¿QUIÉN ES ELLA?

Capítulo 59

No sabías como pero habías llegado a Queens, quizás un portal que abriste con la nueva energía que habías conseguido del Bifrost o si volaste desde Nigeria hasta allí, o un poco de ambas tal vez. No estabas segura. Te encontrabas sentada a un lado de la puerta del apartamento de Peter Parker, tomando tus rodillas y ahogada en llanto.

Peter venía llegando de la escuela cuando te encontró ahí, corrió hasta ti y te abrazó, te aferraste a sus brazos y lloraste con más fuerza.

- ¿Qué pasó? - Peter te levantó, miró preocupado tu pantalón roto y teñido de sangre - ¿Estás bien?

No quisiste responder, hundiste tu cara en su hombro. Peter te llevó adentro, en donde apenas saludo a su tía May y te llevó a su habitación.

- ¿Se encuentra bien? - May entró a la habitación de Peter, en donde él te había dejado ya sentada en su cama

- No lo sé... - Peter miró preocupado a May - No sé ni que le pasó...

May le hizo una seña a Peter de que le siguiera hasta la sala, en donde tenía encendido el televisor, con las noticias: Una misión de los Vengadores en Lagos se había salido de control y una chica misteriosa, hasta ahora desconocida, provocó la explosión de un edificio en donde veintiséis personas fallecieron.

Peter se quedó atónito, te estaban acusando de maniobrar dicho incidente. Escuchó de repente repetirse la noticia en su habitación y salió a toda prisa. Habías encendido la televisión de su cuarto y estabas de pie, perpleja con el control remoto en la mano, mirando todas las acusaciones que te estaban haciendo. Peter corrió hacia ti, te quitó el control de tus temblorosas manos y apagó la televisión. Te sentó nuevamente en la cama, estabas templando, ahogándote, sin poder articular palabra.

- T/N... - Peter tomó tu cara entre sus manos - T/N... mírame... mírame...

- Yo... lo siento... - dijiste con voz entre cortada - Yo no quise... no quise hacerlo... 

- Yo sé que no... - Peter te abrazó. Te desvaneciste en sus brazos, ahogada nuevamente en llanto.

- Peter... lo juro... - estabas hecha un mar de lágrimas, aferrándote a sus brazos - No fue así... yo no lo provoqué...

- Yo lo sé, T/N... - Peter acarició tu cabeza. May apareció en la habitación con unas tazas de té y las dejó frente a ustedes en una mesita.

- Tía May... - le viste compungida, negando con la cabeza.

- Lo sé, mi niña - May también te abrazó - Sabemos que las cosas no pasaron así - May miró dolida a Peter, que también estaba sollozando por la situación - Beban un poco de té, eso te hará bien... -  May tomó tu mentón con suavidad y levantó tu cara, estabas hecha un paño de lágrimas - Y después te darás una ducha y cambiarás esa ropa.

Asentiste tristemente, limpiaste tus lágrimas con el dorso de tu mano y en compañía de Peter, bebiste del té que May había traído para los dos. Sentados en el piso, al pie de la cama. ¿Ese té era milagroso o qué? Porque en verdad, te había calmado un poco. Peter te contó sobre su día, tratando de hacer que pensaras en otras cosas. Después de beber té y galletas, te diste la ducha que May sugirió. El agua escurría por todo tu cuerpo como elixir sanador, te hacía sentir mejor. Miraste tu pierna, ni seña había del desafortunado disparo que provocó tu desconcentración. Si tan solo... si no te hubieran... apretaste los puños y golpeaste la pared del baño, llorando nuevamente. Te habías jurado no volver a lastimar inocentes, y mucho menos darles muerte. Veintiséis personas murieron esa tarde por tu culpa. Lloraste desconsolada, pero el agua se llevaba tus lágrimas, solo te quedaba el calor en las mejillas.

May te prestó ropa para que estuvieras en casa, mientras había puesto a lavar la tuya. Se encontraban en la sala, comiendo pizza. Peter sabía que podías comer pizza a cualquier hora del día y eso te animaba, se dispusieron a ver la televisión pero casi todos los canales estaban hablando del incidente de Los Vengadores en Lagos.

- ¿Y si mejor vemos una película en streaming? - May apagó algo incómoda la televisión.

- Me parece una idea genial - le apoyó Peter. Tú solo lograste sonreír con tristeza, se estaban esforzando mucho por animarte. Comenzabas a sentir pena por las molestias que estabas causando. Pero... ¿A dónde más podías ir...? Seguro Los Vengadores no te querían cerca con todo el escándalo.

Esa noche, estabas en la cama de Peter. Él se dispuso a dormir en el sofá de la sala, pero no le dejaste, así que dormiría a los pies de la cama, acompañándote. Se pasó gran parte de la noche contándote sobre cosas de la escuela y sus últimas hazañas como el Hombre Araña. Te refirió también que los noticieros siempre tergiversaban los sucesos, que a él, como el Hombre Araña, muchas veces lo tenían como una amenaza o un delincuente en la cuidad. Le escuchabas atentamente, hasta que se quedó dormido. El sueño aún no llegaba a ti, repasabas una y otra vez el suceso en tu cabeza; buscando las posibilidades que hubieron para evitar lo acontecido. Recordaste a Steve, que te fulminó con la mirada al verte usar tus habilidades sin su permiso. Pero si no lo hubieras hecho... él era quien iba a morir o salir gravemente herido. Seguro estaba furioso contigo. Estaban mencionando a los Vengadores en las noticias, eso era malo. Ellos eran un grupo de protectores y tú estabas arruinando esa imagen.

Ahogaste un grito lastimero en la almohada. El lugar que habías considerado tu oportunidad... y ya lo habías arruinado. Seguro Fury también estaría muy enojado contigo, la forma en la que le reclamó a Rogers el incidente. Ahora si el Capitán América no podría ni verte en pintura. Eso te dolía; hace menos de veinticuatro horas que habías compartido con él un momento muy dulce y tierno, recordaste con tristeza como tomó tu mano, aún sentías su calor entre tus dedos; compartiendo la misma almohada juntos, su sonrisa encantadora, el hecho de que quiso besarte. Tocaste tus labios con dolor, ahora lo único que veías de él sería su cara furiosa y su ceño fruncido; si es que él quería verte de nuevo. Te encogiste en la cama, te dolía el corazón. Le habías dado más razones a Steve Rogers para que te odiara.