SAVE ME || LEE KNOW

23.

Advertencia! Este capítulo contiene escenas +18. Recomiendo discreción, si no te gusta este tipo de contenido, puedes pasarlo de largo.

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Era un bonito día. Uno especial para sonreír y hablar armoniosamente con los amigos. Definitivamente, no había poder humano que pudiera arruinar el ambiente.

—¡Seungmonnieee~!

—¡Humm~!

El aludido respondió con el mismo canturreo, sin despegar la vista de su computador. Estaba completamente ensimismado en terminar su ensayo a tiempo que los que menos deseaba era una distracción de nula importancia.

Kim había decidido pasar todo el día anterior en compañía de sus buenos amigos, Jisung y Mi-suk. Prometió que solamente sería un momento, pero contrario a ello se vio disfrutando tanto, que terminó por olvidarse de su tarea de inglés.

—Sé amable con tu mayor y tráeme un refresco —pidió el azabache.

Seungmin levantó la mirada, escéptico. Quiso matarlo con sus propias manos, sin embargo, no le fue posible, pues la gran sonrisa del contrario lo descolocó en demasía.

—Puedes ir tú, maldito perezoso —señaló, volviendo la vista a su computador.

—¡Vamos! Puedes dar un descanso, te servirá despejarte de esa máquina un momento.

—No, Minho, debo terminar...

—¡Seungmooo~!

Los presentes ahí cercanos, veían la escena con diversión. El buen humor del azabache resplandecía tanto y era perfectamente contrarrestado por el mal humor de un bonito Seungmin gruñón, convirtiéndose así, en una representación humana del Yin Yang.

Para Seungmin, el hecho de que su amigo estuviera feliz, no era del todo un grato hecho. En realidad, no le gustaba porque por alguna razón, Minho encontraba en esos tiempos mayormente satisfactorio el molestarlo para sentirse completo. Por otro lado, el que Minho sonriera y le diera un apodo a su "enemigo/gran amor", significaba para todos que ese día podían pasarla sin preocupaciones o sin el temor de que en algún momento fueran a ser agredidos por el azabache.

Pero aún así, la gran incógnita sobre la razón de su felicidad, continuaba siendo ruidosa.

Era un completo misterio. Ni siquiera sus amigos –que en ese momento llegaban con ellos–, lo sabían. Les era extraño ver la brillante sonrisa de Minho. Una sonrisa que raramente podía verse, pero que definitivamente, dejaba a más de uno enamorado.

Al final, una nueva, abierta y preciosa sonrisa, seguida de una preocupación por su menor, fue lo que hizo que Seungmin aceptara dejar su tarea por un momento.

Minho lo vio alejarse y acercó la computadora para ayudarle a terminar, bajo la mirada conmocionada de sus amigos. Realmente se preocupaba por su cachorro. Le había visto los ojos rojos y llorosos debido a todo el tiempo que llevaba sin quitar la mirada de la pantalla. Además, temía que Seungmin regresara a esos malos hábitos de una obsesión compulsiva que lo llevaba a despertar en plena madrugada sólo para hacer tareas que se entregaban dentro de un mes o más.

Era claro que Minho no era un gran conocedor del inglés, pero el haber hecho la tarea bajo la tutoría de su prima; la profesora, le fue suficiente como para poder ayudar a su castaño amigo sin temor a equivocarse.

Seungmin volvió un rato después. Su mal humor había aumentado considerablemente, pues llegó a la máquina cuando un par de chicas no podían decidir qué pedir. Dio el refresco respectivo a su mayor y tomó asiento ansioso para retomar sus actividades. Fue grande su sorpresa al ver que su tarea estaba mágicamente completa. Levantó la mirada tratando de reconocer al autor de dicho suceso y todos apuntaron a su lado, concretamente al azabache que daba un buen sorbo a su bebida recién abierta.