12.

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—¿Te acostaste con Chae?

Las palabras golpearon salvajemente a sus oídos. El agua que caía calmadamente por su garganta se desvió, provocándole un ataque de tos. Sus ojos oscuros se pelaron y miró detenidamente el rostro inexpresivo del otro.

—Supongo que eso es un sí —agregó.

—¿Qué carajo? ¿Me estás espiando, Seungmo?

Un suspiro pesado salió de los labios del menor con un poco de irritación latente en sus ojos. Dio un sorbo a su juguito de caja y se acomodó en su lugar.

—Me reuní con Han en su casa, casualmente pasé junto a la tuya y los vi salir, la abrazaste como si fuera el fin del mundo —inhaló—. Aunque lo pienses, no soy ningún estúpido como para creer tu posible cuento de que estabas mostrándole tu colección de cartitas de Yu-Gi-Oh!

Minho estuvo a punto de reír por lo último dicho, pero tuvo que reprimirlo y morderse la lengua. La seriedad de su amigo lo puso de nervios y no le gustaba aceptar que ese sujeto era aterrador.

—¿Vas a gritarlo?, de todas formas —retó.

—No —respondió, recargándose en el respaldo de la banca—. No es de mi incumbencia sin embargo, no puedo entenderte.

Minho suspiró más tranquilo, sabía que a pesar de no llevarse tan bien con él, podía estar seguro de que sus secretos nunca saldrían a la luz, aún si fuera amenazado de mil maneras. Con aquella certeza en el pecho, cerró el bote de agua y lo colocó delante suyo sin quitarle la mirada al objeto.

—Seung, no puedo dejarla ir así de simple, es una parte muy importante en mi vida.

El menor le miró incrédulo. Ladeó la cabeza un poco, concordando con su confusión y sacudió brevemente la cabeza acomodando sus pensamientos.

—¿Incluso después de joderte la vida?

Minho se quedó quieto. Usualmente Seungmin era un sujeto tranquilo cuando se trataba de regañarlo, pero aquella tonada seca de sus palabras le dejó en claro que el asunto era serio, así que tragó saliva y asintió honestamente.

—De todos modos,  no tienes qué preocuparte mucho —murmuró, logrando captar los ojos curiosos del de apariencia de cachorro—. Chae se irá a estudiar a Australia, básicamente terminamos nuestra relación de manera sana, no pretendemos volver a construir lo nuestro.

—¿Entonces se irá?

Minho asintió nuevamente. Kim suspiró una vez más y volvió su boca a la pajilla, dejando que el silencio se adueñara del momento, pero aún manteniéndose tranquilos entre ellos.

—¿Qué hay de Mi-suk? —cuestionó de pronto.

Minho sabía a lo que se refería y no pudo evitar recordar lo que había ocurrido en la habitación de la pelinegra, un par de noches atrás. Una sonrisa tonta se dibujó en sus labios y la mirada insensible de su amigo fue suficiente como para hacerlo borrar la mueca.

—¿Acaso ustedes...

—¡Hey! aquí están los señores Min.

Ambos giraron la mirada a donde el origen de aquella voz. La reina de roma de la que empezaban a hablar, se detuvo frente a ellos con una sonrisa brillante en el rostro. Había estado de ese modo desde la ultima tarde que Minho visitó su hogar. Por supuesto, Seungmin no se quedó con las duda y observó atentamente a los contrarios.

—¿Qué ocurre?

—Les manda a llamar la señorita Jisoo, parece que habrá una actividad especial el día de hoy.

SAVE ME || LEE KNOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora