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Kang Mi-suk era la última integrante de la tan aclamada familia.

Su padres gozaban de distintivas y prestigiosas carreras que con los años habían logrado colocarlos en un gran pedestal. Su hermana, por otro lado, se vio afortunada de disfrutar de una increíble belleza y una gran inteligencia. Cada integrante con un papel fundamental que los hacía funcionar bien como familia.

Con sólo escuchar aquel apellido, todo llegaba en charola de plata. Los lujos y los privilegios, eran hasta ahora palabras que no podían faltar dentro del vocabulario familiar. Se regodeaban de una cantidad de elogios y favores hasta por donde no había necesidad. Muchos mencionaban que eso se debía al corazón puro del matrimonio, otros simplemente mencionaban las extorsiones y la corrupción de por medio, pero no por eso la familia dejaba de brillar donde quiera que fueran mencionados.

Pero entonces, ¿por qué la hija menor era rechazada cuando el resto de la familia es idolatrada?

Mi-suk, al igual que su hermana, fue obligada a obtener la misma educación. Se vio pasar por los mismos caminos que Hanna y aquello prometió un buen futuro para la menor. La única diferencia es que Mi-suk siempre había sido fiel a sus principios, a sus valores. Y con ello siempre presente, se vio envuelta en una cantidad incontable de injusticias desde pequeña. Su madre siempre le dijo que las personas no se valoraban por sus lujos, si no por sus conocimientos y buen corazón. Mi-suk amó aquellas palabras, las atesoró como suyas y las hizo su apreciado mantra sin embargo, ella era demasiado inocente como para comprender la maldad de algunas personas. Su corazón era demasiado puro como para entender que no todo mundo tiene la misma perspectiva de las cosas.

La primera vez nunca iba olvidarla. Sabía por su padre, que los insultos y las malas palabras sólo eran lanzadas hacia quienes realmente lo merecían. Pero en esa mañana sus oídos casi se sienten lastimarse por la enorme cantidad de insultos y desprecios que provenían del baño. Una valiente Mi-suk de 8 años se armó de valor e ingresó al sanitario para encontrarse la escena más cruel del que pudo ser testigo. Tres niños más grandes que ella, golpeaban a uno con complexión similar al suyo, el niño tenía su carita hinchada y sus manitas temblaban mientras trataba de abrazarse y protegerse a sí mismo. Mi-suk sintió un dolor en su pecho ante aquello, las fastidiosas burlas de aquellos bravucones le molestaron en demasía y se vio obligada a usar la violencia cuando ninguno quiso detener su abuso contra el otro niño.

Para desgracia de la pequeña, aquel simple acto de bondad, había sido en realidad, el comienzo de un infierno del que no pudo salvarse. Los bravucones, al ser temidos, se encargaron de lavar las cabezas de todos los estudiantes, haciéndolos estar en contra de la inocente pelinegra. De un día al otro, Mi-suk dejó de tener amigos, todo mundo comenzó a ignorarla y fue blanco de las crueles bromas de aquellos. Aún así, Mi-suk nunca se despegó de la esperanza de que todo volviera a ser pacifico como antes y se cegó con la idea de que todos merecían una segunda oportunidad.

Los años siguieron su transcurso. Mi-suk trató de hablar con su madre y su padre sobre lo que ocurría en su escuela, pero ninguno la atendió. Solamente se quedó con las palabras que su madre le dijo tan despreocupadamente esa tarde que llegó completamente desconsolada del colegio.

"A veces las personas nos lastiman sin querer, y debemos saber perdonar porque tarde o temprano necesitamos los unos de los otros... Sólo sigue siendo amable con tus compañeros, ¿si?".

Su llegada a la secundaria no fue tan diferente. Tuvo la suerte de compartir clases con sus anteriores compañeros quienes no hicieron más que aumentar la crueldad de sus abusos. Mi-suk trató de ignorarlos, de hacerse pasar como un fantasma, pero le fue imposible cuando su apellido se volvía motivo de plática entre profesores. Por más que pidió no fuera nombrada de esa manera, los adultos no la escucharon, tomaron aquella conducta como un berrinche por su estatus social y equívocamente, la tomaron como una cría que solamente quería atención.

SAVE ME || LEE KNOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora