7.

534 46 1
                                    

Habían pasado unos cuantos días para cuando Mi-suk se volvió parte del grupo. Y esos días habían sido suficientes para hacerse más cercana a ellos, especialmente a Hyunjin. Los dos parecían demasiado unidos y juguetones, recibían las miradas acusatorias de la gente, pero no se inmutaban, de hecho, parecía no importarles nada, incluso si también eran los causantes de los celos de Minho.

—¡Yah, Minho! —gritó Han a sus espaldas, alcanzándolos cuando todos se asentaron en el comedor.

—No me grites así, idiota —regañó, recibiendo un codazo por parte del mayor—. ¿Qué quieres? —se corrigió.

—¿Sucedió algo contigo?

El azabache suspiró. Sus facciones se relajaron y su cuerpo pareció calmarse también dejando aún muy confundidos a los presentes.

—No pasó nada, ¿qué sucede? —repitió, buscando concentrarse en su comida.

El castaño suspiró agotado y preparó sus palillos para hablar mientras daba un bocado a su comida.

—Bueno... —comenzó con vacilo. Su voz fue suficiente para que todos en la mesa prestaran su atención. Intimidado por ello, pescó un poco del arroz en su plato y continuó:—... Los rumores dicen que te vieron ayer en el restaurante con Chaeyong, ¿es cierto?

Ahora las miradas se dirigieron al interrogado. Todos ellos estaban en silencio, sin embargo, sus ansiosos oídos sólo eran capaces de percibir las pláticas ajenas.

—Sí, así fue —aceptó.

Minho continuó mirando su plato, mientras los otros se dedicaban a verse entre ellos. Mi-suk, por otro lado, no pudo evitar sentir el pecho incómodo al escucharlo. Gracias a las chicas de la clase, la azabache supo que la historia romántica de su compañero de escritorio y la pelirroja, había sido una de las más "empalagosas" en la institución. Los ejemplos y sucesos explicados fueron desde lo explícito hasta insignificante, no obstante, el sólo pensamiento de una posible reconciliación ajena le fue suficiente para sentirse decaída por los nuevos sentimientos que querían florecer.

—¿Por qué?

La voz del pecoso llamó su atención. Curiosa por lo que pasaría después, decidió dejar su comida en un segundo plano y atender aquello que diría su compañero.

—Fue a pedirme perdón, pero no hagan drama, no volvimos —aseguró.

Mi-suk no pudo entenderlo correctamente, pero la sensación de alivio se asentó en su pecho apenas escuchó la última consonante. Si bien, ella no había cruzado palabras con la chica en cuestión, sí que sí había escuchado sobre su comportamiento y la razón de la ruptura. Por ello mismo, se sintió orgullosa de la respuesta de Minho y reprimió su sonrisa dando un sorbito a su agua.

—... Pero nunca pensé que la vería llorar.

Hubo silencio luego de aquello, haciendo que todos arrugaran las frentes de paso. Minho meneó un poco su comida y luego miró a sus amigos, sin embargo, una castaña se acercó a su mesa antes de permitirle explicar.

—Hola chicos, Mi-suk —saludó, sonriéndoles—. Voy a tomar a este sujeto un momento —señaló a Minho, colocándose a su costado.

—Adelante —permitió Han, que estaba a su costado.

Minho se levantó y se fue bajo la atenta al de la azabache en el comedor. Junto a Jennie, ambos salieron al exterior únicamente para ser los receptores de unas cuantas miradas incómodamente curiosas.

Había tensión notable en su silencio y aunque sabían perfectamente el propósito de su charla, ambos estaban de acuerdo en avanzar lo suficiente para evitar pajaritos chismosos. Jennie entrelazó su brazo con el de su mejor amigo y aquella vieja manía suya fue suficiente para menguar un poco de la incomodidad.

SAVE ME || LEE KNOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora