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El viaje a casa había sido silencioso. No podía evitar sentirse nerviosa mientras escuchaba los murmullos que su madre daba al teléfono. Sus rodillas chocaban entre sí por el continuo temblor nervioso, luego su mirada se clavó en la de su madre cuando bajó el teléfono a su regazo.

—¿Por qué escapaste?

Sintió un gran nudo atorarse en su garganta, impidiéndole arrojar una respuesta correcta. Carraspeó la garganta y fijó la mirada en la zona T de su madre para evitar sus penetrantes ojos y no bajar los propios.

—Sólo quería hacer nuevos amigos, madre —murmuró.

—Hoy tenemos la cita para la entrevista, Mi-suk, lo sabías y aún así te emberrinchaste —suspiró—. Tomarás una ducha cuando lleguemos y después iremos a la reunión, no puedes tener este tipo de comportamientos infantiles y mucho menos estando en un país desconocido como lo es Corea, ¿Qué íbamos hacer si ese chico resultaba ser un violador cazarrecompensas? —reprendió.

—Minho es mi compañero de clases, mamá, es tan buena persona que por eso he confiado en él, no todo mundo es un violador o un interesado —escupió, bajando pausadamente el volumen de su voz.

La mujer sobó el puente de su nariz, cerrando los ojos. Por el aspecto de la chica, se sintió un poco arrepentida de sus palabras y adoptó una posición más amable.

—Lo siento, hija, aún me es difícil para mí, créeme que no pienso mal de tu compañero, pero debes entenderme..., soy tu madre, todavía me duele lo que pasó.

—A veces parece ser todo lo contrario, madre.

La mayor estuvo por responder, pero en ese instante el auto se detuvo frente a la mansión. Automáticamente la menor salió, adentrándose primeramente con pasos apresurados, sin importarle haber dejado a su madre con las palabras en la boca, de cualquier manera, ya luego se daría el tiempo de pedirle perdón.

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El lunes llegó. Y con ello, el nombre de Mi-suk se vio con una alta popularidad entre los estudiantes debido a su aparición en las redes sociales de una de las revistas más cotizadas del país.

Debido al historial de la chica, se suponía que a esas alturas ya debería estar acostumbrada a la atención de los terceros, sin embargo, no era nada de eso y ahora parecía más como un ciervo asustado, encerrado en una jaula de leones.

Hyunjin, amablemente, se decidió dar un primer paso como muestra de su bella alma y la invitó a sentarse con ellos en el comedor que compartía con sus amigos. A pesar de sentirse un poco cohibida, terminó aceptando sólo porque el chico se vio genuinamente amable, tratando de sacarla de un mar de gente chismosa. Así pues, el resto de los chicos la acercaron e hicieron lo posible para integrarla.

No obstante, la diversión se cortó momentáneamente cuando los ojos del Lee mayor fueron cubiertos sorpresivamente. Entonces todos pudieron notar cómo dibujaba un sonrisa brillante. Tomó las manos ajenas con delicadeza y las retiró con el mismo cuidado, sorprendiendo a sólo uno de los presentes.

—Jennie.

—Hola chicos —saludó, siendo correspondida al instante—. Oh, mi amor, ya comenzaba a extrañarte —mencionó, hurgando en el interior de su bolso.

Mi-suk levantó las cejas, completamente sorprendida por aquel apelativo. Ninguno de los chicos se inmutó por ello, ni siquiera el mismo Minho y eso fue suficiente para interesarse sobre ello.

—¿Qué tal el viaje, mi vida? —cuestionó el azabache de regreso.

Los oídos de Mi-suk se tensaron y se volvieron sordos. Sintió la incomodidad de una presión en su pecho, como si hubiera sido lastimada, sin embargo se vio obligada a no hacer ningún movimiento al respecto y en cambio se puso a juguetear con el arroz en su charola.

SAVE ME || LEE KNOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora