53.

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El ambiente se sentía pesado. Era una clase de combinación entre lo desconcertado y lo curioso. Nadie podía explicar qué es lo que estaba pasando. De un día al otro, todo se volvió un caos.

La extranjera que todos amaban estuvo a punto de suicidarse y el que todos consideraban una roca, ahora era la persona más frágil que habían conocido. El mundo se silenció y parecía que él era el único cuerdo de todos. El único que no cambió a pesar de todo.

Minho vio los zapatos de color marrón deteniéndose enfrente suyo. Detuvo su lectura y pausó la música de sus audífonos antes de levantar la mirada. Cuando lo hizo, pudo darse cuenta de la presencia de cierto castaño del que no tenía gratos sentimientos de ver.

—Hola.

—Hola —respondió, sintiéndose extraño ante la sencillez del otro.

Minho se abstuvo de crear una escena cuando Moka se sentó a su lado y contempló con él el paisaje. Volvió a su lectura, más no encendió de nuevo la música, en caso de que el otro quisiera decir algo, cosa que sucedió.

—¿Sabes cómo está? —preguntó en un tono bajo.

Minho frunció el ceño, volviendo a levantar la mirada, solamente para confirmar el nulo vacilo en el otro.

—¿No has hablado con ella?

Moka negó suavemente, mordiéndose el labio en un instinto de fastidio. Entrelazó sus propios dedos y comenzó a jugar con ellos, teniendo cuidado con sus expresiones.

—Hannah no me deja, su madre le quitó el teléfono y su padre va a matarme en cuanto me vea.

—Suk está bien —aseguró—. ¿No crees que tienen sus razones para odiarte? —agregó.

—Por supuesto que están en su derecho —concordó—. Pero no es justo que ahora la tengan como ave en cautiverio cuando son ellos quienes la orillaron a querer brincar.

Minho le lanzó una nueva mirada. Estaba confundido y se sintió incómodo cuando las palabras ajenas sonaron con mucho sentido dentro de su cabeza. Moka se dio cuenta de la expresión del otro y dio un suspiro, volviendo la vista al frente suyo.

—La historia de Mi-suk es mucho más complicada de lo que hasta ahora piensas, ella me lo contaba todo, siempre... A pesar de lo que le hice, ella nunca dejó de confiar en mí.

—Suenas como un maldito psicópata.

—Lo sé —esbozó un intento de sonrisa—. Fui muy hostil contigo desde el inicio, porque no podía soportar la idea de que Mi-suk volviera a escoger mal.

—Entonces la orillaste a romper conmigo para quedártela —adivinó.

—No, de verdad, yo nunca le dije que rompiera contigo —bufó—. Mi-suk está muy trastornada, ni siquiera es consciente de saber qué es lo que realmente quiere, piensa que tiene una obligación conmigo, pero ya le he dejado claro que no tiene que pensar de esa manera.

Minho presionó los gajos de hojas entre sus dedos. Ahora se encontraba mucho más confundido y lo peor es que no sabía ni qué decir. Se quedó quieto y en silencio con la mirada gacha. Indicó de manera inconsciente que no había entendido ni una pizca de lo que el otro intentaba decirle. Así que Moka se abstuvo de golpearle la cabeza y simplemente resopló.

—Mi-suk está enamorada de ti —confesó—. Ella es libre de hacerlo y yo no pienso entrometerme para terminar lastimándola más... Si estás seguro de que quieres pelear con ella, entonces primero considera salvarte a ti mismo... Es el único consejo que puedo darte, al fin y al cabo, yo soy más despreciable que tú —concluyó.

SAVE ME || LEE KNOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora