Capítulo 13

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Al inicio, hacías todo lo que Ronan te pedía. Ibas a planetas, saqueabas junto con sus otros subordinados y quemabas las ciudades. Pero te sentías fatal, haciendo daño a las personas y comenzaste a relevarte cuestionando los trabajos que el Acusador te mandaba a hacer. Ronan te sacaba en cara que él te había sacado de aquel planeta que tú hiciste cenizas.

La primera vez que decidiste escapar, Ronan te puso un collar como a un perro, pero eso no te retuvo mucho tiempo. Fue por eso que Ronan descubrió tu potencial, podías absorber todo tipo de energía y usarla después, hasta replicar mil veces su fuerza. Comenzó a experimentar contigo, exponiéndote a todo tipo de energías destructivas, para luego hacerte detonar en cualquier ciudad o planeta que él ya había sentenciado.

Intentaste escapar por segunda vez, pero fuiste atrapada. Ronan se decidió a controlarte por otros medios: drogas. Entonces te volviste un zombie, sin voluntad. Recibías las ordenes de Ronan y las ejecutabas como si fueras un robot programado para una sola cosa. Por dentro, tu veías todo el desastre que causabas, remordiéndote de dolor y culpa. En poco tiempo, te ganaste el nombre de "el verdugo de fuego" y "la favorita de Ronan". Eras un mounstro que solo con tu nombre aterrorizabas planetas enteros. Maldecías en tus adentros a Odín, quien te abandonó a tu suerte. Hubiera sido mejor que hubiese clavado una daga en tu corazón.

Un día, el inútil que administraba la droga que te controlaba, pareció inyectarte otra cosa, que no surgió el mismo efecto en ti. Una vez que volviste a sentir el control de tu cuerpo, escapaste sigilosamente. Robaste una nave pequeña de mala muerte, a diferencia de las otras veces, fuiste mas cautelosa; Ronan se enteró de tu escape pero ya habías despegado la chatarra vieja, pero en cuestión de minutos sabían donde estabas, escapaste al espacio abierto. Tu nave de escape no era tan veloz como las que te perseguían, pero, para tu suerte, había un agujero de gusano a la vista. Era muy arriesgado tomar esa ruta de escape por las condiciones de la nave, pero no volverías con Ronan. Ese agujero de gusano, te llevaría a la libertad o a la muerte, era ganar o ganar para ti.

Cruzar el agujero de gusano fue un tormentoso viaje, pero al final, cruzaste. Tu nave estaba peor que antes, te sentías muy cansada, así que dejaste que el destino se encargara de llevarte por cualquier rumbo y te pusiste a dormir. No sabías cuanto tiempo vagaste por el espacio, pero la suerte estaba de tu lado, justo cuando la nave comenzaba a presentar falta de energía y otras fallas en el sistema, la pantalla te señaló un sistema de planetas en el que había uno habitable.

Estrujabas tus manos nerviosa, esperando que Stark o Fury dijeran algo después de haberte escuchado. Stark se veía preocupado con un deje de tristeza en su mirada, Fury rasgaba con su dedo la mesa en la que estaba apoyado, su rostro estaba relajado. ¿Por qué no decían nada? Confiaste, contaste tu historia y ellos no decían nada.

- Y de tu fructuoso escape es así como llegaste hasta nosotros - gracias al cielo, Fury hablo al fin. Te veía con un semblante menos severo que antes.

- Así es, Señor Fury - aún estabas nerviosa por lo que podrían pensar de ti - Nunca planee venir a su planeta...

- ¿Coincidencia? - Tony se acomodó en su asiento y te miró con más interés.

- Casualidad - sonreíste pero bajaste la mirada.

- ¿Cómo podríamos confiar en ti? - Fury se arrecostó en el respaldar de la silla y se cruzó de brazos - ¿Cómo estar seguros que no... explotarás?

- No lo haré - dijiste muy segura y levantaste la mirada hacia Fury - Puede que antes haya tenido problemas controlando mis habilidades, pero ya no... - por dentro sabías que podías controlar lo de tus pesadillas.

- Y estas segura que ese Ronan... no vendrá a buscarte - Fury te miraba fijamente, - y seamos daño colateral.

- Me vio irme por un agujero de gusano, Señor Fury - bajaste tus manos de la mesa para que Fury no supiera que estabas nerviosa - sería como buscar una aguja en un pajar.

Fury escudriñaba en tu mirada, pero al final se encogió de hombros y miró a Stark, le hizo una seña con la mano para que dijera algo.

- Todo esto es muy intenso - Stark acompañó su opinión con una mueca - pero creo que podemos acordar algo.

- Por supuesto, - afirmó Fury - no sabemos cuanto tiempo estarás con nosotros, señorita T/N. Pero podemos establecer algunas reglas por mientras.

- Esta bien - al fin te sentiste más relajada. Confiaban en ti, y tú en ellos.

Estuvieron en esa sala un rato más, estableciendo las normas bajo las cuales estarías conviviendo en el Complejo Vengadores; dentro de las cuales figuraban que jamás usarías tus poderes sin autorización de cualquiera de ellos dos, podías salir del Complejo siempre y cuando ellos te acompañarán o supieran con quien ibas. Stark quedó como tu "tutor".

- Deposito mi confianza en ti, T/N - Fury te miró de forma más amigable, - espero no arrepentirme.

Le sonreíste y él pareció devolverte la sonrisa, o solo lo imaginaste. Fury salió de la sala muy aprisa, parecía tener otros compromisos. Stark y tú también salieron y caminaron por el pasillo.

- No fue tan incómodo, verdad - Stark sonreía ampliamente y sacó unas gafas del bolsillo de su saco - Fury parece un idiota, pero así es su cara - reíste ante la ocurrencia de Tony, y él rio también.

- Señor - Happy, el chofer que te había traído con Potts apareció, - Thor volvió.

- Creo que es a mi a quien busca, - estabas feliz de que Thor al fin había vuelto - Gracias, Stark. Prometo que no te causaré problemas mientras esté aquí.

- Si, eso espero - Stark te tendió la mano, y tú la estrechaste muy sonriente. Stark sonrió igual.

¿QUIÉN ES ELLA?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora