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Minho se sorprendió. En realidad, cualquiera lo haría al escuchar la historia. Por otro lado, el matrimonio Kang quedó sorprendido cuando el azabache frente a ellos reafirmó su postura para con su hija.

"La quiero, estoy enamorado de Mi-suk, y yo estoy dispuesto a sobrevivir con ella". Dijo él

Minho entendió que ese exagerado método del matrimonio Kang fue creado debido a que su hija desafortunadamente caía ante las bonitas palabras. Era difícil para Mi-suk detectar cuando alguien sólo quería aprovecharse de sus privilegios. Aunque también lo usaban como método para evaluar la fuerza de ese sentimiento, pues antes de Lee, todos terminaban huyendo ante la idea de ser tratados de igual manera por el simple hecho de estar con Mi-suk.

Finalmente el matrimonio informó al chico sobre los resultados obtenidos en el chequeo médico. Minho se enteró de la recaída de Mi-suk en la bulimia y anorexia. Le explicaron las similitudes que encontraron con algunos síntomas del embarazo y luego le pidieron su colaboración para remediar esa conducta de su hija. Minho prometió hacer de todo para estar con Mi-suk y apoyarla, después de todo, su valentía aumentó una vez se enteró del nivel de fragilidad de la pelinegra que le esperaba afuera de esa oficina.

Los Kang invitaron a los Lee a cenar para un motivo del que Minho y Mi-suk estarían a cargo de anunciar. Al poco rato, el matrimonio tuvo que salir por una llamada importante, dejando a ambos chicos solos bajo el único cuidado de la servidumbre. Era el momento perfecto para que los dos pudieran verse de nuevo. Por supuesto, Mi-suk se encontraba hecha un cúmulo de nervios cuando le avisaron de que Minho la esperaba en la sala de estar. Bajó a paso lento, planteándose el peor de los escenarios, dónde Minho se burlaba de ella y la maltrataba. El silencio de los pasillos se volvía tortuoso y no podía dejar de debatirse entre el avanzar rápido o tardarse todo el tiempo del mundo. Para cuando decidió retractarse, ya era demasiado tarde, pues sus ojos chocaron con los castaños del Lee. Se permitió soltar el aire retenido y se acercó con la cabeza baja.

—Yo...

—Shhh, no digas nada.

Mi-suk dio un respingo cuando sintió su cuerpo ser abrazado con fuerza. Se puso tensa, pero luego relajó los músculos cuando los dedos del azabache se deslizaron con delicadeza entre sus cabellos.

—No me importa tu pasado, ni tu apellido, yo te quiero tal cual eres y ahora en mi futuro sólo puedo verme contigo.

Mi-suk levantó la mirada rojiza, viendo la determinación en las pupilas contrarias. Recordó la cantidad de veces que fue rechazada y humillada luego de aquella plática. Su corazón se oprimió miedoso y con un puchero comenzó a llorar bajito.

—¿Me dejas reemplazar a Moco y tomar su lugar para siempre?

El murmullo llegó meloso a sus oídos. Minho no dejó de abrazarla en ningún momento y eso la estaba haciendo enloquecer. A pesar de todas las señales, Mi-suk aún tenía desconfianza de desprenderse de Moka para siempre. Lo sentía difícil puesto a todo lo que vivieron juntos, pero esa era la cuestión, ahora ya no lo estaban y en su nueva vida no había dejado de sonreír. Finalmente estaba viviendo aquello de lo que se le fue arrebatado por su buen corazón, pero que lo negaba por puro miedo.

—Sí —respondió—. Róbale su lugar, por favor.

Minho exhaló con una risita de por medio. Deshizo su agarre y pasó sus palmas a las mejillas presionándolas y dejando un beso en los labios abultados, provocando esa risa que le hacía vibrar el pecho.

Momentos más tarde, ambas familias se encontraban completas, compartiendo la misma mesa. Los matrimonios hablaban vagamente, compartiendo las hazañas de sus días con el propósito de ablandar la tensión de la mesa.

SAVE ME || LEE KNOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora