalda. Miraste a Steve, que te veía embelesado, con los labios rojos. ¡Por Odín! Te encantaba como te veía en ese momento.

Steve te tenía sujeta de la cintura todavía, te miraba con afán. Maravillado de tus ojos; tenías la pupila dilatada y el iris violeta, eran maravillosos.

- ¿Qué fue eso? - sonreíste nerviosa, sin parar de verle a los ojos.

- Algo que quería hacer hace un tiempo - Steve sonrió y miró con hambre tu boca, a lo que tú mordiste tu labio; eso lo volvió loco y apretó tu cintura, provocando otra ola de escalofríos en tu cuerpo.

- ¿En serio? - dijiste casi susurrando y colocaste tus manos al rededor de su cuello, sentías que te desplomarías en cualquier momento - Siento que yo igual - Steve rio, te abrazó juntándote más a él - Pero estoy algo confundida.

Rogers pareció ponerse serio. Te miró confundido, aflojándote de su abrazo.

- Yo... - lo tomaste de los hombros, sin parar de verle. Steve había fruncido el ceño - Soy todo un problema, lo sabes...

- Lo sé... - Rogers sonrió tenuemente.

- Un reto... un castigo... - le miraste entre cerrando los ojos. Steve rio nervioso y agachó apenado la mirada, lo habías escuchado hablando con Tony ese día - ¿Y así vas a soportarme? ¿Tendrás tiempo y paciencia para echarte otro problema más encima?

- Quizás es tiempo de arriesgarse - Rogers te sujetó con firmeza y te miró fijamente, tensando la mandíbula - ¿No crees?

- Y quizás... hay que estar seguros - volviste a morder tu labio y pasaste tus dedos por sobre los suyos, recordando como lo había hecho él aquella mañana contigo - ¿No te parece, Capitán? - Rogers te miró con deseo. Juntaste tu frente con la suya y rozaste su nariz - ¿O ya estás muy seguro?

Steve rio, rozó tus labios como indeciso, haciendo que abrieras la boca. Rio nuevamente, sabía que tenías las mismas ganas que él. Volvió a rozar tus labios, torturándote con la espera. Besó tu mejilla con fuerza y te abrazó. No lo soportabas más así que tú fuiste en busca de su boca. Le besaste con pasión, colgándote de su cuello. La sorpresa y el éxtasis que te provocó sentir su lengua escudriñando tu boca hasta encontrarse con la tuya. Rogers rodeó con un brazo tu cintura y con el otro sujetó tu espalda. Te sentías inmensamente feliz, que no te diste cuenta en que momento te encontrabas riéndote junto con él, en aquel afortunadamente solitario pasillo.

Pero quizás no estaba tan solitario como pensaban. Natasha y Wanda se habían detenido en la puerta. Te habían escuchado llegar en el ascensor y quisieron salir a tu encuentro pero se quedaron con la puerta entre abierta al escucharte hablar con Steve. Se quedaron a escucharlos; quedando muy sorprendidas de lo sucedido allá afuera.

- Oh, vaya - Wanda se apartó de la puerta un poco sonrojada.

- Ya se habían tardado, ¿no crees? - Natasha seguía viéndolos por la ranura de la puerta.

- Son tan tiernos... - Wanda solo rio.

A ti te pareció escuchar voces; un poco asustada te apartaste de Steve y miraste por el pasillo.

- ¿Qué pasa? - Rogers te miró intrigado, estaba un poco acalorado por besarte. Se le escuchaba agitado.

- No... - miraste confundida y luego le sonreíste - No fue nada.

¿QUIÉN ES ELLA?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora