Al final, le había tomado mucha más importancia de la necesaria a al planteamiento de su asistencia a la fiesta. Pero al final terminó accediendo, sólo porque la razón de su decisión se lo planteó.
Minho se acomodaba el cabello, peleando por mantenerlo quieto y presentable. Su ropa no era la gran cosa, sin embargo, tampoco resultaba ser algo peor.
—¡Cariño, Han ha llegado!
Suspiró mirándose una última vez y se colocó su cazadora antes de salir. Pudo escuchar la risa escandalosa desde el pasillo e ingresó a la cocina sólo para encontrarse la escena de su madre y su amigo sonriendo entre risitas, probablemente a causa de un mal chiste del cachetón.
—Bueno, ya es hora —señaló la mayor cuando vio a su hijo—. Debes comportarte, no bebas tanto y sé consciente de tus actos.
—Descuide, señora Lee, yo cuidaré de su bebé todo el tiempo, incluso le prometo entrar al baño con él para que no termine siendo una abuelita.
—Te juro que voy arrepentirme si no mueves tu trasero ahora, Han —amenazó, haciendo el ademán de irse.
—Yah —se acercó al azabache de un salto—. Vámonos entonces, pase buena noche, señora Lee.
Han reverenció hacia la mujer y se enganchó del brazo ajeno para alejarlo y no soltarlo incluso después de atravesar la salida.
Estaban siendo lentos en su caminata. Minho escuchaba atento a las palabras de Han que le hablaban sobre un recuerdo de sí mismo y su hermano mayor. Pero sobre todo, se empeñó a escuchar la misma historia por quinta vez, porque no quería que Jisung terminara llamando a Chan para que pasara por ellos, siendo que la sede de la fiesta quedaba a unas cuantas cuadras de sus hogares.
Por fin, luego de unos minutos, la zona se volvió más exclusiva y las casas propias más lucían lujosas dentro de los cotos fragmentados del área. La casa de tres pisos ya no les sorprendía como la primera vez. Podía decirse que se acostumbraron en la tercera fiesta y ya ni siquiera se escandalizaron con la cantidad de personas que asistían. No era una casa que pudiera verse cotidianamente, así que era clara la razón de su popularidad.
Ambos chicos miraron y rodearon a los invitados. Todos yacían en todo el rededor de la casa y jardín. Se emborrachaban, fumaban y reían como si no hubiera un mañana.
—Por ahí —señaló el menor.
Atravesaron el pasillo principal, tratando de no separarse demasiado entre ellos. Al llegar a la sala de estar se encontraron con el resto de sus amigos y saludaron sonrientes. Minho terminó sorprendido cuando vio la presencia de la pelinegra en ese mismo lugar. Mi-suk estaba sentada al costado de Hyunjin, sonriéndose entre ellos como buenos amigos de años. Ser testigo de aquella escena volvió a ponerlo celoso, pero rápidamente se desvaneció el sentimiento, porque la misma azabache le encontró con la mirada y ya no lo soltó.
Han y él se acercaron al resto, notando que ya estaban en un sutil nivel de embriaguez por lo sonrojado de sus mejillas y lo tosco de algunos movimientos. Changbin ofreció un par de vasos a los recién llegados y estos aceptaron sin rechistar.
—¿Por qué tardaron tanto? Esto inició hace una hora —indagó Felix.
—Es culpa de Min, se tardó mil años sólo para ponerse esas fachas —respondió el de mejillas abultadas, mirándole de reojo.
—Hijo de puta.
Han le sonrió desvergonzado, sentándose entre los chicos y siendo imitado por el otro recién llegado. Una vez acomodados en el sofá, comenzaron con su convivencia propia. Un ambiente tranquilo les rodeó entre burlas y seriedad en ocasiones, que los hicieron despreocuparse del tiempo, llegando incluso a ser bastante extraño para el resto de invitados, pues el comportamiento tranquilo de aquel grupo no era necesariamente algo normal de ver.
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SAVE ME || LEE KNOW
FanfictionLee Minho tiene problemas. Kang Mi-suk tiene problemas. Ambos se vuelven inseparables. "Me enamoré de una basura". "Me enamoré de una mierda". ⚠️La siguiente novela presenta temas delicados para algunas personas, tales como: tendencias suicidas, tr...