SAVE ME || LEE KNOW

24.

La relación entre Minho y Mi-suk se había fortalecido. Usaban sus días libres para revolcarse bajo las sábanas de la cama del azabache, tomando aquello como un escape perfecto a todos los problemas acumulados en toda la semana.

El hecho de que se les viera muy amistosos y que ambos tuvieran la confianza de los padres del contrario, había sido en gran parte, una buena ventaja para lograr convertirse exitosamente en un par de amigos que intimidan entre ellos en la comodidad de las sombras.

"Están demasiado jodidos como para estar juntos, es claro que tuvimos que separarlos".

No obstante, aquellas palabras Minho las había escuchado en una de las mesas que atendía en el restaurante. Las sintió tan familiares en ese momento y confirmó la razón cuando sus ojos encontraron la presencia de Mi-suk a uno metros distanciada de él, sintiéndolos identificados.

Minho no podía actuar como un tonto. A pesar de no saber con exactitud cuáles eran los problemas de la pelinegra, sabía perfectamente que ninguno de los dos era lo suficientemente fuerte como para sostener al otro sin embargo, eso no importaba cuando sus bocas se enredaban demostrando el deseo y la calma que ambos podían brindarse mutuamente.

Desgraciadamente, Minho y Mi-suk debían actuar como si nada frente a todos, si es que no querían ser separados. Debían ser fuertes y esperar pacientes a que la soledad llegara a ellos, mientras tanto simplemente debían esconder su amor y fingir apariencias meramente amistosas entre ellos. Aunque claro, a veces resultaba ser un poco difícil para ellos.

—Es una completa falta de respeto, Lee —masculló con molestia el de mejillas abultadas—. Estamos hablando de una tradición de años.

Minho lo miró con el ceño fruncido. Había olvidado por completo la cena familiar con los padres de Han. Este había sido un hábito que había adoptado para cada fin de mes, justo después de que ambos menores se proclamaran mejores amigos y decidieran visitarse cada dos días para jugar. Pero ahora, Lee había dejado totalmente de lado aquel compromiso cuando junto a la pelinegra, planearon pasar la tarde y parte de la noche en casa del pelinegro.

—Lo siento, ¿bien? Realmente lo olvidé.

—Lo hacemos desde que somos pequeños, todos los meses, un día del mes —bufó—. Es increíble que lo olvidaras de un momento al otro.

Sin quererlo, Mi-suk los había escuchado. Sintió una presión en el pecho, haciéndola sentir culpable y molesta consigo misma por hacer una grieta en la amistad de Minho y Jisung. Con la culpa carcomiéndole la consciencia, fingió una brillante sonrisa y pretendió empezar acercarse a ellos sin saber la razón de la molestia de su castaño amigo.

—Hola chicos... ¿Todo en orden Hannie? Estás muy serio—cuestionó, bajando la emoción de sus palabras.

—No, pero no te preocupes, no es nada en contra tuya, Suk —sonrió—. Mi pelea es con Lee Estúpido.

Mi-suk le lanzó una mirada al otro, cruzando sus brazos sobre su pecho, esperando que aquel pudiera retractar sus acciones, después de todo, ella estaba dispuesta a aceptar salir con Minho otro día, lo haría con tal de que su amigo no sufra un desaire por culpa del azabache, no era correcto.

—Suk, sé que después del trabajo, dije te invitaría un helado, pero resulta que olvidé una fecha importante el día de hoy y debo asistir a una cena en casa de la ardilla enojona aquí a mi lado —dijo, notablemente apenado.

Mi-suk sonrió ante la honestidad del pelinegro y bajó sus brazos, mostrándose más relajada.

—Está bien, no hay problema, el novio es primero que la amiga al final de cuentas... Igualmente hace mucho que no hago mi papel de mal tercio con Hanna y Hyunjin, así que, por favor, no se preocupen, entiendo.